Carlos Flores 14 de octubre de 2015
@PartidoUNT
Manuel
Rosales asegura que su regreso es para "contribuir en todo lo que esté a
mi alcance para que logremos una victoria aplastante el próximo 6 de
diciembre" (si no lo meten preso primero, claro está)
En su
curriculum: Alcalde, Gobernador, candidato presidencial; nuevamente Alcalde… y,
para todos los involucrados, relacionados, chupamedias y demás pertenecientes a
la nomenclatura chavista-gobiernera, Manuel Rosales es, sobre todo, un
conspirador, criminal, golpista, prófugo y tal vez dos o tres docenas de
adjetivos, insultos y apodos… Pero, de igual manera, para el que quiera
apoyarlo o insultarlo… habrá chance. Manuel Rosales regresa a una Venezuela que
se convirtió –en los 6 años que el maracucho lleva de exilio,tras marcharse del
país luego de ser imputado por enriquecimiento ilícito- en el epicentro mundial
de la inflación, violencia, negligencia, impunidad, hambre, corrupción,
miseria, drama, mentiras, tiranía, injusticia… ah, tampoco se respetan los
derechos humanos. Un país que va a millón, desbocado, sin frenos… en picada,
hacia abajo… directo a un enorme abismo de depresión y angustia colectiva.
Durante
una ¿efusiva? Transmisión realizada vía Skype, el líder del partido un Nuevo
Tiempo, anunció su regreso. “Han sido años duros, de soledad”, dijo a sus
seguidores. “Pero también pensando en el futuro que queremos”.
Las
palabras de Rosales –y todo él- llegan a pocas semanas de las elecciones
parlamentarias del 6D. Promete que su objetivo es luchar por Venezuela y
acompañar a la Unidad Democrática en un posible triunfo electoral. Habrá todo
un sarao en Maracaibo. Música, gente, pancartas y hasta una marcha, para
recibir a su líder. Aunque el lobo feroz está esperando con la boca hecha agua…
¿será el próximo preso político?
-Venezuela, cosa que parecía imposible,
está mucho peor que cuando usted se marchó. ¿Cómo ve la Venezuela a la cual
regresará? ¿Cuál es el panorama más preocupante?
–Al
contrario. Era totalmente predecible si seguían en el poder los que están
gobernando y persistían en las políticas que estaban aplicando y a las que yo
me opuse con todas mis fuerzas. Está peor, efectivamente. En lo económico, en
lo social y en las libertades, todas cercenadas. También en aspectos derivados
del caos económico y la ineptitud del régimen, como son la infraestructura, los
servicios básicos, los sectores salud y educación, y la seguridad ciudadana. El
gravísimo deterioro tiene al venezolano sumido en la peor crisis que el país ha
enfrentado después de la Independencia. Venezuela es un país castigado por la
carencia de alimentos, de productos de primera necesidad, de repuestos para
vehículos, para todo tipo de maquinaria y artefactos, de medicinas e insumos
médicos, de papel para las editoriales y para la prensa (sobre todo, para la prensa
independiente)… El atraso se ve por todas partes. Y no hay venezolano que no
esté sufriendo las consecuencias del desastre de los gobiernos revolucionarios,
nefastos en todos los sentidos. Como también es preocupante la fuga de talento
venezolano, visto en los altos índices de emigración, especialmente de nuestros
jóvenes por la falta de oportunidades, por la inseguridad, porque sienten que
no hay futuro. Pero hay algo en lo que hemos avanzado, ahora el país cuenta con
una oposición articulada en la Unidad Democrática. Yo regreso a Venezuela a
sumar mi esfuerzo a la Unidad. A contribuir en todo lo que esté a mi alcance
para que logremos una victoria aplastante el próximo 6 de diciembre. En tiempos
de crisis y dificultades los dirigentes debemos tener bien claro cuál es la
meta, hacia dónde vamos. En este momento me toca dar un paso al frente para
demostrar que sí hay futuro, que sí hay esperanza, y que esto va a cambiar.
-Ya conoce muy bien la realidad legal –o
ilegal- a la que deberá enfrentarse. Esta gente no cree en la ley. Esto se ha
convertido en el “Viejo Oeste”, mire dónde está Leopoldo López. Usted es un
veterano. Un hombre de experiencia. ¿Cómo se prepara para afrontar a este
régimen que ha pervertido la ley y la justicia?
–Mi
caso nunca ha sido un problema jurídico sino político.Es decir, de persecución
política. Estoy consciente de todo eso. Pero las circunstancias han cambiado.
Ya este régimen no tiene el apoyo popular ni internacional para hacer lo que le
dé la gana. Y si los chavistas honestos quieren sobrevivir políticamente,
deberían tomar ese tren descarrilado y montarlo en los rieles de la democracia.
Fuera de la democracia no hay futuro. Les va salir más caro atropellarme que
hacer justicia. Lo mejor que pueden hacer es no manipular la justicia y
permitir lo que debe ocurrir, lo apegado a la ley, y esto es que los tribunales
me den libertad plena. Todos saben que la confabulación se cayó con la
declaración, debidamente notariada y apostillada del ex magistrado del TSJ
Eladio Aponte Aponte, en la cual confesó que todo fue una olla montada desde
Miraflores para sacarme del juego político, con el dictamen de INTERPOL que
desestimó la denuncia en mi contra, al concluir que se trataba de un caso de
persecución política y la confesión de José Luis Pirela, el acusador principal
de mi caso, sobre las presiones que recibía del ex magistrado Aponte para
fraguar el fraudulento proceso penal en mi contra. Me preparo como me he
preparado para todos los retos que he enfrentado en mi vida, con aplomo, consciente
de los riesgos, lleno de fe y sin boconerías, porque no es mi estilo y porque
no es cónsono con el hombre de coraje.
-Manuel, usted ha presenciado los errores
que ha cometido la dirigencia opositora desde que llegó Hugo Chávez al poder…
¿qué errores espera que no se cometan esta vez?
–Los
atajos, la jugada adelantada y, peor aún, acciones fuera de la Unidad. Otro
error que no debe cometerse es el de ver la realidad del país solamente con los
ojos de una determinada capa de la población. Es preciso ver el país a través
de los ojos del 80% del país, que son los sectores populares.
-Hay un hambre, una necesidad tremenda de
liderazgo, de gente con guáramo, que le dé un parao’ a estos pillos. ¿Hasta
dónde estará su compromiso para ayudar, en lo que sea posible, a salir de este
régimen?
–Mi
compromiso es el de contribuir a liberar a Venezuela de este régimen oprobioso,
a través de los mecanismos previstos en la Constitución. Mi compromiso es
irrestricto con la Unidad Democrática, que viene diciendo sin cansancio que la
vía es institucional, electoral y pacífica. Mi compromiso no tiene más límites
que el de mis posibilidades humanas, pero estoy decidido a ayudar a construir
el triunfo el próximo 6 de diciembre.
-¿Cómo cataloga usted a Arias Cárdenas? ¿Le
parece un hombre honorable, que quiere los mejores intereses para los zulianos?
–Arias
Cárdenas es un caso raro, ya que siempre tuvo diferencias con todos los
golpistas del 4 de febrero, aun cuando era el más antiguo. Y con el tiempo se
ha convertido en una nulidad, sin influencia, carajeado por Maduro, por
Diosdado Cabello, por los generales que están en el Zulia y en la frontera, que
lo sacan para la foto y luego lo mandan a jugar banco. Además, se ha convertido
en inepto, cómplice y protagonista en castigar al Zulia. Su gestión es un
desastre en el Zulia por el racionamiento de agua, de energía, la implantación
del chip de gasolina en el estado, precisamente un enclave petrolero que le ha
dado todo al país, el cierre de la frontera. Y ni hablar de la delincuencia. De
la honorabilidad de Arias Cárdenas se ocupará de calificarla el tribunal del
pueblo.
-¿Le ha preocupado dejar un legado
histórico, que se le recuerde en el futuro como qué clase de político?
–De
eso se encargará la historia. Los líderes políticos que se enganchan en su
obsesión por la gloria, dejan de lado las prioridades de su trabajo, que es
gobernar con eficiencia, con responsabilidad y sentido de la realidad. Quienes
fantasean con un lugar en la historia se despegan del presente, de las
necesidades de su pueblo y de las prioridades del momento. Quienes están
soñando con el momento de saltar al escenario a recoger un Oscar se
desentienden de hacer una buena película. Eso sí, quisiera ser recordado como
un demócrata y un gobernante eficiente, que siempre estuvo del lado de su gente
y no de taras ideológicas, de mafias corruptas y de alianzas perniciosas.
-¿Qué fallas, como dirigente político,
puede reconocer de sí mismo a estas alturas de la vida?
–Le
pido al pueblo y a mis adversarios que siempre me señalen mis errores. Los
acepto con humildad y tengo todo el propósito de rectificar lo que no esté
haciendo bien. Porque lo mío es trabajar y hacer. Ahí está mi gestión como
gobernador del Zulia y alcalde de Maracaibo, para comprobar. Y ahí están mis
diligencias para que la oposición democrática venezolana se mantuviera unida y
en la senda democrática, que es mi credo y mi convicción. Y en eso no me
equivoco.
-¿Algún familiar, amigos, le han dicho que
no regrese?¿Qué responde usted?
–Claro
que muchos familiares y amigos me han dicho que no se puede confiar en la
justicia de Venezuela. Pero el pueblo por diferentes vías, a través de
mensajes, de las redes sociales, y mi partido, UNT, me han pedido que continúe
la lucha dentro del territorio. Y eso coincide con mi deseo. Mi respuesta, como
siempre, son los hechos. Algunos han dudado, pero al final todos estamos en una
posición coherente y de respaldo ante la decisión tomada.
-Hoy en día, qué representa su esposa en
su vida, ¿qué opina de la gestión que ella está llevando?
–Eveling
ha asumido enormes responsabilidades. Ha tenido que hacer frente a enormes
desafíos políticos y sociales, con un gobernador y un régimen en contra. En
medio de las dificultades ha tenido un resultado positivo.
-¿Cuál ha sido el momento más duro estando
en el exilio?
–Todo
el exilio es terrible. Mucho más para quien, como yo, en ningún momento se
planteó un proyecto de vida fuera de Venezuela. Para todos es duro, pero la
gran mayoría de los emigrados se concentran en hacerse una vida allí donde
están. Yo no. Yo he vivido con la mente y el corazón en Venezuela. No ha habido
día ni hora en los que no haya estado en permanente contacto con mi país, con
mis compañeros de partido y de la Unidad Democrática, así como con mis hijos.
-¿Qué palabras tiene para con la gente que
todavía mantiene mucha fe en usted?
–Mantener
los objetivos claros, la cohesión, el trabajo duro y la constancia. Y a quienes
no tiene fe en mí les digo que mi compromiso es también por ellos. No hay un
solo venezolano fuera de mi proyecto de lucha por el país que todos merecemos.
-¿Prevalecerá la democracia en Venezuela o
ve el reto muy difícil y tal vez la revolución podría quedarse muchos años más?
–Por
supuesto que sí. Hemos resistido 17 años a un régimen que ha golpeado al país
sin misericordia y no nos hemos doblegado. Los signos del cambio son demasiado
visibles. Quien tenga ojos que vea. Y quien tenga amor Venezuela, que se una a
la lucha por un país unido, democrático y próspero.
-¿Cómo ve la salida del régimen? ¿Qué
factores deben converger para que llegue el fin de esta pesadilla?
–Como
acabo de decirle y como lo he dicho siempre. La salía del régimen es
democrática y cercana. Esos factores ya están en convergencia. Lo primero es el
estrepitoso fracaso del régimen, que tiene hoy más pobres de los que encontró
al legar. No hay aspecto de la vida nacional que no registre el impacto
pernicioso del régimen. Después está la unidad de los factores democráticos del
país, que no abarca solo a los partidos políticos sino a toda una sociedad que
ha madurado y quiere un cambio por los cauces que marca la Constitución.
@PartidoUNT
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