Por Lorena Quintanilla Muñoz
"El mayor sacrificio
que uno hace al salir es sin duda emocional ¿Ha valido la pena? No lo sé.
Aunque tengo estabilidad económica siento que no lo puedo compartir con mis
seres queridos, eso no se compara con nada. Panamá me aporta visión de
progreso, experiencia laboral y tranquilidad. Yo aporto mi honestidad y mi
buena disposición para que las cosas funcionen mejor cada día”.
El testimonio pertenece al
ingeniero mecánico Juan Carlos Cordero, quien desde 2012 reside en Panamá.
Así como él, numerosos
venezolanos decidieron y deciden encaminar sus vidas hacia otros destinos.
Venezuela fue un país
receptor de inmigrantes de distintas partes del mundo. Hoy en día, enfrenta un
duro proceso migratorio, nunca antes visto.
En estos últimos quince
años, más de millón y medio de venezolanos se marcharon a otras naciones. Una
mejor calidad de vida los empujó a desprenderse de sus familias, amigos y
terruño.
"En el siglo XX,
Venezuela no fue un país con una cultura migratoria. Actualmente, hay
venezolanos en por lo menos 96 países del mundo, según el sociólogo Iván de la
Vega (UCV), quien desde el año 95 realiza estudios sobre tendencias
migratorias.
Para el embajador de carrera
y docente universitario Oscar Hernández Bernalette, Venezuela vive una tragedia
a propósito del éxodo de sus habitantes.
Anitza Fréitez, directora
del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB subraya que
los españoles se han movilizado a lo largo de su historia, comprenden esa
acción por sus antecedentes.
"Nosotros no tenemos
eso en nuestro ADN, lo estamos empezando a procesar”.
Hoy, 12 de octubre, más allá
de la antigua polémica sobre el encuentro o el desencuentro de culturas, la
emigración masiva de venezolanos lleva a reflexionar con respecto a este
fenómeno y lo que aportan y reciben quienes, forzados por la crisis, emprenden
un viaje, en ocasiones con retorno.
Sacrificio
Verónica Ochoa, docente
especialista en el área de inglés, emigró a Ecuador porque la inseguridad la
obligó a salir de Venezuela.
"Sacrifiqué mi estabilidad
emocional y familiar por un futuro mejor. Tengo siete meses fuera de mi país y
ha sido muy duro. Si he durado tres días sin llorar ha sido mucho.
Sin embargo, ha valido la
pena. Actualmente, tengo un empleo que me brinda estabilidad laboral y económica.
Mi trabajo es valorado; semanalmente recibo capacitación. Ecuador me brinda
tranquilidad, puedo salir a la calle sin preocupaciones y si no tengo algo en
casa, lo consigo fácilmente en el supermercado”.
Fuga de cerebros y corazones
De la Vega, quien investiga
la importancia del capital intelectual para el desarrollo de los países,
refiere que tras los despidos de la industria petrolera y el deterioro
progresivo del país, 1.6 millones de venezolanos han emigrado.
"Más del 51% del total
son profesionales con especializaciones, postgrados, maestrías o doctorados.
Esto representa una pérdida importante del capital intelectual. A la fecha, no
existen políticas públicas por parte del Gobierno para aminorar este éxodo
masivo, no hay medidas para contactarlos y captarlos”.
El sociólogo destacó que en
los años 70 y principios de los 80 se alcanzaron salarios importantes. Los
profesores universitarios titulares llegaron a devengar en algún momento más de
$3.000, ahora, al situarlo sobre el dólar paralelo, se traduce en apenas $17.
La gente se va buscando la
estabilidad económica que aquí no existe.
Por supuesto que hay una
ruptura familiar. Sin mencionar que cuando un venezolano se ancla en otro país,
funciona como remolque, para pilotear al resto de la familia o amigos. Se
desarticulan las familias, las cuales están funcionando de manera virtual.
Quien se va pierde el
arraigo y el desarraigo, apunta el director del Laboratorio Internacional de
Migraciones de la Universidad Simón Bolívar (USB).
Por otro lado, quien emigra
debe estipular un fondo en dólares o euros para mantenerse por lo menos el
primer año; no todo el mundo tiene esa capacidad económica.
De la Vega señala una serie
de observaciones. En primer lugar, Venezuela es el único país, en el marco de
la sociedad global del conocimiento, que no ofrece cifras sobre migraciones a
través del Saime. No obstante, asegura que hay venezolanos con visas de
residencia o cambio de nacionalidad en los cinco continentes del mundo.
En segundo lugar, no hay
políticas para captar a estas personas.
Colombia, Ecuador, Chile y
Argentina tienen programas de contacto. Mientras no se generen tales medidas se
apunta hacia el subdesarrollo del país, sostiene el especialista.
Lo bueno y lo malo
La diáspora intelectual
venezolana ha ayudado a acrecentar la productividad en el área petrolera en
países como Colombia, Perú, México y Brasil. La universidad de Texas tiene más
de 300 profesionales venezolanos vinculados a la petroquímica.
"Esto es positivo pero
es una pérdida significativa. Venezuela está perdiendo su capital intelectual.
Si no se toman medidas el impacto será muy negativo los próximos años”,
enfatiza de la Vega.
Agrega que esta emigración
masiva de venezolanos no está siendo bien vista en Colombia, por ejemplo, donde
hay saturación en ciertas áreas, como en el caso del Periodismo o Comunicación
Social.
Por otro lado, Panamá es un
país chico, con una población de casi 4 millones de habitantes y ante una
inmigración tan intensa de venezolanos se genera un impacto negativo
Transición
Zonia Cordero tiene cuatro
años en México. Vía Whatsapp nos contó que adaptarse a otros hábitos y cultura
no es fácil.
"El frío es muy fuerte
y la comida pica como no tienes idea. Unas que otras palabras que uno dice en
Venezuela no se pueden decir aquí porque significan otra cosa. Siento que he
aportado la cultura por la belleza, que la gente se quiera y aprenda a
arreglarse.
La gente ha sido cordial,
amable, querendona; no en la misma medida que uno porque el venezolano abraza y
besa más, aquí son más distantes. Pese a que me ha ido muy bien, no cambiaría a
mis amigos, ni a mi país por nada del mundo”.
Emigrar no es sencillo
Emigrar no es tomar las
maletas e irse, tampoco un impulso emocional motivado por lo que ocurre en el
país.
Por lo general, las razones
están relacionadas con guerras, hambrunas, efectos ambientales, inseguridad,
inviabilidad laboral... La búsqueda de seguridad laboral, jurídica y
oportunidades de trabajo mueven a los venezolanos, explica Oscar Hernández
Bernalette, embajador de carrera y profesor universitario.
"1.600.000 personas se
han ido de Venezuela. Para una nación de 30 millones de habitantes representa
un número muy alto, si tomamos en cuenta que 3% de la población mundial es
emigrante. Estamos por encima de la media mundial”.
El exministro de Relaciones
Exteriores añade que toda migración conlleva una transición emocional y un
proceso de adaptación que dependerá de la persona, de sus recursos y
capacidades.
"Hay personas que nunca
superan el hecho de haber dejado su país. Siempre va a ver un efecto negativo
emocional. La persona está dejando su bosque, su país, su familia. La
desintegración familiar es algo terrible, se paga un alto costo emocional”.
País noble
Fuimos un país bien visto
como receptor de inmigrantes porque nos abrimos a las corrientes migratorias
que lo necesitaron en el pasado. Eso nos ennoblece, nos hizo multicultural
expone Hernández Bernalette.
Como en todas las
emigraciones masivas y ante la presencia de personas que van a ganar espacios
en otros lugares, se genera resistencia.
"La migración
descontrolada puede generar resistencia por restarle oportunidades a los
ciudadanos naturales. Se producen choques culturales y diferencias. Eso pasa en
cualquier emigración, lo vemos ahora porque somos la novedad. Pero no es una
reacción exclusiva”.
El gobierno no comprende
este drama, dijo el entrevistado.
Cuando el gobierno comprenda
lo que significa perder a un contingente humano tan importante y procure una
relación con esos venezolanos que se fueron, podremos sacarle partido a esta
realidad, acotó.
Ganancia para el país
receptor
Malex González Scrocchi
tiene 15 años en Canadá. Siente que adoptó una mezcla cultural interesante.
"La belleza aquí no
cuenta para nada. Ni te da ni te quita oportunidades. Tengo 10 años en mi
apartamento y no conozco a mis vecinos. Físicamente, nos ven muy atractivos.
Hay muchos ingenieros venezolanos en cargos importantes, eso es dinero para
Canadá. Aquí no funciona ni influye la "palanca” sino las capacidades.
Aquí la impuntualidad no existe.
Se dice que el extranjero es
frío, no es eso, simplemente tiene una estructura en la cual se respetan las
reglas, eso se traduce en orden, lo que nos afecta mucho al principio. No se
puede llegar a la casa de nadie sin avisar y si visitas un amigo no puedes
llegar con las manos vacías”.
Fenómeno
Por primera vez en nuestra
historia, se ha venido intensificando la salida de venezolanos, esto es un
fenómeno que no habíamos conocido, expresó Anitza Freitez, directora del
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB.
En el país se profundizó la
inestabilidad política, la conflictividad y el clima de polarización, lo que ha
afectado la convivencia.
La escasez, inflación, bajos
salarios, imposibilidad de inserción en el mercado laboral, falta de servicios
públicos, inseguridad, etc, son causas de la emigración.
No somos un país atractivo,
ni para los venezolanos ni para los extranjeros, menciona la investigadora.
Mientras tanto, países que
en el pasado fueron potenciales emisores de emigrantes para Venezuela, superaron
sus dificultades y ofrecen mejores condiciones de vida.
"Esa cantidad de
despedidas en los aeropuertos es una experiencia con la cual comenzamos a
convivir. En el aspecto económico nos afecta porque la migración que se está
produciendo es diferenciada; de profesionales en los cuales el país invirtió
recursos para su formación. En este momento, el propio país que formó a esa
gente no está generando las condiciones para que puedan reinsertarse y
contribuir al desarrollo del país”.
Freitez afirma que hay un
luto que se vive en una primera etapa del establecimiento, por lo cual, redes
como Venezolanos en Canadá o Venezolanos en Argentina, por ejemplo, ayudan a
superar la transición.
La verdad es que esa
tradición o cultura de la migración es desconocida.
Cuando la presencia de
extranjeros se torna incómoda, porque se percibe que desplazan a los nacionales
en la ocupación de los puestos de trabajo, se manifiesta un rebote, lo cual
pasó en los 70 y 80 con la migración colombiana y latinoamericana en general, declaró
la docente respecto al rechazo que ciertamente pueden estar experimentando los
venezolanos en el exterior.
"Panamá implementó
ciertas restricciones porque siente que los ingenieros venezolanos están
desplazando a los suyos. Los estudios que ha hecho la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial, reflejan que
Venezuela está entre los primeros 15 países con una alta selectividad de su
emigración porque 60% corresponde a personas con título universitario”.
Alerta
Ricardo Ríos, presidente de
la empresa consultora Poder y Estrategia, realizó en septiembre un estudio
sobre una muestra de 1.000 personas a escala nacional acerca de varios tópicos,
entre estos, la intención de los venezolanos a emigrar.
El estudio arrojó que 17%
dice que sí tiene intenciones de emigrar y 12% dijo que a veces.
"Ese 17% sólido se va o
tiene planes de irse. Si bien es una minoría, se trata de un valor
significativo. Son más de tres millones de personas que tienen intención de
irse”.
Ríos explica que una
intención de emigrar de más de 3.000.000 de venezolanos tiene que representar
una alerta, desde el punto de vista de las políticas públicas.
La mayoría de las personas
que desean marcharse pertenecen a los estratos A, B y C, clase media y clase
media-alta, las cuales representa el 20% de la población.
"Este valor no es
despreciable, primeramente porque ningún sector debe menospreciarse, segundo,
aquí se acumula buena parte del conocimiento técnico y profesional de la
población”.
Se podrían generar políticas
públicas atractivas que permitan que las personas regresen, añade el experto.
Al consultarle a los
encuestados por qué razones se van, 70% señaló las razones económicas, 24%
apuntó que debido a la inseguridad y 4% se refirió a los motivos políticos.
"Tiene que ser una
alerta el número de personas que se está marchando del país”, advirtió el
consultor.
Testimonios
La alegría de la huerta
Lisseth Mejías, tiene 11
años en España. Afirma que ha aportado calidez.
"Soy la alegría de la
huerta como dicen aquí. Me he tenido que amoldar a las estaciones, nosotros no
estamos acostumbrados a eso, ni al estilo y ritmo de vida, tampoco a sus
palabras, verbos o modos de expresarse. Cuando llegué no había muchos
venezolanos. Me tuve que adaptar a muchas cosas. No me avergüenzo de preguntar.
Extraño mucho de mi vida en Venezuela, extraño el país entero, mi familia, mis
amigos, el frío de los Andes, de diciembre, las playas, la parchita. He
aprendido a valorar muchas cosas. Tantos años te hacen aprender a
sobrellevarlo, no se puede vivir anclado en el pasado”.
Traeré a mi familia
José David Pinedo, ingeniero
mecánico, reside en Chile desde hace seis meses.
"La situación económica
y de inseguridad me motivó a emigrar. Tengo cinco años de graduado y en
Venezuela no tuve oportunidad de progresar ejerciendo mi profesión. Es difícil
estar lejos de la familia pero mi expectativa es traérmela a Chile. Sé que aquí
puedo darle las comodidades que en Venezuela nunca pude, da mucha impotencia
que luego de formarse en una buena carrera no puedas ayudar a la familia. Desde
aquí les he podido aportar, lo que no pude hacer estando en Venezuela, pese a
que trabajé cinco años. Aquí somos muy bien vistos a nivel profesional. Chile
me ofrece oportunidades, calidad de vida y seguridad”.
Por un futuro para mi hijo
Katherine Fuerte,
comunicadora social, emigró hace un año a Argentina porque quedó embarazada y
Venezuela no le garantizaba la seguridad para su bebé, de poder comprar lo que
deseaba para su hijo.
"Por supuesto, la
familia se divide y adaptarse es complicado. Sin embargo una mejor economía y
seguridad fueron los motores, fue una de las mejores decisiones, no me siento
perseguida. Tengo calidad de vida y un futuro para mi hijo. Hay un intercambio
cultural importante. Le aporto al país mis conocimientos y este país cubre mis
necesidades. Sé que aquí no seré un número más de la inseguridad”.
Extraño a mi familia
Patricia Rinaldi, abogada,
emigró a Panamá por la inseguridad, escasez de alimentos y artículos de primera
necesidad.
"Este país me brinda
una estabilidad que agradezco pero toda mi familia está en Venezuela, aquí vivo
sola y es difícil, extraño a mis papás, abuelos y amigos a diario. Todo es
diferente a mis costumbres. Tengo año y medio aquí y no es fácil adaptarse. Por
un lado hay beneficios, para lo cual uno se forma, pero sacrificar los lazos
familiares es muy duro. La Navidad pasada la viví sola y fue realmente triste.
Este país me aporta cosas que mi país no puede. Aquí puedo salir a cualquier
hora del día. Puedo estar tranquila en la calle con mi celular y prendas.
Consigo de todo en los supermercados. La cultura nos aporta mucho también. Yo
le aporto a Panamá mi productividad, proactividad y energía. Aquí mi desempeño
es valorado”.
12-10-15
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