Lester Toledo 10 de octubre de 2019
@LesterToledo
Hasta
seis días de extenuantes colas, a pleno sol, en medio de temperaturas que
superan los 40° C y con la esperanza incierta de surtirse de apenas 30 litros
de gasolina para sus vehículos, deben soportar los venezolanos. Pero mientras
en Venezuela los ciudadanos son castigados y sometidos a esta agonía, el
causante de todos estos males, el que usurpa el poder, prefiere congraciarse
con sus cómplices del mal en Cuba, que alivianar la pesada carga ante la aguda
crisis que agobia al pueblo.
Precisamente
ese padre de familia, ese trabajador, estudiante, esa madre o ese chofer de
tránsito, que sale cada semana a una búsqueda de combustible cargada de
incertidumbre y angustia, lo mínimo que pudiera aspirar, de quien se empeña de
ocupar el poder, es una solución.
Una
vez más el usurpador nos demuestra lo poco o nada que le interesa el bienestar
el pueblo venezolano, por el contrario, pareciera disfrutar de su dolor y
agonía, porque ante la grave crisis energética que sacude, ente otros males, a
Venezuela, ordena solventar la crisis de combustible, pero no del país, sino de
Cuba.
Si,
aunque sonará a ironía o chiste cruel, hablamos de Cuba, a esta isla partió una
flotilla de buques provenientes de Venezuela cargados de crudo y combustible
para atender la escasez de gasolina de allá, o sea, gasolina para Cuba y
escasez para Venezuela.
Y
es que con sus actuaciones, Maduro, sin disimulo alguno, cada día le da la
razón a Trump cuando lo llama “Títere de Cuba”, pues no solo se ocupa de
solucionarle los problemas a Raúl Castro, sino además también de su gestión. El
usurpador del poder en Venezuela operó como canciller cubano, al negociar con
Rusia, ayuda, no precisamente para su país, sino para Cuba.
No
es nada casual que a tan solo días de efectuada la visita de Maduro a Rusia, el
primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, visita a Cuba.
De
esta tríada del mal y con la orden de Maduro, desde finales del mes de
septiembre se han enviado a Cuba al menos ocho buques transportando 3,83
millones de barriles de crudo y combustible desde Venezuela, en comparación a
cinco buques con 1,98 millones de barriles que llegaron a principios del mismo
mes.
Lo
grave y condenable de toda esta situación es que mientras en Venezuela la
crisis energética alcanza niveles críticos, en esa misma medida, se han
incrementado los envíos a La Habana. Se tienen reportes de incremento en las
exportaciones de crudo, en casi 143.000 bpd, más del doble del volumen enviado
en meses anteriores.
Otro
detalle que se le suma a esta comedia trágica es que la producción petrolera
cubana alcanza para el 40% de sus necesidades, el resto lo abastece Venezuela.
Y
por esta orden del “Títere de Cuba”, somos víctimas de la ironía mayor, la
potencia petrolera de otrora que fue nuestra nación, hoy ha sido reducida por
este régimen usurpador y corrupto, a un país lleno de estaciones de servicios
cerradas o colapsadas por la falta de combustible.
Amén
de ser un país sometido a inclementes jornadas de racionamiento eléctrico, con
carencia del servicio de agua potable, de gas doméstico, además de escasez de
alimentos y medicinas en medio de una voraz hiperinflación.
Ahora
bien, la solución no pasa por evitar que estos buques cargados de crudo y
combustible venezolano salgan a Cuba, la real solución a la aguda crisis que
azota a los venezolanos, es solo una, que cese la usurpación, y en este
propósito debemos seguir sumando fuerzas y capacidades hasta lograrlo. Ya lo
hemos dicho, la verdadera ayuda humanitaria que urge en Venezuela es poner fin
a la dictadura.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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