Por Víctor González
Es un hecho irrefutable que la oposición y disidencia Venezolana han venido ganando espacios importantes en la población y composición del País. Ha incrementado su preferencia en los sectores de la sociedad y en el electorado en general, al punto que, coloca al Chavismo a la defensiva que se empeña en un discurso ofensivo.
Tomarse tiempo para analizar sus estrategias electorales y unificar esfuerzos en las candidaturas le resultó positivo a la MUD en las últimas elecciones a la Asamblea Nacional. El Chavismo se obligó a analizar esos resultados y definir respuestas ante esa realidad. PSUV define el discurso ideológico entre Capitalismo y Socialismo como mensaje y tácticas de dilación para evitar seguir perdiendo popularidad e incluso con la clara intención de revitalizarla.
Superado ese hito electoral, la oposición ahora está obligada a prepararse de cara a las elecciones del 2012 tomando en consideración el malestar de la población ante el evidente fracaso de la gestión del Presidente y su cogestores para aterrizar las promesas ofrecidas en 12 años de gobierno y la propuesta Marxista, ya rechazada por más del 90% de los Venezolanos.
Necesita impulsar la definición conjunta de una visión de País basada en el entendimiento, la tolerancia, conciliación e inclusión de todos y cada uno de los estratos sociales. Con una clara misión de procurar conjugar los verbos del bienestar en presente y gerundio, evitando la promesa futura que ha sido la etiqueta de marca del Chavismo por más de 12 años. Con objetivos generales claros y aceptados para atender los grandes temas de la economía, el empleo, el emprendimiento individual o colectivo, el derecho ciudadano y atención incluyente de las minorías.
La oposición ahora más que nunca debe obligarse a ir concretando objetivos específicos en cuanto a gobernabilidad, seguridad, vivienda, salud, educación, empleo, propiedad privada, calidad de gestión en poderes públicos y resultados tangibles en las empresas estadales. Con indicadores claros en cuanto a cobertura, penetración, eficiencia, disponibilidad y efectividad logística en los productos y servicios públicos que espera la sociedad venezolana en su conjunto. Alejando la improvisación y la reacción no planificada de las eventualidades sociales conocidas de antemano.
Coincidir en una redistribución del poder en base a la nueva composición de fuerza política a través de la selección de su candidato a las presidenciales del 2.012 por un proceso de elecciones primarias que indiquen el aporte proporcional de la maquinaria de cada partido y la presentación de ese candidato definitivo con una sola tarjeta ante el electorado venezolano. Incluso, presentar un equipo de gobierno basado en esa composición porcentual. Es decir; proponer al Vicepresidente, Ministros y Directores de Instituciones Públicas según el resultado de los votos obtenidos por los partidos en las primarias y así alcanzar un equilibrio de fuerzas que impulsen aún más la unidad.
Ser objetivos al reconocer de antemano que el período de gobierno entrante no será fácil de ejecutar ante la polarización sembrada con discursos, acción y omisión en ambos extremos pero con el claro propósito de alcanzar las promesas sembradas.
Se disfruta aún más de los logros alcanzados bajo situación de estrés sostenido y ante las realidades más adversas. Los venezolanos sabemos reconocer eso…
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