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jueves, 9 de agosto de 2012

La promesa rojinegra


RAMÓN GUILLERMO AVELEDO | 07/08/2012

Es útil enterarse de los programas de los candidatos. Alguien podrá decir, por motivos de experiencia, que esas promesas no siempre se cumplen.

Pero sí son indicativas de las intenciones, del tipo de país y de la clase de futuro que tienen en mente. 

Bien leída, la propuesta del hoy Presidente y aspirante a repetir es bastante reveladora. Realizar su proyecto, dice, “…pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos…”, o sea pulverizar la democracia con separación de poderes, la descentralización, derechos como el de propiedad, libertad de expresión, organización de partidos y sindicatos, y elecciones libres. Ello equivale a abolir la Constitución, fruto de la Constituyente, y dos veces sancionada por el pueblo, en 1999, para aprobarla, y en 2007, para defenderla.

La prioridad del programa es conservar el poder. Se lo llama “garantizar la continuidad del proceso revolucionario”. Y “la construcción del socialismo” exige, según la propuesta, “una nueva hegemonía ética, moral y espiritual”. Más poder para que el Gobierno se meta en la educación y hasta en la religión. 

Se nos promete seguir regalando nuestra riqueza, bajo la consigna de un “papel protagónico” en América Latina. Se nos prometen más expropiaciones y menos propiedad, y menos empresas privadas, por lo tanto menos empleos. Se nos promete “la salvación de la especie humana”, cuando no se ha podido salvar la vida de miles de venezolanos que mueren cada año por la violencia. También “fortalecer la planificación centralizada” para que, como en el socialismo cubano o soviético, y el fascismo, el Gobierno tenga más poder y los particulares menos libertad.

“Seguir construyendo la hegemonía comunicacional” es la promesa de menos libertad de expresión, menos derecho a la información y más cadenas. 

Con lo de eliminar modelos “…de consumo insostenibles” y cambiar “el patrón de necesidades sociales”, se busca definir un consumo necesario que es la justificación teórica del racionamiento. Y prometer “redimensionamiento de las misiones” implica que ya no serán lo que son. 

Por un lado, nos inculcan miedo a cambiar, y por otro nos prometen cambiar para peor. Lea el programa electoral del presidente-candidato. Búsquelo. Ese futuro no es futuro.
Secretario de la MUD / rgaveledounidad@gmail.com



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