Luis Manuel Esculpí 13 de octubre de 2015
Comienzan
a situarse en realidad, la euforia de otros días se desvanece. No logran
insuflar el ánimo de sus partidarios. La confianza de muchos los abandona, son
presa de la incertidumbre. A medida que se aproxima la fecha el desconcierto
los invade, no soportan el desasosiego. Se les dificulta guardar las
apariencias, el "carómetro" los delata. Las encuestadora de Jessie
GIS XXI se apagó, Interlaces de Óscar Shemel ahora próspero empresario la
suplanta, aunque arroja pocas luces.
El
futuro se les presenta incierto, la influencia de gobernadores y alcaldes se ha
venido corroyendo, en esta oportunidad no pareciera decisiva. Constatan que los
efectos de la gravísima crisis nacional será determinante en los resultados,
incluso en regiones y localidades gobernadas por adeptos al oficialismo.
La
maquinaria y los recursos distan de ser los de antes. Maduro y otros admiten
públicamente que es la coyuntura más difícil que les ha tocado enfrentar.
Tibisay intenta darle otra "ayudadita" : " El CNE no cuenta
encuestas"...velada manera de desestimar los estudios de opinión
absolutamente desfavorables al gobierno.
Aún
así la cúpula gobernante, la macoya no se resigna, están dispuesto a todo, a
emplear maniobras que hasta ahora no han utilizado, no imaginan el futuro sin
el poder y los privilegios que disponen, medran, disfrutan la riqueza, el boato
y la fastuosidad.
Más
allá de las consignas , en su fuero íntimo están conscientes que esto no llegó
para quedarse, a muchos les aterra perder la manguangua. La procesión que
recorre el interior del oficialismo implosionará ante la debacle, la
responsabilidad principal desde ya tiene nombre y apellido
El
actual cuadro ofrece a las fuerzas alternativas inmensas posibilidades, por supuesto
no exento de riesgos que hay que tener muy presentes. Exige de una dirección
provista de visión estratégica, que actúe con solidez, consistencia,entereza y
aplomo.
Con
toda la crítica que se le pueda hacer - como todo es susceptible de ser
criticada la alianza opositora estructurada alrededor de la Mesa de la Unidad
Democrática, es la instancia que puede asumir la conducción de un proceso
sumamente complejo como el que se avizora.
En la
MUD con sus deficiencias, limitaciones y errores se combinan la innovación y la
experiencia, la destreza y el oficio, la capacidad para mejorar la articulación
organizativa y asumir la defensa de la voluntad de elector. No existe en el
universo no oficialista, otra instancia con posibilidades de asumir esos roles.
Independientemente
del reconocimiento implícito de Nicolás y compañía sobre lo comprometido de su
situación, han enviado con sus actos señales inequívocas de que adelantan
preparativos como intento lenitivo a los efectos de una derrota, cuando
eliminaron la elección directa del Parlamento Latinoamericano estaban
evidenciando el propósito de evadir contabilizar la votación nacional, donde se
evidenciaría claramente su condición minoritaria. Seguían conservando la
esperanza, ahora disminuida, de perder en la sumatoria en el país, pero por la
distorsión de la representación proporcional al conformar los circuitos,
conservar la mayoría parlamentaria.
Más
recientemente, cuando estiman que incluso perderían en la mayoría de los
diputados apelan a una burda maniobra, a través de amenazas, presiones, ofertas
de embajadas y otros cargos promueven la jubilación de doce magistrados del
Tribunal Supremo, para adelantar su designación e impedir así que los elija la
nueva Asamblea, que debe instalarse en los primeros días de enero.
Cuando
Elvis Amoroso Presidente del Comité de Postulaciones Judiciales informó el
viernes 2 de octubre que se iniciaba el proceso para elegir magistrados habló
de cinco, para ese día los magistrados no se habían acogido a la jubilación, en
el fin de semana con toda las artimañas empleadas aumentaron a doce -por ahora-
y el lunes 5 publicaron el aviso de convocatoria.
De
aquí al seis de diciembre, a pesar del discurso y lenguaje agresivo de su
campaña, es de esperar de parte del oficialismo, la realización de distintas
acciones entre ellas; nuevas señales inequívocas que abonan el terreno de su
derrota.
Seguir
con atención su comportamiento, responder rápida y oportunamente sin perder de
vista el objetivo principal, constituye una tarea de primer orden para poder
alcanzar el éxito. Ello es perfectamente posible, como se desprende de nuestros
análisis, pero hay que asegurarlo, el triunfalismo y la subestimación del
adversario no constituyen buena compañía. El trabajo que realicemos en un poco
más de los cincuenta días que faltan, será decisivo en la consolidación y
movilización de la mayoría para triunfar e iniciar el proceso de cambio de
rumbo.
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