VOA 08 de noviembre de 2024
La
política exterior de EEUU hacia Venezuela es bipartidista, pero es una
incógnita cuál será la posición del presidente electo, Donald Trump: ¿una de
máxima presión o una más moderada?
Si bien la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela es bipartidista, todavía es una incógnita cuál será la posición que asumirá el presidente electo, Donald Trump, en medio de conflictos mundiales que impactan en aspectos energéticos: ¿una política de máxima presión como en su primer período o una más moderada como la que adoptó el actual mandatario, Joe Biden?
La
incertidumbre aumenta conforme se acerca el 10 de enero, fecha en la que el
presidente electo de Venezuela debe asumir el cargo, en medio de
cuestionamientos de la comunidad internacional que pide resultados
“verificables” de las elecciones del 28 de julio.
Maduro
fue proclamado ganador para un tercer mandato, a pesar de las denuncias de
fraude de la oposición y de que la autoridad electoral no mostró datos
desglosados; mientras que el excandidato opositor Edmundo González, exiliado en
España, ha asegurado que espera volver para asumir la presidencia.
Trump,
que pocas veces nombró a Venezuela durante su campaña y cuando lo hizo fue con
imprecisiones, volverá a ocupar la Casa Blanca en medio de un complejo
panorama, con varios conflictos internacionales en curso que envuelven
importantes corredores energéticos.
Benigno
Alarcón, politólogo y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno
de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), afirma que, por lo pronto, solo
queda claro cómo actuó Trump durante su primer mandato.
“Sabemos
lo que sucedió en el pasado, pero también sabemos que hubo cosas que no
funcionaron como esperaba la Casa Blanca en ese momento y eso podría modificar
la conducta”, sostiene, aunque no descarta que las relaciones puedan ser “más accidentadas”.
Luis
Peche Arteaga, consultor político e internacionalista, subraya que existen
intereses de actores económicos estadounidenses vinculados al sector petrolero,
lo que, a su juicio, podría ser un factor importante en la política de Trump.
Leonardo
Buniak, economista, calificador de riesgo y especialista en geopolítica de la
energía, destaca que respecto a las sanciones cualquier escenario es posible,
pero ve poco probable que sean revocadas las licencias aprobadas a empresas
petroleras.
“¿Por
qué razón?, porque va a primar la seguridad energética de EEUU. En cualquier
escenario sociopolítico en Venezuela el petróleo manda”, dijo a periodistas en
un foro empresarial celebrado recientemente en Caracas.
En
abril, Estados Unidos revocó una licencia que autorizaba transacciones al
sector petrolero y gasístico de Venezuela por considerar que el gobierno de
Maduro incumplió compromisos asumidos en materia de garantías electorales, pero
permitió la posibilidad de que se emitan licencias específicas.
Tras
felicitar a Trump por su victoria, el gobierno de Maduro manifestó estar
dispuesto a entablar “buenas relaciones” sobre la base de “diálogo, respeto y
sensatez”.
“En su
primer gobierno, presidente reelecto Donald Trump, no nos fue bien, este es un
nuevo comienzo para que apostemos a ganar-ganar y le vaya bien a Estados
Unidos, le vaya bien a Venezuela”, dijo Maduro.
“La
voluntad de Dios”
En
medio del clima de miedo generalizado que se vive en el país tras las
elecciones presidenciales del 28 de julio, algunos venezolanos creen que la
llegada de Trump al poder podría ocasionar que se concreten cambios positivos
para Venezuela, pero otros se muestran suspicaces.
“Si él
ganó por algo Dios permitió eso. Estamos esperando que se haga la voluntad de
Dios a través de Trump, que a lo mejor podría ser la pieza prevista para
nuestro país”, dijo Gregoria, una mujer consultada por la Voz de
América en una calle de Caracas sin dejar de asomar la dura
situación económica que atraviesan millones de venezolanos.
Unos
metros más adelante, Eduardo Palacios manifestó tener esperanzas de que EEUU
ayude a Venezuela a “salir adelante”, pero no mediante sanciones.
“No
van a lograr nada con sanciones. No creo que las levanten, a lo mejor aplican
más fuerte para presionar más al gobierno actual”, afirmó.
En
general, todos los ciudadanos de a pie consultados por VOA coinciden en querer
una mejor vida, en un mejor país.
“Ojalá
que hablen y lleguen a un acuerdo, porque a la hora del té los que sufrimos
somos nosotros, el país, no ellos”, manifestó Willy.
Para
Leonel López, otro ciudadano encuestado por VOA, sería ideal la normalización
de las relaciones entre Caracas y Washington, así como el cese del “bloqueo”,
pero considera que Trump viene “con presión”.
“Tiene
el resentimiento hacia Venezuela en particular, más que hacia otros países de
Latinoamérica”, opina.
Las
relaciones entre EEUU y Venezuela, que antes de la llegada al poder del
expresidente Hugo Chávez fueron históricamente amistosas y sólidas, viven uno
de sus peores momentos desde que rompieron lazos en 2019, cuando Trump, que
instauró una política de máxima presión, reconoció a Juan Guaidó como
presidente interino de Venezuela.
Guaidó
fue reconocido por al menos cincuenta países bajo el argumento de que el
proceso electoral en el que en 2018 Maduro obtuvo la reelección fue
“fraudulento”.
En
2022, tras la invasión de Rusia a Ucrania, se abrió un canal directo entre
Washington y Caracas que derivó en el canje, a finales del año pasado, de un
grupo de estadounidenses detenidos en Venezuela por Alex Saab, un cercano
colaborador de Maduro, actualmente ministro de Industrias, que era procesado en
EEUU por lavado de capitales.
Posteriormente
el gobierno venezolano acusó a EEUU de incumplir dos memorandos de
entendimiento firmados con representantes de la Administración Biden, uno sobre
materia migratoria y otro sobre aspectos políticos y diplomáticos, orientados a
normalizar las relaciones entre ambos países.
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