Meritxell Freixas 15 de noviembre de 2024
Una
creciente polarización política entre los países latinoamericanos obstaculizó
las negociaciones para lograr una declaración conjunta consensuada
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la crisis venezolana, la seguridad y la lucha contra el crimen organizado han sido temas de la agenda regional que han marcado la conversación –pública y privada– de las delegaciones participantes a la XXIX Cumbre Iberoamericana que concluyó este viernes en Ecuador, sin una declaración oficial por falta de consenso y, por primera vez, sin la asistencia de los presidentes latinoamericanos, salvo el anfitrión.
Bajo
el lema ‘Innovación, inclusión y sostenibilidad’, la cita buscaba lograr
acuerdos en materia de equidad de género, acciones para luchar contra el cambio
climático y el impulso a la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), entre otros asuntos. Pero las dificultades que enfrenta el
continente de forma más inminente también ocuparon parte de las conversaciones
entre las delegaciones.
Las
tensiones bilaterales, las crisis diplomáticas y una creciente polarización
política entre los países latinoamericanos obstaculizaron las negociaciones
para avanzar hacia una declaración conjunta consensuada por los 19
países asistentes (todos los de la comunidad, excepto México,
Venezuela y Nicaragua) y reflejaron las posiciones encontradas de la región en
sus principales desafíos.
El
regreso de Trump
“El
próximo Gobierno de Estados Unidos tiene el desafío de acercarse más a América
Latina y superar la política migratoria”, dijo a la agencia
de noticias EFE el vicecanciller uruguayo, Nicolás Albertoni,
quien sinceró que la futura presidencia de Donald Trump ha sido un tema de
discusión recurrente entre las delegaciones.
“Hay
una política estratégica, comercial y de cooperación. Somos parte de una
América mucho más amplia”, reiteró el representante uruguayo, para quien la
comunidad iberoamericana tiene “una expectativa positiva” del nuevo escenario y
por eso “no hay que anticiparse” ni pronosticar “miedo o crisis”.
A
pesar de las promesas de Trump de aumentar los aranceles sobre las
importaciones, la subsecretaria de Exteriores chilena, Gloria de la Fuente, se
mostró convencida de que no habrá cambios en los vínculos entre ambos países:
“Tenemos un tratado de libre comercio desde hace más de veinte años y no
tenemos expectativas de que esto cambie”.
También
el canciller panameño, Javier Martínez-Acha, apuntó a mantener los “estrechos”
vínculos históricos con EEUU, su principal socio comercial , “para avanzar en
la relación bilateral”.
“Estamos
destinados a entendernos sin importar quien gobierne en ambos
países, tenemos muchos puntos de coincidencia que trascienden una
administración o la otra”, añadió.
Crisis
venezolana
El
escenario en Venezuela a partir del próximo 10 de enero, fecha prevista
para la toma de posesión del presidente, fue abordada “con preocupación”
por los asistentes, según las fuentes consultadas por EFE.
Según
Martínez-Acha, en el foro quedaron de manifiesto distintas “sensibilidades”
sobre la crisis en Caracas, desde quienes dan por ganador al opositor Edmundo
González Urrutia, a quienes no reconocen a Nicolás Maduro, pasando por los que
desconocen a ambos.
“Para
nosotros, Maduro es el candidato perdedor y derrotado”, aseveró el jefe de la
diplomacia panameña.
Panamá
junto con Ecuador, Uruguay, Argentina, Perú y Costa Rica reconocen al candidato
opositor venezolano Edmundo González como ganador de
las elecciones celebradas el pasado 28 de julio.
“Es
difícil hablar de agenda estratégica, innovación y sostenibilidad, cuando ante
nuestros ojos tenemos países que ejercen claras violaciones a los derechos
humanos”, repuso por su parte el vicecanciller uruguayo.
“A
veces, en este espacio iberoamericano, este tema no está en el eje del debate,
pero vamos a mencionar que la defensa de la democracia y los derechos humanos
tiene que estar en la conversación”, recalcó Nicolás Albertoni, quien sostuvo
que si Edmundo González no asume la presidencia el próximo 10 de enero,
Venezuela se convertirá en una dictadura.
En
tanto, Chile, que en los últimos meses ha vivido varios episodios
de tensión diplomática con Caracas relacionados con la gestión de la migración
y el crimen organizado, reiteró su posición de no reconocer a ninguno de los
candidatos.
“Tenemos
que esperar a cómo se dan los hechos de aquí a enero para tomar nuestra
posición al respecto”, insistió la subsecretaria de Exteriores
chilena, Gloria de la Fuente.
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