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miércoles, 24 de junio de 2015

Entrevista a @Elovera22 que El Universal censuró, por @Daniel_Fermin

DANIEL FERMÍN 23 de junio de 2015

Una mujer encarga un sicariato a un grupo de extranjeros que ofrece diversos paquetes. Un colombiano, un uruguayo, un mexicano, un español, un peruano, un ruso, un polaco. Varios crímenes en escena contados en tono de humor negro. Emilio Lovera (Caracas, 1951) interpreta a la figura del narrador que intenta explicarle la historia a los espectadores. Paquete # 3, el primer largometraje en solitario que dirige Alfredo Hueck, es una comedia que refleja la violencia que existe en la Venezuela de hoy: las muertes, la escasez, los apagones, el control de cambio.

–El sarcasmo es una forma de humor que puede hacer palpable muchos de los problemas. Se recurre a la ironía para hacer una denuncia no convencional. El humor, en tiempos de crisis duras, critica, reflexiona. La película muestra el deterioro de nuestro día a día adornado por la irreverencia cinematográfica de Alfredo Hueck. Quizás por eso Paquete # 3 va a ser despreciada o desdeñada por la gente del oficialismo. Hay que hacerle entender al pueblo que el arte salva.

Emilio Lovera se interesó en el proyecto al leer el guión. La cinta, que se estrena el viernes 26 en las salas nacionales, llega a la cartelera cinco años después del rodaje en Mérida. Lovera, que ya en 2013 tuvo una breve presencia en Papita, maní, tostón (Luis Carlos Hueck), decidió sumarse a toda propuesta cómica en la que se le requiera para la gran pantalla. Porque, según el actor, a la filmografía local le hace falta menos dramas y más humor.
–Pienso que Venezuela debe tener una mejor historia cinematografica que la que ha desarrollado hasta el momento. Los viejos directores nos tenían acostumbrados al género del cerro, la marginalidad, el barrio. El público demostró lo obstinado que estaba de eso cuando decidió ir a ver películas humorísticas de bajo presupuesto o, incluso, de muy poca calidad. En Venezuela siempre hemos tardado mucho en reconocer la importancia del humor.

Emilio Lovera da vida a un mesero del bar de mafiosos. A veces, en el filme, interrumpe el relato para aclarar dudas. Las idas y vueltas en el tiempo, las animaciones, las reglas de juego que existe entre asesinos. Venezuela, según el comediante, también necesitaría de una figura que trate de explicarnos el país que tenemos hoy, que intente analizar hechos cotidianos cercanos al absurdo.
–Tal como el personaje, sería bueno que existiera un narrador que nos explicara al país. que se base en las estadísticas. Un narrador que nos lleve a una política o a un lineamiento. Estos son los hechos, estas son sus causas y sus consecuencias. Uno, por ejemplo, tiene demasiado tiempo tratando de entender cómo es Cadivi (Comisión de Administración de Divisas, hoy Centro Nacional de Comercio Exterior, o Cencoex) y por qué. Uno trata de explicárselo a cualquier persona que venga de otro lugar en el que pueda cambiar su dinero libremente y no lo puede comprender. Ni siquiera un economista.

La salida del aire de Misión Emilio dejó al humorista sin un espacio en la televisión local. La mayoría de sus colegas recurren a presentaciones en los teatros y sitios nocturnos para no quedarse desempleados. El cine también es otra opción. “Er Conde del Guácharo” ya tiene tres largometrajes dirigidos, Luis Chataing estrenó el año pasado su propio documental. Medios alternativos para tratar de recuperar lo perdido.
–Ya casi no hay programas de comedia en la pantalla. Al gobierno le molesta el humor. Imagino que Tves sacará alguno en cualquier momento. Si hay algo lamentable son los humoristas que están a favor de una tendencia política oficial. Los medios masivos están bastante reducidos para nosotros. Queda Internet, que todavía no es un medio económicamente viable para sobrevivir. Los lugares administrados por el Estado también se nos cierran. No nos lo prohiben, sólo nos dicen que están ocupados hasta 2070. Menos mal que salen invitaciones para ir al exterior.

Benjamín Rausseo ya intentó ser presidente de Venezuela, Luis Chataing tampoco oculta futuras aspiraciones políticas. Emilio Lovera no piensa saltar la talanquera. Lo suyo es hacer humor al interpretar personajes que reflejan al venezolano. Chepina Viloria, Palomino Vergara, Perolito, el Waperó, el Chunior. Figuras de la idiosincracia nacional que tuvieron éxito en el pasado y que se convirtieron en clásicos.
–Yo no me siento capacitado para incursionar en política. Para eso hay que estar educado. Suelo decir en mis shows que uno de los grandes deterioros que hemos tenido es la calidad del candidato presidencial. Le digo al público que le explique a sus hijos que aquí intentaron gobernar Luis Beltrán Prieto Figueroa, Rómulo Gallegos, Arturo Úslar Pietri y Renny Ottolina, entre otros. Si haces una comparación, el deterioro ha sido inmenso. En Venezuela hoy cualquier bolsa puede ser estar en el poder. La política, para mí, ni siquiera es la base para hacer mi humor. Lo que pasa es que la gente confunde actualidad con política. Si uno refleja lo que sucede en la calle empiezan a decir que estoy una campaña en contra de… Yo involucro la denuncia porque no me divorcio de la realidad ni me hago el loco.


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