César Pérez Vivas 11 de noviembre de 2024
En
Venezuela el verdadero anti fascismo lo encarna la sociedad democrática
La
cruenta dictadura de Maduro, a través de unos de sus principales promotores, el
psiquiatra Jorge Rodríguez se inventó la semana pasada una asamblea de
parlamentarios de los grupos anarquistas, anti demócratas y pro “socialistas”
de varios países. A dicha asamblea le dieron el pomposo nombre de FORO MUNDIAL
PARLAMENTARIO ANTIFASCISTA.
Dije en mi cuenta X, al momento de su instalación, que era otro parapeto para seguir mal gastando, derrochando y robando las finanzas de nuestra arruinada Venezuela. Examinando más en detalle la reunión no cabe duda que las misma fue un encuentro, muy típico, de los “nacional socialistas” y de “los comunistas”, para hacerse propaganda y así difundir su narrativa, con el fin de justificar su decisión de usurpar el poder a través del fraude y la violencia. En efecto ese evento es otro monumento al cinismo, la manipulación y a la mentira.
Un
régimen fascistoide, anti democrático, violador contumaz de los más elementales
derechos humanos sé auto proclama “anti fascista”. Si nos detenemos a
examinar el comportamiento de Nicolás Maduro y su camarilla, no hay duda de su
encuadramiento en los comportamientos de los clásicos autoritarismo del siglo
XX, vale decir en las atrocidades del marxismo-leninismo-estalinismo soviético
y en el del nacional socialismo de Hitler.
El
fascismo se caracterizada por eliminar el disenso. El funcionamiento social se
sustenta en una rígida disciplina y un apego total a las cadenas de mando, en
sostener un fuerte aparato militar cuyo espíritu trascienda a la sociedad en su
conjunto; lo que Maduro y su camarilla llama “unión cívico militar-policial”,
junto a un permanente adoctrinamiento en los valores castrenses. El militarismo
exacerbado a niveles absurdos. En nuestro caso todo el lenguaje del poder está
fundamentado en conceptos y términos militares. Para definir una tarea o un
plan de gestión administrativa se le califica de “misión o misiones”. Por
ejemplo “Misión Identidad”, “Misión Vivienda”, “Misión Transporte”. Para darle
nombre a un equipo de trabajo de alto nivel se le llama “estado mayor”, por
ejemplo, el “estado mayor del agua”, “estado mayor eléctrico”, entre otros. Se
apela a términos militaristas a la hora de caracterizar programas o actividades
de la sociedad y del gobierno. Por ejemplo, se habla de “guerra económica”,
“bono de guerra”. Constituyeron “las UBCH” también conocidas como “unidades de
batalla”, creadas por Hugo Chávez, en su mentalidad militarista, para la
defensa de su revolución. Se apela a personas del mundo militar para dirigir la
administración pública. En fin, es una transformación de la sociedad civil en
una sociedad militarista.
Los
fascistas, vale decir el madurismo, consideran obsoleta la democracia liberal
como forma de gobierno. Chávez y su secta denigraron hasta la saciedad de la
democracia representativa. Plantearon una “democracia participativa y
protagónica” para eliminar las instituciones de la democracia liberal.
Terminaron estableciendo una dictadura donde las instituciones del estado de
derecho han sido desmontadas y suplantadas por un aparato obediente a las
instrucciones del caudillo establecido en el poder.
La
cúpula roja no puede ser más cínica en su discurso y en su comportamiento.
Después de haber burlando la voluntad ciudadana en las elecciones
parlamentarias del 2015, desconociendo las atribuciones de la Asamblea
Nacional, hasta el punto de clausurarla mediante el establecimiento fraudulento
y arbitrario de una falsa constituyente; y cometiendo ahora el burdo fraude en
la elección presidencial del pasado 28 de julio del 2924, pretenden acusar a la
oposición democrática, que, en circunstancias extremadamente hostiles, los derrotó
en esos comicios de ser “fascistas”. Es decir, imputarles a sus adversarios lo
que ellos son.
En
Venezuela el verdadero fascismo está instalado en el poder. El comportamiento
de Maduro y su camarilla encuadra perfectamente en las características propias de
esos movimientos. Ellos representan el militarismo, la violencia para imponer
una secta en el poder, la mentira repetida como forma de vida, la violación
masiva de los derechos humanos, la negación del pluralismo político e
ideológico y la voluntad de controlar de forma absoluta a la sociedad.
En
Venezuela el verdadero anti fascismo lo encarna la sociedad democrática. La
que, superando el hostigamiento, la censura de prensa, la ilegalización de los
partidos políticos, el bloqueo a las organizaciones sociales, la persecución
judicial, la cárcel, el exilo y la muerte ha sido capaz de movilizar a la
sociedad y derrotar con los votos al verdadero fascismo que encarna Nicolás
Maduro.
Por
mucho dinero que mal gasten en la propaganda para criminalizar a la sociedad
democrática no podrán borrar su conducta criminal y no confundirán, ni a
nuestra sociedad, ni a la comunidad internacional de su verdadera naturaleza.
El mudo democrático ha conocido muy bien a la camarilla que hoy usurpa el poder
en nuestro país. Sabe de sus perversiones, de su naturaleza. De modo que pueden
seguir haciendo reuniones, bajo el nombre que quieran; pueden seguir haciendo
propaganda con su discurso maniqueo y mentiroso que nadie les va a creer.
Entre
tanto nuestra sociedad resiste heroicamente la brutal arremetida de violencia
institucional y física de la cúpula roja hasta el momento en que logremos hacer
valer el voto ciudadano emitido el 28J. Está época de terror, de
destrucción y de mentira la vamos a superar, y quedará para la historia el
registro de una camarilla que en mala hora gobernó, para nuestra desgracia,
esta patria.-
César
Pérez Vivas
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