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sábado, 8 de agosto de 2015

Washington Post: “Venezuela está básicamente en quiebra otra vez”, por @ObsoleteDogma



Por Matt O´Brien, 05/08/2015

Venezuela se queda sin agua, se queda sin cerveza, y se queda sin dólares. En otras palabras, ya no está cayendo gradualmente en bancarrota. Está cayendo en bancarrota bruscamente.

Y la culpa la tiene el Gobierno.

Sin embargo, el socialismo debiera haber funcionado en Venezuela mejor que en cualquier otra parte. Después de todo, alberga las reservas petroleras mas grandes del mundo, por lo que debería haber contado con suficientes petrodólares para financiar una generosa “red de salvamento”. Pero en lugar de crear un estado como Noruega, Venezuela optó por uno al estilo soviético. Todo comenzó cuando Chávez convirtió a la petrolera estatal de ser principalmente autónoma a ser poco mas que su alcancía personal. Los beneficios salían, pero nuevas inversiones no entraban y, como resultado, la producción petrolera cayó un 25% entre 1999 y 2013. Las exportaciones cayeron el doble de esa cifra, porque mucho del crudo permanece en el país, al extremadamente subsidiado precio de 1.5 centavos de dólar americano por galón (3.78 l).

Pero el Gobierno de Venezuela no quería controlar solamente los petrodólares. Quería controlar todos los dólares. Eso le daba el poder de decirle a los negocios que necesitan dólares para… bueno, para permanecer activos, que tipo de precios, beneficios y producciones podían ofrecer. Para ese fin, el régimen estableció una tasa de cambio a tres niveles que permite a compañías y “compinches” -¿Hay alguna diferencia?- conseguir dólares por lo que hoy es 100 veces menos que la tasa del mercado negro, la que se supone deben usar adquirir las importaciones.

El único problema es que esto crea escasez cuando funciona y una escasez mayor cuando no lo hace. Eso es porque el gobierno no solo decide quien adquiere dólares baratos, sino también cuanto pueden gastar.  Las compañías que no consiguen dólares a la tasa oficial, perderían dinero vendiendo a precios oficiales, por tanto, no lo hacen – dejando las tiendas vacías. Pero incluso cuando la empresa consigue dólares baratos, ganaría mas dinero vendiéndolos en el mercado negro que usándolos para vender bienes a precios oficiales, asi que no lo hacen – y sus tiendas están igual de vacías. En otras palabras, no es rentable para compañías que no tienen subsidios reponer sus inventarios, pero tampoco es lo suficientemente rentable para las empresas que si están subsidiadas. Esta es la razón por la que los supermercados de  Venezuela no tienen suficiente comida, sus cervecerías no tienen lúpulo para hacer cerveza y las fábricas no tienen suficiente pulpa para producir papel sanitario. Esto ha dejado a Venezuela solamente bien surtida de una sola cosa: colas.

Pero ahora Venezuela enfrenta una nueva escasez, el petróleo vuelve a estar en alrededor de 50 Dólares por barril, lo que significa que el gobierno no tiene suficientes Dólares para pagar lo que debe, deja de lado los subsidios y las compañías quedan fuera del juego. Imprime mas dinero que lo que necesitaría usualmente –que ya es muchísimo- para tratar de compensar el problema. El resultado, como pueden ver en la gráfica, es el completo colapso de la moneda venezolana, el Bolívar. Mirando la tasa del mercado negro, que es el valor al cual los puedes conseguir, el Bolívar se ha desplomado desde 79 por Dólar en el pasado agosto a 687 hoy. Esto significa una caída del 89% en un año, con una caída del 40% en los últimos dos meses.


A esta rata, la hiperinflación no está lejos, mas bien ya llegó. Oficialmente la inflación se ubicó en 68,5% para el último diciembre, última vez que publicaron cifras, pero ese valor debería ser mucho mas alto hoy por el valor de los precios de importación. Esto no es mas que otro “default”, como apunta Ricardo Hausmann, de una larga cola de pueblo venezolano. La carencia de alimentos, medicinas y cualquier otro producto básico puedes pensar, es en parte, el resultado del uso por parte del gobierno de Dólares para pagar a sus acreedores internacionales, en vez de pagar en Bolívares a los domésticos. Haciendo que la moneda valga menos que el valor del papel en el que está impreso.

La cuestión ahora es sí Venezuela agotará lo último que le queda, en días por venir. Y es la paciencia del pueblo con un sistema económico que puede caer mucho mas de lo que ha caído hasta ahora. Con elecciones acercándose, el gobierno hará lo que siempre ha hecho, robar a pocos para darle a muchos, intervendrá a productores y grandes almacenes privados, para convertirlos en públicos.

El gobierno de Venezuela no se puede permitir el lujo de decir vengan a comer de este pastel, porque el pueblo no lo podrá comprar.

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