FLORANTONIA SINGER 09 de marzo de 2020
@fsingerf
“Fue
poco lo que se pudo rescatar”, dijo la presidenta del Consejo Nacional
Electoral, Tibisay Lucena. Para este año están previstas las elecciones
parlamentarias
Un
incendio de gran magnitud arrasó la tarde del sábado los galpones del Consejo
Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, donde se almacenan los equipos y toda la
infraestructura que se usa en cada elección. Una espesa columna de humo que se
veía hacia el este de Caracas, en el cerro de Fila de Mariches, encendió las
alarmas. En los depósitos está resguardado el parque máquinas de votación, las
baterías de respaldo en caso de fallas de energía y las líneas de producción
para su programación y auditoría antes de cada proceso electoral.
“Fue
poco lo que se pudo rescatar”, dijo la presidenta del CNE, Tibisay Lucena el
domingo luego de evaluar los daños que causaron las llamas que requirieron la
actuación de más de 300 bomberos para ser sofocadas. El balance de lo destruido
incluye 582 computadoras del registro civil, 49.408 máquinas de votación -casi
la totalidad del parque-, boletas electrónicas, capta huellas, entre otros
equipos. Lucena exigió una investigación exhaustiva de lo sucedido. Pese al
terrible inventario de daños aseguró: “Si existen grupúsculos que con esto
piensan parar procesos electorales constitucionalmente establecidos, están
equivocados, vamos a recuperar cada uno de los dispositivos dañados de manera
rápida y eficaz. Tenemos la experiencia de 17 años y el capital humano para
sobreponernos a cualquier adversidad”.
En
las últimas semanas, el tema electoral, en medio de la crisis institucional que
vive el país, ha copado la agenda política, tras la conformación de una
comisión de postulaciones para renovar la directiva del árbitro electoral.
Todas las facciones de la Asamblea Nacional integran el grupo, que espera por
la juramentación por parte de la junta que preside Juan Guaidó. Este es, han
asegurado los diputados, un paso concreto para destrabar el conflicto y empujar
una transición política a través de unas elecciones libres y con garantías, la
vía a la comunidad internacional ha puesto todos sus votos.
La
destrucción de casi la totalidad de infraestructura para el voto automatizado,
que funciona en Venezuela desde 2004, añade un nuevo punto de fricción al
conflicto político y al debate sobre las condiciones para unos comicios
competitivos. Las autoridades electorales han apostado por años a los sistemas
automatizados y en los últimos años los ha suministrado Smartmatic, empresa que
en 2017 denunció la manipulación de los datos en las elecciones de la Asamblea
Constituyente. Habilitar voto manual sería una posibilidad. Adquirir nuevas
máquinas con otros proveedores sería otra, aunque luce complicada en el contexto
actual de sanciones que pesan sobre el gobierno venezolano.
A
finales de este año están previstas las elecciones parlamentarias en Venezuela,
lo que supone el fin a la legislatura de Guaidó, quien es reconocido como
presidente encargado por más de 50 países del mundo, un interinato que se
justificó en las cuestionadas elecciones de 2018 en las que Nicolás Maduro se
pronunció ganador para un segundo mandato y que la oposición consideró
fraudulentas. Sin embargo, estos no serían los únicos comicios que se pretenden
realizar en 2020. Después de intentar durante un año forzar un quiebre de los
simpatizantes de Maduro, la oposición ha reenfocado su estrategia hacia las
elecciones. “Por unas elecciones presidenciales libres”, es la consigna para la
movilización anunciada por Guaidó para el próximo 10 de marzo hasta el Palacio
Legislativo, con la que intentará reactivar la presión de calle.
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