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miércoles, 24 de julio de 2019

Estados Unidos ofrecería a Maduro garantías para su salida de Venezuela, por @ngameztorres




NORA GÁMEZ TORRES 23 de julio de 2019
@ngameztorres

Al cumplirse seis meses del reto del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, a la legitimidad de Nicolás Maduro en Venezuela, Estados Unidos está dispuesto a ofrecer garantías para una salida negociada del gobernante que ponga fin a una crisis política que muchos consideran estancada.

Un funcionario de alto rango de la administración de Donald Trump sugirió que Estados Unidos estaría considerando no incriminar a Maduro a cambio de que acepte dejar el poder en Venezuela.

“Creo que Maduro quizás está buscando una salida pero no sabe cómo luciría, no sabe si hay garantías para eso. Creo que aún piensa que si va a, digamos, República Dominicana, lo vamos a acusar e iremos tras él”, dijo un funcionario de alto rango al Miami Herald. “Creo que esa es la preocupación y creo que hay espacio para la negociación y eso es lo único para lo que hay espacio en una negociación con Maduro”.

El funcionario exhortó al gobernante venezolano a aprovechar la oferta antes que sea tarde, citando un crítico reporte de Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que detalló las violaciones de los derechos humanos en Venezuela bajo Maduro, y que podría usarse para llevarlo ante la Corte Penal Internacional de La Haya. Estados Unidos no reconoce ese tribunal, recalcó el funcionario, pero otros gobiernos de la región sí.

“Ha llegado el momento de decir, esta es la oportunidad que usted tiene y estamos dispuestos a negociar para cerrar este capítulo, pero esa oportunidad se está cerrando porque ahora incluso la ONU ha creado un caso que podría usarse en su contra en La Haya “, dijo el funcionario. “Mi preocupación es que eso lo desaliente a encontrar una salida. Lo que buscamos ofrecer es ... esta debería ser su oportunidad de pasar la página, ahora, antes que sea demasiado tarde “.

El funcionario pidió no ser identificado para poder hablar con franqueza sobre la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela.

Hay precedentes de acuerdos de este tipo. Al presidente Jean Bertrand Aristide se le permitió huir de Haití en 2004 a bordo de un avión militar de Estados Unidos en medio de acusaciones de manipular las elecciones. Más tarde fue investigado por acusaciones de narcotráfico pero nunca fue encausado.

Varias figuras del gobierno de Trump ya habían hablado de la disposición de negociar con Maduro una salida, pero la mención de garantías parece surgir del reconocimiento de que, al cabo de seis meses, no parece haber una solución inmediata a la situación en Venezuela.

“Nadie le ha dicho nunca al presidente que esto sería rápido”, dijo el funcionario, presionando con fuerza contra lo que él llama una “narrativa de los medios”. “Es indiscutible que progresamos en debilitar a Maduro en las últimas 20 semanas que los últimos dos gobiernos. En ese sentido, nos sentimos muy bien sobre dónde estamos y el avance que se se ha logrado”.

Pero el gobierno de Trump, que ha apostado todo su capital a una salida del gobernante venezolano, ha visto fracasar uno por uno los planes de la oposición que ha apoyado, desde los esfuerzos para llevar ayuda humanitaria hasta una conspiración con miembros del gobierno para derrocar a Maduro, quien sigue aferrado al poder con la ayuda de Rusia, Cuba y China. Con un salario mínimo equivalente a 8 dólares mensuales, el más bajo del continente, y en medio de la escasez de medicinas y alimentos, miles de venezolanos siguen emigrando hacia países vecinos, lo que amenaza con se que duplique el éxodo de cuatro millones de refugiados si la crisis se prolonga.

La sensación entre muchos venezolanos es de pesimismo y las manifestaciones más recientes convocadas por Guaidó ya no son multitudinarias.

“Creo que, lamentablemente, los medios de comunicación retratan esto de modo equivocado”, opinó el funcionario. “No se trata del impulso [de Guaidó] y de la gente en las calles; es realmente un desafío poder llegar a la gente porque cada vez que él abre la boca, el gobierno venezolano tumba internet con ayuda de los chinos. El mayor desafío que enfrenta es de transmitir su mensaje. La gente apoya su mensaje pero no puede protestar si no saben adónde ir”.

Estados Unidos fue el primer país en reconocer a Guaidó el 23 de enero de 2019 como el presidente legítimo de Venezuela. Desde ese entonces, Washington ha destinado millones para ayuda humanitaria y ha sancionado a miembros del régimen chavista, agencias de seguridad y objetivos económicos como PDVSA, la petrolera estatal. Todo menos una acción militar, pese a que altos funcionarios del gobierno, el vicepresidente Mike Pence y el propio presidente machacaron la frase “todas las opciones están sobre sobre la mesa” ante los medios.

Seis meses después, una intervención militar, la opción más comentada en Venezuela, parece una posibilidad cada vez más lejana.

“No sé en qué parte de la esfera política venezolana se ha puesto de manifiesto el hecho de que los venezolanos pidan una intervención militar y la van a conseguir. No es así”, dijo el funcionario.

“Vamos a hacer todo lo posible para ayudar al presidente interino Guaidó con las herramientas y los mecanismos que tenemos, pero cuando se trata de esa opción definitiva, la seguridad nacional de Estados Unidos pesa mucho y esa no es una decisión que los venezolanos puedan tomar, esa es una decisión que le corresponde al presidente de Estados Unidos”, agregó.

Lo que Estados Unidos sí está dispuesto a hacer es ampliar las sanciones a nuevos objetivos en Venezuela. La semana pasada, el Departamento del Tesoro sancionó a la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela y a cuatro de sus miembros por su papel en la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo.

“Verán medidas más duras ... más amplias y más holísticas”, dijo el funcionario. El efecto de algunas de las sanciones más recientes contra el sector petrolero, agregó, apenas se han comenzado a sentir porque las regulaciones contemplan períodos de gracia para que las empresas estadounidenses pongan fin a sus operaciones en ese país.

Tras el reporte de Bachelet, la Unión Europea también advirtió que aumentaría las sanciones “si no hay resultados concretos en las negociaciones en curso”, facilitadas por el gobierno de Noruega, dijo la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, en un comunicado.

Pero sentarse a conversar con representantes de Maduro, primero en Oslo y recientemente en Barbados, ha dividido a la oposición y debilitado políticamente a Guaidó. Voces prominentes de la oposición, como María Corina Machado y el ex alcalde caraqueño Antonio Ledezma, no han escatimado palabras para criticar lo que consideran un gesto fallido que solo fortalece a Maduro. El descontento con el diálogo ha forzado a Guaidó a tener mucho cuidado con su postura para para poder presentarse ante los gobiernos europeos como un político pragmático que evalúa todas sus opciones y apaciguar a su base al insistir que no cesará hasta lograr “el fin de la usurpación”, una frase que alude a la salida del gobernante.

En un fragmento inédito de una entrevista concedida a fines de mayo a el Nuevo Herald, Guaidó se refirió a las conversaciones en Oslo “como una iniciativa más. Estamos enfrentando una dictadura… que durante años ha demostrado utilizar este tipo de iniciativas para dilatar, para ganar tiempo, para confundir a la opinión pública y para hacernos ver débiles. En este caso no les funcionó.”

“Venezuela no tiene tiempo”, agregó el líder opositor. Unas semanas después, a principios de julio y sin una solución rápida, representantes de la oposición y el régimen de Maduro se sentaban de nuevo a conversar en Barbados. La semana pasada hubo otro encuentro en esa misma isla.

Tanto Noruega como la Unión Europea, que respaldan las conversaciones, apoyan una solución política que incluya nuevas elecciones tanto para la presidencia como para la Asamblea Nacional bajo un renovado Colegio Nacional Electoral y un nuevo padrón electoral. Pero celebrar elecciones bajo Maduro, o incluso con él como candidato, ha resultado un punto controversial.

El secretario de Estado Mike Pompeo dijo el sábado que unas elecciones libres y justas mientras Maduro siga en el poder, con el apoyo del gobierno cubano, son “inconcebibles”.

Un portavoz del Departamento de Estado para Asuntos de las Américas dejó claro que Maduro es visto como el único obstáculo para la solución de la crisis.

“Lo único que impide avanzar con un gobierno de transición, la suspensión de sanciones y la preparación para las elecciones es la negativa de Maduro a renunciar para permitir que el gobierno de transición tome el control”, dijo el portavoz.

“No apoyamos medidas que dejen a los participantes corruptos y no democráticos en el poder o compren tiempo para que el régimen de Maduro consolide aún más su dominio en el país”, dijo el portavoz sobre las conversaciones mediadas por Noruega. “Cualquier discusión sobre una transición debe incluir la partida de Maduro como condición previa para las elecciones; la creciente represión y los ataques contra las instituciones democráticas son una prueba positiva de que Maduro no está dispuesto o es incapaz de respetar los procesos democráticos”.

Aunque el gobierno de Trump no ha ocultado su escepticismo sobre las conversaciones mediadas por Noruega, el funcionario dijo que las sanciones de Estados Unidos habían llevado a Maduro a sentarse en la mesa del diálogo.

“Sin el rápido y contundente apoyo del presidente Trump, este desafío a Maduro se habría derrumbado hace meses. La única razón por la que el régimen de Maduro está incluso en la mesa de negociaciones en Barbados son las medidas tomadas por esta administración”, dijo el senador Marco Rubio, republicano por la Florida Marco Rubio..

“No solo Estados Unidos se mantiene escéptico ante las conversaciones. El Vaticano se negó explícitamente a participar en nuevas conversaciones y la Unión Europea acaba de votar para imponer sanciones si estas fracasan, porque Maduro tiene una larga historia de usar conversaciones para ganar tiempo y tratar de dividir a la oposición”, dijo el senador. “La esperanza de lograr el alivio a las sanciones de Estados Unidos es lo que obligó al régimen a participar en las negociaciones. Estas sanciones solo deben levantarse si el gobierno legítimo del presidente interino Guaidó puede llegar a un acuerdo que lleve a una transición real a la democracia”.

Pero incluso si Maduro accede a irse, no queda claro qué otros miembros del régimen aceptarían dejar el poder. En Twitter, Rubio se refirió al más conocido de estos personeros: Diosdado Cabello, el número dos del régimen, quien últimamente ha acumulado más poder.

“Diosdado Cabello está tomando el control de Venezuela de [las manos de ] Nicolás Maduro”, escribió Rubio. “No solo preside la Asamblea Constituyente ilegítima, sino que los miembros de su familia y los leales [a él] ahora controlan las fuerzas armadas, la agencia de espionaje, la compañía de petróleo, la recaudación de impuestos, las obras públicas y muchos ‘colectivos’”. Los colectivos son organizaciones paramilitares a las que se les acusa de muchos actos de violencia política en el país.

Un primo de Cabello, el mayor general Alexis Rodríguez Cabello, es desde principios de julio el Comandante General del Ejército Bolivariano. Un mes antes, el inusual viaje de Cabello a La Habana generó un sinnúmero de especulaciones.

“¿A qué fue Diosdado Cabello a pasar el fin de semana a Cuba? Cualquier observador curioso diría que está tratando de vender a los cubanos que quizás él sea la mejor opción”, dijo el funcionario de alto rango. “Quizás estés viendo un cortejo de elementos chavistas que trata de convencer a los cubanos de que sus intereses están protegidos con ellos. Eso magnifica el hecho de que no hay nadie en quien Maduro pueda confiar”.

Aunque la oposición ha cuestionado la división entre “madurismo” y chavismo, lo que consideran una separación artificial, el funcionario dijo que el “madurismo” se había convertido en el “principal obstáculo para la supervivencia política del chavismo”, otra razón para que los miembros del régimen se desvinculen del atribulado gobernante. Al mismo tiempo, reconoció que había escenarios posibles para el futuro de Venezuela que no eran “ideales”, como un golpe de Estado promovido por Cabello.

Pese a esta incertidumbre, el funcionario insistió en que la política estadounidense hacia Venezuela estaba dando resultados.

“Solamente hay que observar el cambio radical que ha habido en la situación en comparación con el 31 de enero”, dijo. “Si alguien piensa que se ha perdido ese impulso, que no se ha ganado mucho terreno, que Maduro no está herido de muerte, entonces están observando un mundo completamente diferente”.


La agencia de noticias EFE tituló:

EE.UU. da un "corto plazo" a Maduro para dejar el poder con "garantías"

Estados Unidos ha comunicado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que tiene un "corto plazo" para dejar el poder con "garantías" si no quiere enfrentar la Justicia internacional y nuevas sanciones, reveló este martes el encargado de Latinoamérica en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone.

En una entrevista exclusiva con Efe en la Casa Blanca, el mismo día en que se cumplen seis meses desde que Estados Unidos reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, el alto funcionario defendió que los mayores frutos de la estrategia estadounidense están por llegar.



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