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jueves, 31 de mayo de 2018

Kellogg’s, una más pal’ cementerio por @froilanbarriosf


Por Froilán Barrios


Maduro, al inicio de su mandato en 2013, prometió que la clase obrera iría al paraíso; al cabo de cinco años los trabajadores venezolanos podrán sacar sus conclusiones, si es infierno, purgatorio o el mentado paraíso lo que están sufriendo hoy, cuando ya imaginamos lo que se viene luego de autorregalarse seis años más hasta 2025, luego del gigantesco fraude electoral promovido desde el CNE el domingo 20/05/2018.

El último dato significativo de exterminio de empresas y puestos de trabajo lo destacan los medios nacionales e internacionales al informar que una nueva corporación cierra sus puertas en Venezuela después de más de 50 años en el país: la estadounidense Kellogg’s anunció el cese de sus operaciones debido al deterioro económico y social que enfrenta la nación suramericana.

La empresa, con sus marcas emblemáticas: Corn Flakes, Zucaritas y Special K, se despide del país y deja a los venezolanos cada vez con menos opciones para adquirir cereales. La decisión empresarial determinó la suspensión de la distribución y comercialización de todos sus productos en territorio nacional.

Los 500 trabajadores de la planta, objeto de especial preocupación para el “presidente obrero”, han quedado desempleados en un país con la inflación más alta del mundo, los salarios más bajos de la región y una escasez de alimentos y medicamentos única en su historia. La respuesta que han tenido ha sido la estafa laboral gubernamental con el anuncio de que la empresa Alimentos Kellogg’s fue entregada a los trabajadores luego de que producto de la “guerra de las transnacionales” los dueños cerraran sus puertas, anunciaran el cese de operaciones en Venezuela y depositaran las prestaciones, ya que la empresa seguirá produciendo en manos de la clase obrera.

Este criminal modus operandi gubernamental ha sido el epílogo de miles de empresas expropiadas, se anuncia en boom publicitario la expropiación, luego se nombra una junta directiva a la que incorporan una representación de los trabajadores, a la que asignan millardos en créditos del Ministerio de Industrias, por cierto sin retorno, al extraviarse en el camino, y al final en poco tiempo la empresa quebrada y los trabajadores estafados y sin prestaciones.


Para muestra hay un rosario, la textilera Invetex en Tinaquillo, Agropatria antigua Agroisleña hoy en la ruina, Inveval, Rualca en Valencia, 70 empresas petroleras de servicios en la Costa Oriental del Lago, decenas de fundos agrícolas a escala nacional, la mayoría expropiadas sin indemnización, siendo Sidor el caso emblemático al ser expropiada e indemnizada y hoy produce 15% de los 4 millones de toneladas de acero que lograba en 2007.

En fin, estos son solo algunos ejemplos de la política de expropiaciones que ha determinado que solo queden 140.000 empresas de las 650.000 que tenía el país hace 20 años; lo que significa que con la llegada de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, cerraron unas 510.000 compañías y la pérdida de 3.500.000 empleos, determinando que hoy la Kellogg’s se une al cuadro dantesco observable en las otrora 70 zonas industriales del país, hoy reducidas a cementerios irrecuperables.

30-05-18

http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/kelloggs-una-mas-pal-cementerio_237674


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