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viernes, 3 de diciembre de 2010

Haití: Colera, Vibrio El Tor, variedad Ogawa


Por Médicos sin Fronteras

Un escueto informe de laboratorio confirmó las sospechas: Cólera. Vibrio El Tor, variedad Ogawa. Periodo de incubación: tres días. Síntomas: diarrea acuosa y vómitos. La pérdida masiva de líquidos corporales lleva a la deshidratación aguda. Sin tratamiento adecuado, puede provocar la muerte en cuestión de horas. Enfermedad que se transmite por consumo de agua o comida contaminada.

Los primeros casos fueron detectados el 19 de octubre, tras el paso de la tormenta tropical Thomas. Hoy , cinco semanas después, la epidemia se extiende como la pólvora y ya ha dejado a su paso más de mil muertos. Según las primeras estimaciones de la Organización Panamericana de Salud, se producirán más de 200.000 contagios en un periodo de seis a doce meses, de los que al menos un 20% serán casos severos. El punto álgido de la epidemia está a la vuelta de la esquina, lo esperamos para dentro de dos semanas. Tan solo en Puerto Príncipe tendremos en torno a 70.000 casos y vamos a presentarnos en navidades con un más que probable segundo pico epidémico en el norte y la extensión de la epidemia también al sur del país.


El cólera, una enfermedad hasta ahora desconocida en Haití, ha llegado para quedarse y todo apunta a que permanecerá indefinidamente en el país como una enfermedad endémica. Una secuela más del terremoto del pasado 12 de enero que acabó con la vida de más de 250.000 personas y redujo a escombros un país ya de por si débil, empobrecido y olvidado.

El cólera es una enfermedad asociada a las malas condiciones de vida. A la falta de higiene y saneamiento, a la falta de acceso al agua potable. En el caso de Haití, ésta es la situación en la que hoy sobreviven cientos de miles de personas que confiaron en vano en las promesas de la comunidad internacional sobre la reconstrucción de su país. La realidad es que hoy, diez meses después del terremoto, más de un millón de personas siguen viviendo bajo lonas de plástico, dependientes en su gran mayoría de las organizaciones humanitarias para sobrevivir. Las promesas de reconstrucción se desvanecieron como el humo y con ellas las expectativas de recuperar una vida digna. Desde que se produjo el terremoto, menos de un diez por ciento de Puerto Príncipe ha sido desescombrado. La falta de infraestructuras como alcantarillado, redes de agua potable o eliminación de basuras, unidas a las malas condiciones de higiene de quienes se han visto obligados a vivir en la calle, son terreno abonado para la aparición de epidemias como el cólera.

En este momento, en medio de una epidemia que amenaza la vida de miles de personas, la respuesta de la comunidad internacional sigue siendo tan torpe como lenta y apenas un puñado de organizaciones humanitarias, en nuestro caso con el apoyo de la AECID1, estamos tratando por todos los medios de hacerla frente. Tal vez para cuando se decidan a implicarse con la intensidad necesaria, ya sea demasiado tarde. En cualquier caso, ahora que se barajan distintas teorías sobre la causa de la epidemia, no serán razones técnicas o científicas las que nos den la clave, sino la falta de compromiso y el abandono al que una vez más se ha visto expuesta la población haitiana.

Publicado por:
http://msf.periodismohumano.com/2010/11/24/haiti-vibrio-el-tor-variedad-ogawa/

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