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martes, 28 de junio de 2016

El informe de Almagro fue la fotografía de la realidad por @Espemar


Por Esperanza Márquez


Milos Alcalay Inició su carrera diplomática en 1970 como Tercer Secretario de la Embajada de Venezuela en París y en 1972 fue nombrado Jefe del  Gabinete de Ministerio de Relaciones Exteriores.  Fue embajador de Venezuela en Brasil, Israel y Rumanía, además de haber ejercido como representante de su país en el Parlamento Latinoamericano y en el Parlamento Andino. Fue embajador ante las Naciones Unidas. Uno de los diplomáticos más respetados de Venezuela a la que ha representado durante más de 30 años por todo el mundo.

–¿Cómo fueron ocurriendo los acontecimientos previos a la reunión del Consejo Permanente de la OEA el 23 de junio donde el Secretario General presentó el informe sobre la situación en Venezuela?

- En la reunión del Consejo Político de la OEA la Cancillería venezolana, el gobierno venezolano, quería impedir el informe del Secretario General, Almagro, que en virtud del artículo 20 de la Carta Democrática pudiera  hacer una presentación de la fotografía de la realidad, de esa triste fotografía de un país que está colapsado en lo económico, en lo político, en lo social, en lo institucional y, sobre todo, en lo ético.
Es un informe muy preciso, muy profesional, elaborado por los expertos que han acompañado al Secretario General en base a un compromiso suscrito por todos los Estados de América Latina o del hemisferio para optar por cumplir con la democracia, la separación de poderes, de los Derechos Humanos, la libertad de expresión y la verdad es que este Gobierno viola desde el primer artículo hasta el último. Como este Gobierno sabe que está al margen de los acuerdos internacionales de la Constitución hizo absolutamente todo para evitar que este informe se presentara y muy pocos días luego de despotricar contra la OEA se convirtió en defensor de la OEA porque estaba convencido de que iba a obtener argumentos suficientes para frenar, bloquear esta presentación del informe. No escatimó insultos, llamó al Secretario General agente de la CIA, señalando que era un empleado del imperio, con esta vergonzosa acción que no llegó jamás al fondo del asunto: que aceptara los compromisos que adquirió el Estado venezolano en la suscripción de la Carta Democrática.

–¿Qué pensaba el Gobierno?

- Que se repetiría lo del pasado, que el Socialismo del Siglo XXI, los aliados del ALBA y otros que no querían enfrentarse al poderío, al garrote del Gobierno bolivariano se aplicaba una suerte de solidaridad automática. La OEA nunca aprobó que se analizara la situación venezolana y Delsy Rodríguez pensó que con las amenazas, con los chantajes, con las presiones iba a lograr esta situación, pero  felizmente para la democracia en América Latina el péndulo ha ido cambiando: ya no está más Kirchner en Argentina sino el presidente Macri, ya no está Lugo en el Paraguay sino el presidente Cartes, ya no está Lula ni Dilma Rouseeff sino el presidente Temer y Dilma está fuera en un juicio que muestra el fracaso del socialismo del siglo XXI en Brasil. Ya ha  habido cambios sustanciales en el Perú con el presidente Kuczynski. La América Latina ha demostrado que rechaza ese modelo absolutamente antidemocrático como el que representa la canciller Delsy Rodríguez.

–¿Cuál fue el resultado?

–Una nueva derrota de la diplomacia venezolana. Una derrota más, al igual que derrotó la posición de Paraguay y de otros países que la reunión de Unasur se realizara el mismo 23 con los cancilleres, no fue aceptada, tampoco se aceptó que se defiriera esta presentación y con 20 votos a favor del Secretario General, tan sólo 10 en contra y dos abstenciones mostró que esa solidaridad del Caribe no operó, porque países del Caribe como Barbados, Belice, Guyana y otros países de América caribeña no votaron a favor de Venezuela.

Intervino el Secretario General a pesar de las oposiciones, de los insultos, y en su informe muy detallado  hace una presentación de todo lo que significa la situación en Venezuela de los presos políticos, las acciones para bloquear el revocatorio, todo lo que ha sido el desacato a las leyes de la Asamblea Nacional, todo lo que significa el incumplimiento de un diálogo real para ser un monólogo como lo ha hecho en el pasado y, sobre todo, totalmente alejado de la aplicación de los principios y valores de la democracia a la cual está comprometido.

–¿Cómo reaccionaron los cancilleres a la presentación del informe de Almagro?

- Una vez presentado el informe, como se estila, cada uno de los gobiernos intervino, algunos se pronunciaron a favor como Bolivia, Ecuador, pero llama la atención que fue de una manera bastante moderada a excepción de Bolivia, pero no rompieron lanzas por Venezuela, sino que mostraron su solidaridad y otros fueron bastante cautelosos en cuanto al respaldo y un gran número de ellos estableció toda una serie de sugerencias para el futuro del tratamiento del tema. Argentina propuso que se constituyera un grupo de amigos que rápidamente fue respaldado por otros ya que no  confían en el equilibrio del moderador, el señor Rodríguez Zapatero,  y no es que vayan a impedir que Rodríguez Zapatero esté presente, pero sumar a otros expresidentes que pueden ser Fernando Enrique Cardozo; en Chile si quieres uno de centro está Eduardo Frei, si quieres uno de derecha está Piñeira, si quieres uno de izquierda está Lagos; y lo mismo sucede en Colombia, es decir, escoger a un grupo de amigos que  pueda hacer una acción más equilibrada, una moderación más equilibrada.

–¿Qué fue lo que sucedió con el punto de orden?

- La penosa intervención de la canciller Delsy Rodríguez, que ni siquiera conoce el procedimiento,  causó risa porque al inicio en su intento de bloquearlo  el presidente argentino del Consejo Permanente dice que el orden del día ya está aprobado y Delsy responde que lo que ella quiere es que eso no se discuta, entonces el presidente del Consejo Permanente le da la palabra a la representante de Venezuela para que haga un punto de orden que es lo único que puede cambiar el orden del día aprobado y la Canciller respondió que ella no quería ningún punto de orden que lo que quería era que el punto no se discutiera. Entonces se dijo que la única forma era que se sometiera a votación ese tema de tratar de cambiar la agenda que, por supuesto, resultó aplazada.

Al final  una penosa intervención de nuevo insultando al mensajero, insultando a los países, diciendo que tenían la lista de los que votaron a favor como una especie de lista Tascón de los países, una especie de amenaza solapada, de un chantaje de las naciones que no fueron incondicionales y una serie de presentaciones de política ficción totalmente alejadas del Derecho Internacional que muestra que ni siquiera se ha leído la Carta Democrática ni la de la OEA y dice que lo que están buscando es una intervención militar de USA, lo que están buscando es establecer un mecanismo que aísle a Venezuela económica y socialmente.

–¿El planteamiento del Secretario General era excluir a Venezuela de la OEA?
- Eso no está ni en la intención del Secretario General ni en la intención de los venezolanos. Los venezolanos no queremos que Venezuela se excluya, aunque la Carta prevé  excluirla, pero ya lo hemos visto con Cuba que la exclusión no es la solución, lo que necesitamos es la inclusión de Venezuela en los compromisos que ha suscrito, no nos interesa que se vaya de OEA como se fue de la Comisión de Derechos Humanos, sino que cumpla con respetarlos, queremos que el Gobierno cumpla con sus compromisos  internacionales y constitucionales. Entonces esas acusaciones de golpista, de golpe de Estado con una diplomacia de carritos chocones, de chocar contra todo aquel que  no sea incondicional, muestra esa  dialéctica de confrontación fracasada que ninguno de los países miembros aceptó.

–El Gobierno dice que fue un fracaso del Secretario General porque no se votó la Carta Democrática.

- Se está utilizando una vieja política que es que la mejor defensa es un ataque como hacía el nacional socialismo, pero una vez que pierde tratar de ganar ganando, pero si no gana ganando gana perdiendo, entonces dicen que ganó la diplomacia venezolana cuando es una vergonzosa derrota porque ella no alcanzó su objetivo. Entonces intentan una serie de acusaciones como que no se votó la Carta Democrática. No se trataba en el orden del día excluir a Venezuela, era presentar un informe y ese informe de Almagro figura ahora como un documento especial de la OEA y que el presidente del Consejo Permanente señaló  que todas las intervenciones que se hicieron de Argentina, Chile, Brasil, de Paraguay también de Bolivia y de Ecuador fueran  incorporadas al acta y con esto se cierra, a pesar de todas las amenazas de la canciller, esa reunión que era para escuchar el informe del Secretario General.

–Ahora comienza una nueva etapa.

–Venezuela ahora es un tema de la OEA y va a depender de la posición que los gobiernos asuman. Hay varios escenarios, algunos han señalado que quieren continuar dándole el respaldo al cumplimiento de la Carta Democrática, van exigir que se haga el Referéndum Revocatorio, que se de libertad a los presos políticos, van a exigir que se cumplan los Derechos Humanos, van a exigir que se cierre La Tumba, que haya una solución al gravísimo problema, que niega la canciller, que existe  desabastecimiento, que  existe un colapso de la salud que es una realidad triste de un país que era el más rico de América latina y que se ha convertido el más pobre, más violento, más inseguro, más primitivo de la región. Ahora, si eso es obtener un triunfo, como dicen los chavistas, de triunfo en triunfo hasta la derrota final.

–¿Cómo evitar un estallido social en Venezuela?

- Es necesario que el Gobierno entienda que fracasó y que tiene que encontrar un mecanismo de solución pacífica, sea un gobierno de transición, cumplir con el Referéndum Revocatorio y que sea el soberano, el pueblo el que decida el futuro. Si fuera un Gobierno  sensato lo más lógico sería renunciar y hay varias formas de renuncia: un mecanismo de observación nacional incorporando de verdad a los factores políticos, empresariales,  sindicales, a las juventudes, a las universidades, a la Iglesia Católica y las diferentes religiones que están en el país para buscar algo que nos permita salir de esta debacle, de esta crisis que el gobierno niega y que así no se puede solucionar ningún problema.

–¿Qué sucedería si no se hace el Referéndum este año 2016?

- Si no se hace un Referéndum Revocatorio este año de conformidad con la Constitución, será un Referéndum ratificatorio. Los chavistas quieren salir de Maduro, pero no quieren salir del poder. El problema no es revocar a Maduro para poner, por ejemplo, a Cilia Flores, el problema es revocarle el mandato a Maduro y darle al pueblo venezolano la posibilidad de votar por Cilia Flores, si fuera el caso, o por un candidato de la oposición venezolana.

–¿Usted vislumbra una solución para Venezuela?

- Que hay un camino, una nueva forma, sabemos que el Gobierno no quiere entregar el poder, pero es una nueva manifestación de todo ese rechazo a los compromisos internacionales, constitucionales y, sobre todo, a la nueva realidad popular de una Venezuela que ya está cansada de 17 años de destrucción, de violación de Derechos Humanos y de libertad.

Esta no es una carrera de velocidad, no es que todo se define en una reunión del Consejo Permanente, esta es una carrera de resistencia y de dignidad que se ganó a nivel internacional, pero se puede perder si no actuamos de una manera inteligente, coordinada, unitaria y,  sobre todo, tratar de establecer una hoja de ruta para salir de esta pesadilla que hoy tenemos en Miraflores.

27-06-16




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