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sábado, 29 de agosto de 2015

Pichones de Nerones, por Christian Burgazzi @cburgazzi


Por Christian Burgazzi, 28/08/2015

Se cuenta que Nerón, el tiránico emperador romano, mandó a incendiar a Roma para reconstruirla según sus planes urbanos y que tocaba la lira mientras el voraz incendio devoraba la ciudad eterna.

De forma similar nuestra dolida tierra ha sido arrasada por los barbáricos tiranos rojos que controlan todos los poderes y entre sus planes no está la reconstrucción de la patria, sino la permanencia en el poder y la preservación de su botín, así cueste la destrucción de Venezuela y afecte grave y peligrosamente las relaciones con países hermanos y con otros países de la región y del mundo.

Por los vientos que soplan estamos siendo espectadores de la quema de Roma, como intento final de evitar la caída del imperio rojo.

Pretenden cosechar tempestades, sembrando vientos.

A diferencia de Roma, aquí los aspirantes a emperadores son más de uno, con la dupla Mad-dado a la cabeza (¿por ahora?)

Hasta el presente lucen una pareja compacta, pero ¿será sólida? (suena igual, mas no es lo mismo…). Están pegados con el chicle de la supervivencia mutua.

¿Qué pasaría si uno cae y el otro sobrevive? ¿Juntos hasta el final? ¿Quién tiene más poder y quién tiene más que perder? ¿Aparecerán terceros en disputa?

Uno de ellos ya tiene cantada su fecha de vencimiento: el 6 de Diciembre la Asamblea Nacional quedará calva (@ChuoTorrealba dixit).

No así la Presidencia (por ahora…)

¿Qué haría el número dos para evitar su caída de primero?
Una de dos (o las dos).

Una: evitar a toda costa la medición electoral el #6D, así le cueste al país el aislamiento internacional (total, él ya está aislado, mejor dicho, asilado aquí).

Dos: cambiar el tablero para poner en juego también la cabeza del otro.

O una combinación de ambas, como ya ha referido @NelsonBocaranda en uno de sus recientes #Runrunes: Posponer las elecciones del #6D hasta el 2016 y convocarlas junto a la elección presidencial.

De todas maneras ese cargo podría ser revocado el año que viene; para eso es mejor que renuncie ahora, quiéralo o no, y abrir el campo a un nuevo juego. Intentado crear confusión, apostando a la división de la oposición ante la imperiosa necesidad de escoger a un candidato presidencial unitario (con los presos políticos liberados previamente, como parte de la jugada roja para aumentar el número de competidores entre los opositores), buscando “ganar” tiempo a ver si se salvan, o si al menos logran negociar su retirada (y proteger el botín, impunemente, como están acostumbrados).

Cuando se evalúa qué le sale más caro al régimen ¿suspender las elecciones del #6D o perderlas aparatosamente? hay que hacer varias consideraciones.

Dentro del régimen coexisten varios cabecillas, para los cuales los costos pueden ser apreciados de forma diferente. A unos les interesa el poder y la posibilidad de volver a conquistarlo en el futuro, mientras que a otros les interesa preservar su inconmensurable botín, para disfrute de ellos y de todas sus generaciones futuras.

Por otro lado, hay que definir qué significa una derrota “aparatosa” el #6D, lo cual también varía dentro del régimen. Obviamente sería desastroso para todos los jerarcas rojos quedar con 1/3 de los diputados, incluso con 2/5 (el 40%).

Sin embargo para algunos, quedar en minoría simple podría ser tolerable y trabajan para intentar matizar la inevitable derrota, mientras que para otros perder así sea por un pelo de cabello podría ser intolerable. La mayor cantidad de las decisiones de la AN requieren de la mayoría simple (también llamada mayoría absoluta: 50%+1); entre otras importantes, elegir a su Directiva…

De allí la paradoja: mientras tratan de amortiguar la paliza electoral con la ayuda de su CNE, aceleran los daños radicalizando controles, represión y atropellos, empujando la economía al abismo más profundo, como parte de lo que parece una campaña para perder votos a granel, quizás pensado en que nunca tendrán que contarse.

La cercanía de las elecciones del #6D agudizará las contradicciones rojas y profundizará el caos nacional.

Está visto que estos pichones de Nerones incendiarios son capaces de las peores perversidades; todas traerán más caos, sudor y lágrimas, y esperemos que no más sangre.

El costo de jugadas extremas luce alto, sobre todo frente al mundo que ya tiene al régimen en la mira. Las respuestas previsibles  por parte de la comunidad internacional serían el aislamiento político y sanciones económicas, que afectarían dura y directamente a la ya muy sufrida población de Venezuela. Los jerarcas del régimen seguirían tratando de sobrevivir el mayor tiempo posible ¿los respaldarían rusos y chinos si le dan una patada al tablero democrático? ¿o se quedarían solos con los impresentables tiranos de Zimbabwe y Corea del Norte?

No habrá una invasión internacional para venir a salvarnos, sino mayor presión externa para ayudarnos a salvarnos nosotros mismos.

Ni hay tal cosa como un “mesías salvador”, como muchos creyeron era el difunto, y ahora pagamos todos las nefastas consecuencias.

Ni mucho menos  existen “soluciones” “cívico-militares o milico-cívicas”, que por lo demás son un oxímoron clásico, clara contradicción de términos como la “docta ignorancia” de este régimen de bastardos sin gloria y su “eterno muerto”.

Sin duda alguna los venezolanos junto a los valiosos inmigrantes, siempre bienvenidos en esta tierra de gracia, volveremos a “lanzar el yugo”, “la ley respetando, la virtud y honor”.

“¡Abajo Cadenas!”

“La fuerza es la unión”



Christian Burgazzi
@cburgazzi

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