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domingo, 15 de agosto de 2010

Vientos de guerra


Por Gabriel Reyes

Resulta evidente que los habitantes de Venezuela sufrimos las consecuencias palpables de una guerra que comenzó hace años y que se refleja en la cifra de homicidios, de secuestros, de asaltos, de robos. Esta guerra contra el hampa se ha librado en toda nuestra vida republicana. Pero, ahora como siempre, contábamos con un aliado, garante de la seguridad ciudadana, que nos abandonó y nos dejó a merced de delincuentes, sicarios y espontáneos que utilizan sus armas contra el pueblo ante la impotencia de un Estado que se arma hasta los dientes, pero para combatir enemigos externos y que hacia adentro nos llevó al total abandono.

Pero esa no es la única guerra que libramos los venezolanos. También combatimos todos los días cruentas batallas contra la pobreza, flagelo criminal que desnutre a nuestros niños y enluta a nuestras familias. Porque el pobre come mal, en un país donde la comida es escasa por el control de divisas que no permite la libre importación de alimentos y un parque industrial y agropecuario expropiado e improductivo. Y ahora aparecen miles de millones de kilos de comida podrida como para evidenciar más el irrespeto al pobre, a su familia y a su necesidad.

La guerra por la salud está casi perdida, porque no son ambulatorios de medicina familiar lo que ha frenado el escuadrón de "patas blancas" que tienen al pueblo sin plaquetas, no son los "médicos" cubanos los que nos garantizan que los hospitales estén dotados de medicinas y equipos. Esta guerra se perdió el día que entregamos nuestra soberanía asistencial a quienes no entendieron que este país era diferente. Enfermarse es un lujo porque el precio de las medicinas y su precaria disponibilidad nos lleva ante cada episodio por la incertidumbre y el desespero de reunir el dinero con mucho esfuerzo y no tener dónde adquirir el fármaco. Hospitales fantasmas con médicos que son mártires desarmados de equipos y medicinas, que de paso arriesgan sus vidas procurando salvar las de otros.

Otras guerras se siguen peleando, porque nunca hubo tregua contra el desempleo, contra el abuso en la manipulación de cifras para esconder la inexistencia de "empleo digno" en Venezuela. Aumentos convenientes de salario mínimo que achata la base de una pirámide que nunca se invierte, de compulsivos porcentajes siempre deficitarios que no cubren la cesta básica alimentaria de la familia venezolana.

Estas y otras tantas guerras libra el venezolano todos los días, y ahora nos piden defender la Patria. La Patria somos nosotros, quienes la hacemos posible, porque sin los venezolanos, Venezuela sería una extensión de tierra insignificante. Entonces, ¿por qué no defendemos a la Patria peleando y ganando cada una de las guerras que relatamos en este escrito?

Tal vez esas guerras ya las perdimos y lo que necesitamos es un ejército de voluntades dispuestas a un verdadero cambio, armados con la esperanza y la fe en construir un futuro mejor para todos y comandados por un grupo de venezolanos blindados con solidaridad democrática,respeto al prójimo, amor a la libertad y entrega irrestricta.

Yo estoy dispuesto a librar esa guerra!!!

Publicado por:
http://greyesg.blogspot.com/2010/08/vientos-de-guerra.html

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