Elvia Gómez 12 de junio de 2016
@ElviaGomezR
El
diputado Timoteo Zambrano (MUD-UNT) integró entre 2003 y 2004 la Mesa de
Negociación y Acuerdos que condujo César Gaviria por la OEA. Entonces, como
ahora, se buscaron las condiciones para llevar adelante un referendo
revocatorio del mandato. En 2016, Zambrano recalca que, a diferencia de antes,
el nuevo equipo facilitador que coordina Ernesto Samper está “marcado por la
urgencia”.
“Sorprendido”
dijo sentirse el negociador de la coalición por las críticas que desde la
oposición hacen al expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, por su
reciente visita a la cárcel de Ramo Verde, donde, dijo, fue a formarse su
propia idea de la situación de los presos políticos. “No hay que olvidar que
Leopoldo López, al igual que Manuel Rosales, son jefes de sus partidos”.
–¿De
dónde o de quién surge la iniciativa para hacer un nuevo proceso de diálogo con
el Gobierno?
–Este
es un proceso no concluido, que arrancó en 2002. Eso siguió en el imaginario
del venezolano y de la élite política. En la medida en que la crisis se
profundiza, va resurgiendo el diálogo como un camino para reencauzar al país.
Un tema que colocó de relieve el diálogo fue la puja de 2015 por la fecha para
las elecciones parlamentarias. Se empezó a atar la observación internacional a
la necesidad de que, de una vez, teniendo una fecha, un resultado y un
reconocimiento de ambas partes, pudiéramos avanzar en las post elecciones en un
camino de encuentro. Pero hubo como un “delay”. Si hubiésemos avanzado con la
facilitación luego del 6-D hubiéramos tenido un mejor aterrizaje.
–¿Hubo
alguna reunión este año antes de la que trascendió hace poco?
–No,
no. Antes sólo hubo algunos encuentros del expresidente Ernesto Samper con
algunos dirigentes de la MUD. Me imagino que también con el Gobierno. Reuniones
de la MUD con el Gobierno aún no se han producido.
–¿Al
día de hoy cómo están las posibilidades de que avancen?
–En
estos procesos siempre los obstáculos están a la orden del día. Habíamos
avanzado rápidamente en un temario importante, no pactado de manera directa
entre las dos partes sino a través de los facilitadores. Luego de eso hay
lentitud producto de la necesidad de una fecha para revalidar las firmas que el
CNE no ha dado. Por eso los representantes de la MUD no viajamos a República
Dominicana para continuar estos diálogos con un encuentro directo entre
Gobierno y oposición con la facilitación de los mediadores. Hoy el estatus es
de lentitud.
–¿Se
mantiene el veto del Gobierno al representante de Voluntad Popular, Carlos
Vecchio?
–Hemos
dicho que no existe veto, no es posible por ninguna de las partes. Eso no está
resuelto hasta ahora. Es un tema que ya está en la mesa.
–¿Están
en comunicación permanente con los tres facilitadores?
–Sí,
es permanente. Ayer (miércoles) estuvo aquí el expresidentes Martín Torrijos,
con quien tuvimos varias reuniones. Y la hay por correos, por teléfono. La
Secretaría de Unasur está en permanente contacto.
–A
Samper se le critica mucho su aparente parcialización con el gobierno de
Maduro. ¿Qué opina?
–Yo no
puedo dudar de la buena fe de la facilitación. Unasur cumplió una buena tarea
en la observación electoral de 2015. Esa relación la llevé yo. Todas nuestras
peticiones fueron oídas y las llevaron donde tenían que llevarlas. Para la MUD
el comportamiento de Unasur fue satisfactorio. Hay una nueva geopolítica:
Brasil y Argentina, eso es importante. Creo que Samper está en la búsqueda de
una salida pacífica en este país. Tengo que agradecer que Unasur se esté
involucrando en este proceso para evitar males mayores.
–¿Ve
homogeneidad en el criterio de los facilitadores y en el Secretario General de
Unasur con el problema venezolano, o hay matices?
–En
general hay más o menos una percepción homogénea que se centra en la
democracia, en frenar la violencia, desescalar el conflicto, buscar acuerdos en
materia económica, en la confrontación institucional, en el tema de presos
políticos y DDHH. Los expresidentes (Zapatero, Martín Torrijos y Leonel
Fernández) ven que todos esos son los grandes temas entre dos sectores
profundamente polarizados.
–Menciona
a los presos políticos. Corren diferentes versiones sobre a qué fue Rodríguez
Zapatero a Ramo Verde y qué conversó con Leopoldo López. ¿Qué sabe?
–Yo
valoro la visita como muy positiva. En este temario que tenemos acordado, el de
los presos ocupa un punto relevante en uno de los bloques propuestos por la
facilitación, que tiene que ver con amnistía, reconciliación, DDHH, etc. Toda
gestión que los facilitadores puedan hacer en esa materia es satisfactorio. Yo
la veo ampliamente positiva.
–¿Sabe
qué hablaron? Hay una versión que dice que Zapatero fue a ofrecerle a López
casa por cárcel, con la condición de que López aceptara su inhabilitación
política.
–Conozco
a Zapatero desde hace bastante tiempo, es un hombre de profundo talante
democrático. Claro, él tendrá en algún momento que dar la versión de su
reunión, pero estoy segurísimo de que eso no ocurrió. No creo que él haya ido a
plantear ese tipo de propuesta. Me parecería un disparate y estoy seguro de que
él no lo hizo.
–¿La
gente de Voluntad Popular ha comunicado al grupo de negociadores lo que se
conversó entre López y Zapatero?.
–No.
No lo ha hecho, para nada. Y no tengo información de que VP quiera hacer eso.
–¿Estima
importante esclarecer públicamente qué fue lo que se conversó allí para que no
quede comprometido el papel de Zapatero, como algunos críticos del diálogo han
señalado?
–Bueno,
hasta ahora ni de parte de Zapatero ni de VP está planteado eso. Yo no conozco
una versión formal, más allá de algunas notas que vi en la prensa nacional
atribuidas a Leopoldo López. Lo que a mí me comentó Zapatero es que él no
declararía sobre lo conversado con Leopoldo López. No develaría esa
conversación. Eso sí me lo dejó claro.
–¿Zapatero
les había anunciado que visitaría a López?
–Desde
hace días estaba Zapatero gestionando esa reunión con Leopoldo López en el
marco de sus gestiones sobre la necesidad de una amnistía para los presos
políticos. Entendí que él iniciaba estas gestiones por Leopoldo López y la iba
a ampliar a los otros presos políticos. Pero eso es normal, eso no tiene que
extrañarnos. Si nosotros estamos pidiendo de manera consistente la liberación
de los presos políticos y vemos que muchos de estos presos tienen condiciones
que no son las mejores, obviamente lo que está ocurriendo es que los
facilitadores se preocupan por ellos. A mí me sorprende, de verdad, que los
facilitadores se preocupen por los presos y que sectores de la oposición
rechacen las gestiones que ellos, válidamente, tienen que ir haciendo para
formarse un criterio sobre esto. No hay que olvidar que Leopoldo López, al
igual que Manuel Rosales, son jefes de sus partidos. Es lógico también que el
facilitador vaya a intercambiar opiniones con ellos sobre la política, sobre la
situación del país, sobre este proceso que se abre. Creo que el venezolano debe
estar abierto a que esto se pueda ir desarrollando de manera natural. No se
puede ver capciosamente. Para mí es absurdo que digan esta barbaridad: que
Zapatero fue a negociar la libertad de Leopoldo por el revocatorio. Eso
sencillamente es un disparate. Eso no está en la mente de Zapatero ni de
ninguno de los facilitadores. Nosotros en las conversaciones temáticas no
debatimos el revocatorio porque es un derecho que está en la Constitución y que
hemos activado. Lo que sí hemos dicho que debe debatirse es el cronograma y la
prohibición de las normas sobrevenidas en el CNE que modifiquen el reglamento.
Hemos dicho que queremos un cronograma oportuno, para este año. No ha estado
bajo ningún concepto en discusión la activación del revocatorio.
Timoteo
Zambrano: “Los ex presidentes están trabajando para que haya un corredor
humanitario de medicinas y alimentos”
El
diputado a la Asamblea Nacional, integrante del equipo de cuatro negociadores
representantes de la MUD, informó que el gobierno de Maduro “está de acuerdo”
con las gestiones de los tres expresidentes facilitadores del diálogo para
buscar un distribuidor imparcial para los insumos que países y organizaciones
internacionales están donando a Venezuela.
Para
el diputado Timoteo Zambrano “no es posible creer que el diálogo condiciona el
revocatorio, ni tampoco que el revocatorio condiciona el diálogo, esa es una
dicotomía inaceptable”. Advierte que lo más probable es que este 20 de junio se
aborde de nuevo en la OEA la evaluación de la situación de la democracia en
Venezuela.
–En
2004, Hugo Chávez estaba seguro de ganar el revocatorio, que no es el caso de
Nicolás Maduro. El Gobierno plantea públicamente a la MUD propuestas que en
realidad está en sus manos resolver. ¿Por qué cree que no lo hace?
–Estoy
de acuerdo. Si finalmente esta negociación se destraba y avanzamos, nosotros no
tenemos nada qué dar a cambio, salvo trabajar. Creo que es una labor de mayores
niveles de conciencia. Al Gobierno le debe interesar buscar gobernabilidad y el
tema económico, a nosotros nos interesa que salgan los presos políticos, que
marche la economía y que haya un cambio político este año. Pero el Gobierno
apunta a conflictuar el RR y evitar que sea este año. Ese es el pulso que
mantenemos, pero eso no va a desactivar la calle. Si el Gobierno entendiera que
es más sano darle vía libre al revocatorio, eso le quitaría presión a lo que
está viviendo el venezolano común. Hay una cosa objetiva: el venezolano no está
apostado a la violencia para dirimir sus diferencias, por eso el 92% quiere
elección y diálogo.
–¿En
ese pulso que tienen con el Gobierno cómo influyó la sesión del Consejo
Permanente de la OEA?
–Eso
sirve, siempre. Yo no me planteo la dicotomía de muchos: un mecanismo no prela
sobre el otro. Son distintos. América Latina tiene muchos mecanismos para
proteger la democracia. Está la OEA, que va por su carril. Ahora estamos en la
etapa de que el Consejo Permanente está en la obligación de responderle al
Secretario General, Luis Almagro, una fecha para considerar su informe sobre la
activación de la Carta Democrática. Unasur tiene sus mecanismos, entre esos
está el diálogo. Mercosur tiene su mecanismo, que está centrado en el Protocolo
de Ushuaia, que es también para la protección de la democracia. Paraguay pidió
una reunión de los presidentes de Mercosur para considerar el caso venezolano a
la luz de ese Protocolo. Ahí están considerando eso los presidentes y no
sabemos todavía cuál será esa decisión. Todos los mecanismos concluyen en el diálogo.
–¿El
Consejo Permanente tiene a Almagro pendiente de una fecha para su informe, como
el CNE a la oposición?
–No,
no. Almagro propuso una fecha entre el 10 y el 20 de junio. Creo que será el 20
lo más probable, porque antes del 20 será la Asamblea General de la OEA de
cancilleres, en Santo Domingo, del 13 al 15, al menos que en la asamblea tomen
la decisión de tratar el tema.
–¿Eso
es viable?
–Lo
veo difícil, porque ya está cerrada la agenda. Lo veo más como un tema tratado
hacia el día 20.
–¿En
la próxima reunión de la OEA Argentina podría modificar su posición, luego de
las críticas que desde la MUD le hicieron al presidente Mauricio Macri?
–Es
que allí también hay una confusión. Cuando Almagro consignó el informe sobre la
solicitud de activar la Carta Democrática para Venezuela, Argentina solicitó
una sesión especial del Consejo Permanente para hacer una valoración –que para
mí lo hizo en el espíritu de la Carta, que habla de constituir misiones
diplomáticas para que vengan al país a restablecer la democracia– y estaba
haciendo uso del Artículo 20 de la CDI, aunque no lo haya dicho expresamente.
Pero eso no tenía nada que ver con la solicitud de Almagro. Ambos apuntan a
discutir sobre la democracia en Venezuela. Creo que lo dicho por el presidente
Macri indica que Argentina va a seguir en la búsqueda de un entendimiento de la
región con Venezuela y creo que ese camino es el diálogo. Hay que ir a los
términos prácticos: se necesita hacer una votación y esos números en la OEA
están en este momento complicados. No sabemos con exactitud cómo van a votar
los países.
–¿Si
no hay los votos para aprobar sanciones al Gobierno de Venezuela en la OEA, qué
aspira la MUD conseguir allí?
–Primero
el debate. Es importante valorar en la OEA la situación de la democracia
venezolana. En segundo lugar, que haya un respaldo rotundo al revocatorio, a la
liberación de los presos políticos y a poner fin a la confrontación
institucional.
–¿Para
eso sí hay los votos?
–Creo
que sí, aunque va a ser un debate complejo. No necesariamente tenemos que
llegar a las sanciones que no son draconianas, más allá de la suspensión. Creo
que la OEA va a transitar el camino del diálogo y no el de las sanciones. De eso
estoy convencido.
–¿La
MUD está ganada para que haya sanciones?
–Nosotros
no queremos sanciones, eso nos sacaría del Sistema Interamericano y sería un
disparate.
–La
MUD reivindica dar muestras a diario de que no quiere violencia, mientras que
el oficialismo da evidencia contraria. Con la nueva agresión al diputado Julio
Borges, ¿estamos más cerca de que triunfe la violencia descontrolada que la
paz?
–Sí.
Hay un lenguaje violento que es un caldo de cultivo para que se exprese en la
calle. Lo ocurrido con Julio Borges es inaceptable. Ese militar (el general de
brigada Fabio Enrique Zavarse Pabón, jefe del CORE 5 de la GN) debe ser
destituido. Si el Gobierno no da señales, de verdad, auténticamente claras de
combatir la violencia en sus distintas manifestaciones, vamos a tener un
proceso complicado. O el Gobierno asume en serio estas negociaciones con
señales claras de no seguir avanzando con el lenguaje hiriente, con la
violencia de los colectivos, o habrá más violencia. Nosotros vamos a continuar
por el camino del diálogo, pero es el Gobierno el que tiene que dar los pasos
más importantes para contener la violencia bien equipada de su lado.
–¿Será
infinita la paciencia de los negociadores de la MUD o puede haber algún hecho
que ponga fin a los intentos?
–Mientras
más crisis, más diálogo. Siempre hay momentos difíciles, los estamos viviendo,
como es la agresión brutal y reprobable contra Julio Borges. Pero estoy seguro
de que Borges, que es un dialogante, que ha sido un factor importante en que
esto no vaya por el camino de la violencia –así como lo expresó ahorita en la
Cámara, agradeciendo incluso las palabras de Héctor Rodríguez– creo que va a
luchar porque esto tenga una salida pacífica, electoral y constitucional.
–¿A
esta hora llevamos el camino de la Rumania de Nicolae Ceaușescu si el Gobierno
no rectifica?
-Ufff…Nooo.
Eso sería un desastre…
–Hay
elementos comunes: la situación social, hambre, violencia, cerrazón del
gobierno, no había diálogo…
–Yo
creo que nosotros no deberíamos llegar jamás a esa situación de Rumania, a esos
niveles de violencia, y Dios guarde a este país. Creo que tenemos una solución
electoral. Tenemos que intentar de manera conjunta que eso llegue a buen
término. La liberación de presos políticos es muy importante porque eso desencala
el conflicto. Tiene que haber un corredor humanitario y eso lo hemos conversado
con los facilitadores. Ellos están trabajando durísimo en tener un número
importante de países y de organismos internacionales donantes para que tengamos
medicinas y alimentos, buscando un mecanismo de distribución neutral que le
llegue a la gente.
–¿El
Gobierno está de acuerdo con eso?
–Hasta
ahora está de acuerdo.
Vía
konzapata
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