El diario británico 'The Guardian' entrevista a la joven que supuestamente ha originado la conocida 'revolución Twitter' contra el Gobierno moldavo.
Se llama Natalia Morar, tiene 25 años y nunca pensó lo que sería capaz de hacer con tan solo un mensaje en su Twitter. Según publica el diario británico The Guardian, esta joven es la mujer que supuestamente está detrás de las protestas masivas que la pasada semana causaron importantes disturbios, con más de 200 detenidos, y atemorizaron al Gobierno comunista moldavo, encabezado por Vladímir Voronin, de 67 años.
En una entrevista recogida en el periódico británico, Morar reconoce que está preocupada después de originar una manifestación improvisada entre sus amigos que terminó congregando a más de 20.000 personas en Chisinau, capital de Moldavia. La joven ha tenido que mudarse de apartamento y cree que la policía moldava, con apoyo ruso, piensa en arrestarla. "Están vigilando mi casa y la de mi madre", asegura en The Guardian. "Entraron en mi apartamento sin orden judicial. Si me encuentran, me detendrán y lo que suceda luego nadie lo sabe. No he hablado por teléfono en dos días por miedo a que me encuentren", añade.
Las protestas comenzaron después de una conversación de Morar con seis amigos en una cafetería en Chisinau. "Discutimos lo que deberíamos hacer el día antes de las elecciones parlamentarias". El Partido Comunista, aliado de Moscú, ganó los comicios y poco después se originaron protestas violentas en las que los manifestantes, la mayoría estudiantes, irrumpieron en el Parlamento y la oficina del presidente para denunciar el "fraude". Se tiraron muebles por las ventanas y se quemó mobiliario.
Internet, fundamental
"Decidimos organizarnos en una rápida manifestación para el mismo día. Usamos Twitter, además de otras redes sociales y mensajes SMS", reconoce Mortar. La cita para salir a la calle a las 10 de la mañana había circulado profusamente por la red y consistió en un llamamiento a la Gran Revolución. "Pensábamos que íbamos a ser unos dos centenares de amigos, entre amigos de amigos y colegas, pero cuando fuimos a la plaza y vimos a unas 20.000 personas allí esperando fue increíble". Desde entonces, algunos medios como The New York Times empezaron a llamar a esta revuelta popular como la revolución Twitter. La herramienta, ya utilizada para otras manifestaciones como la del G-20, se conviritió en un elemento fundamental de movilización en Moldavia.
La policía no pudo contener a los miles de opositores al ejecutivo. Ante la falta de respuesta gubernamental, brotaron los actos violentos y los enfrentamientos con los agentes del orden. La joven moldava asegura: "No sólo subestimamos el poder de Twitter e Internet, además subestimamos el explosivo enfado entre la gente joven por las políticas gubernamentales y el fraude electoral".
Moldavia, uno de los países más pobres de Europa y con casi tres millones y medio de habitantes, se mueve en aguas del desencanto e la inestabilidad. Los emigrantes son el sostén del país. Trabajan en el extranjero (Unión Europea, Rusia y Estados postsoviéticos) y envían sus remesas. Los jóvenes se muestran cada vez más contrarios al Gobierno.
"Me siento orgullosa de la juventud moldava", afirma Morar, que asegura que también está fichada por el Kremlin. La joven fue expulsada de Rusia en 2007 después de escribir una serie de artículos acusando a oficiales rusos, incluyendo a Alexander Bortnikov, uno de los oficiales de los servicios de seguridad rusos, de estar detrás del asesinato de Andrei Kozlov, un activista contra el Gobierno ruso, en septiembre de 2006.
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