Páginas

domingo, 28 de junio de 2015

El Exilio injusto de Manuel Rosales, por @juliocas

Julio Castillo 24 de junio de 2015

Hoy entendemos lo acertado que fue Manuel Rosales al no presentarse a este poder judicial genuflexo y dependiente, y en cambio decidir por acogerse al exilio de ley.

Este gobierno ha reconocido sus miedos muchas veces. A todo aquel que se ha atrevido a desmontar este sistema, que produjo la crisis que hoy estamos viviendo, lo han perseguido. Y Manuel Rosales, en 2006 se atrevió. Y se atrevió en muy especiales condiciones: se atrevió con un Chávez en pleno apogeo de popularidad, con el chorro petrolero a toda presión para comprar y repartir. Se atrevió en un momento oscuro para la oposición, cuando muchos habían colgado los guantes, daban todo por perdido, y decidieron retirarse. Manuel se atrevió cuando todo estaba en contra. Mostró el camino: calle y elecciones. Y así fue, corrió por las calles el sentimiento de cambio y en las elecciones, 38% de los venezolanos en menos de tres meses, se convencieron que si era posible.

Manuel se sacrificó: sabía que las condiciones para ganar no eras las mejores, pero sabía también que por encima de todo está Venezuela. Ese sacrificio, encabezó la lucha contra la reforma 2007 y nos dio la primera victoria contra el invicto Chávez. Ese sacrificio, nos permitió recuperar gobernaciones y alcaldías. Rosales y su sacrificio, hizo palpable el cambio del poder político. Chávez lo supo, y nunca se lo perdonó. Cuando Chávez en aquella alocución de octubre de 2008, se puso al frente de la operación "Manuel Rosales vas preso", se evidenció que había que tomar decisiones. La lucha había tomado un nuevo matiz y sólo había dos opciones: entregarse o irse al exilio.

Es aquí donde muchos caen en la infamia de: "Rosales huyó" o "Rosales es un cobarde". Quizás muchos no sepan que la grandeza de Manuel, lo hizo entender que no se representaba sólo, que él era un partido, un movimiento y puso su destino en manos de ese movimiento. En un pleno antes de abril de 2009, fecha en la cual Manuel se asiló en Lima, y que contó con los destacados de Un Nuevo Tiempo a nivel nacional y de todos los estados, Rosales manifestó su deseo de entregarse, pues "el que no la debe, no la teme". Sin embargo su partido, "su flor más linda" como la llama el mismo Manuel, decidió que lo mejor era que se fuera. Que era más útil el exilio, que la mazmorra del régimen. Que era mejor su consejo en la distancia, que la desorientación total frente a una lucha que se preveía sería de largo aliento. Un Nuevo Tiempo decidió que el mal menor era sufrirlo sabiéndolo vivo, que sufrirlo en un sacrificio que ya hoy llegaría a seis años.

Manuel no huyó, ni se fue por cobarde. Manuel se fue porque su gente así lo quiso. Manuel se fue, sí, por valentía.

El exilio es otra cárcel. ¿Quién puede creer que es fácil irse a otro país, sin tener certeza de volver? ¿Separarse de su familia en forma indefinida? ¿Separarse de sus costumbres, aprenderse una historia ajena, un himno que no infla el pecho de orgullo? Sólo piensa así el injusto o quién no recuerda (por inocencia o interesadamente) nuestra historia. ¿O es que la lucha de Rómulo Betancourt se vino a menos porque "cobardemente" se exilió? ¿Le restó valor el "sabroso" exilio de Betancourt, a la lucha que hoy lo denomina como el padre de la democracia? Quienes sabemos la historia de este gran líder y reconocemos su legado, tenemos la respuesta.

Las circunstancias del país no son fáciles. Hoy Leopoldo López, Daniel Ceballos y muchos más también se han sacrificado. Los sufrimos, los lloramos y por eso en Un Nuevo Tiempo, les somos solidarios. La cárcel de estos valientes venezolanos es injusta, porque pagan, al igual que Manuel, por el "delito" de querer un mejor país.

La historia se sigue escribiendo, y quizás estamos muy cerca aún para evaluar la dimensión de lo que vivimos. Pero no tengo duda que esa historia reclamará un importante espacio para el exilio injusto de un hombre que encendió una llama que hoy sigue vigente.

Julio Castillo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico