Miguel Méndez Rodulfo 16 de octubre de 2019
Por
un problema de enfoque erróneo, las propuestas de Plan País- Infraestructura,
se ubicaron en el mediano plazo, en el período que corresponde al escenario de
aplicación de las Políticas Públicas, una vez estabilizados los sectores
mediante los programas que se adelantarían en la Transición. Con lo cual se
obvió el escenario de reconstrucción en el corto plazo que implica el período
estratégico de la Transición. Por lo que no se consideró que antes de andar hay
que gatear.
La
ciudad no se abordó en su conjunto y muchos menos en su ámbito territorial,
tampoco en las relaciones entre ambos elementos, por ello el trabajo se asumió,
no de una manera integradora, sino como una colcha de retazos. Entendemos que
trabajar con un equipo que ya tiene sus liderazgos, posturas y egos, es
sumamente complicado; pero de eso se trataba el reto. Había que discutir ideas,
desmenuzarlas, negociar y llegar a consensos. Tal parece que eso no se logró,
por lo que en su lugar el acuerdo se plasmó en la expresión ambigua “Ciudad
Territorio”, que no constituyó un marco de referencia que guiara la acción, por
lo que entonces se permitió que cada subgrupo aportara a partir de su realidad
y desde esa perspectiva sesgada se formularan las propuestas.
No
se tocó el tema propiamente de las ciudades en cuanto a sus ventajas y
desventajas. Ni los serios problemas que las aquejan y la consecuente solución
de ellos. Tampoco se tocaron aspectos clave como las trabas que presenta la
legislación para conformar Distritos Metropolitanos, ni la ausencia de una
institucionalidad nacional específica para planificar el desarrollo de las
metrópolis, ni la necesidad de estimular el crecimiento y cuidar el progreso de
las urbes y su entorno, ni la estrategia a seguir para articular el sistema de
ciudades, ni la táctica con respecto a las ciudades intermedias, ni los
problemas acuciantes de los barrios, ni la integración de estos a la ciudad
formal, ni la conveniencia de acometer renovaciones urbanas en sectores de la
ciudad, ni los temas de gentrificación, cultura ciudadana, metodología BIM,
competitividad, habitabilidad, sostenibilidad, etc., etc. No se explicó cómo
hacer ciudades abiertas, inclusivas, verdes, inteligentes, etc.
Por
ninguna parte se mencionó como abordar en la Transición los múltiples problemas
que tienen las ciudades y con qué prioridad se acometerían, dependiendo de las
especificidades de las urbes, aunque hay muchos problemas comunes. ¿Por dónde
comenzar? Aunque esta crucial estrategia se obvió, implícitamente hubo un sesgo
hacia lo puntual, hacia los espacios públicos y los equipamientos urbanos. Ello
se infiere por el protagonismo y el énfasis que se le dio a ambos aspectos,
pero también hacia la vivienda; de manera que pensamos que ello se asumió como
sucedáneo de la transición, quizá porque lo ven como una forma fácil de
entrarle a la ciudad. El tema es que esa estrategia no aborda lo urgente y lo
importante, que es el propósito de la Transición, y cuya prioridad debía ser la
restitución de los servicios públicos, seguido de la habilitación de los
barrios, luego los equipamientos, después los espacios públicos, etc.
Por
otra parte, se hizo mucho énfasis en los ODS y en las mega regiones, cuando
esto corresponde al escenario de largo plazo o de Visión País. De allí el
enredo con el enfoque y el desfase con los tiempos. Los Objetivos de Desarrollo
Sostenible, son unas guías importantísimas a seguir, para ir poco a poco
alcanzando esas metas hasta llegar a 2030; sin embargo nadie cree que el hambre
cero, o la eliminación de la pobreza, se podrá lograr en el corto plazo. Luego,
los ODS tienen poca efectividad durante la Transición. Las mega regiones por su
parte, no existen ahora. Son una aspiración y para lograr eso hay que
planificar y trabajar mucho, durante décadas. Ninguna ciudad del país tiene un
alcance nacional (Caracas lo tiene porque es asiento de los Poderes Públicos,
pero no por su dinamismo económico); de manera que “criar” a las ciudades que
tienen condiciones de conurbarse, para luego llegar a constituirse en una mega
región, debe ser una propuesta de visión país en el largo plazo, no de la
Transición.
Miguel
Méndez Rodulfo
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