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viernes, 14 de agosto de 2009

El corazón del poder

Por Angélica Alvaray

Desde que el gobierno ganó el referéndum del 15 de febrero, hemos recibido un bombardeo de acciones dirigidas a cambiar el marco legal vigente, pasando por encima de la constitución para favorecer el proyecto del socialismo del siglo XXI. Sabemos que están por aprobarse cambios profundos en la ley de educación, la ley de propiedad social, la ley de delitos mediáticos y, algo que ya ocurrió, en la ley electoral.

La forma como este gobierno ejerce el poder tiene la característica adicional que nos genera desconcierto; la violencia y la impunidad nos dominan y nos bloquean el pensamiento racional, la capacidad de entender qué pasa, por qué está pasando y cómo podemos cambiar los resultados. Nos quedamos entonces paralizados, en una relación emocional donde priva la rabia, el miedo o la sumisión, pero sobre todo una visión de corto plazo de lo que sucede en nuestra sociedad.

Si entendemos que todas estas acciones van dirigidas a lo mismo, a tratar de preservar el poder, y que para ello están teniendo que recurrir a medidas más autocráticas, al control más estricto de una sociedad donde sigue creciendo la oposición a su proyecto, nos daremos cuenta que, aunque estamos mal, vamos bien.

En este sentido, la aprobación de todas estas leyes, la forma acelerada de hacer cumplir el mandato del supremo, el cierre de las radios, todo tiene un objetivo muy simple: garantizarse la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, que es el corazón de nuestra democracia, pues desde ahí se nombran y se remueven todos los funcionarios de los otros poderes, se reforman y diseñan leyes, se hace cumplir o no la constitución.

La reciente aprobación de la nueva ley electoral, que elimina la representación proporcional, quitándole poder al ciudadano y dejando en manos del CNE prácticamente todos los aspectos fundamentales del proceso electoral, desde la definición de las circunscripciones electorales, la designación de los representantes de las mesas hasta el proceso de auditoría y verificación ciudadana, no es más que un paso adicional en el camino de tratar de mantener el control absoluto de la AN, y por lo tanto de todos los poderes.

Se hace entonces imperioso rechazar contundentemente este nuevo paso hacia el autoritarismo del gobierno. Este rechazo lo tenemos que ejercer no sólo protestando en contra de lo que ya está aprobado, sino teniendo claro que nuestro camino es organizarnos para votar a pesar de todos los vicios. Eso significa que los partidos políticos y la sociedad civil tenemos que ponernos de acuerdo en nuestro objetivo, el cual no puede ser otro que ganar la Asamblea Nacional para recuperar la democracia en este país. Para ello, tenemos que trabajar desde ya en una estrategia que sea factible y que nos motive a todos, pues queremos salir a votar con la convicción que tenemos chance de ganar por la vía democrática. Y esa oportunidad no debemos perderla.

Publicado el 5 de Agosto de 2009 por
http://www.noticierodigital.com/?p=46277

Publicado el 13 de Agosto de 2009 por:
http://venezuelalbr.blogspot.com/


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