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jueves, 28 de enero de 2016

Venezuela, en el umbral de la hambruna y del incumplimiento de la deuda por @DelgadoAntonioM


Por Antonio María Delgado


El colapso del mercado petrolero está empujando al régimen de Nicolás Maduro cada vez más cerca de una moratoria del pago de la deuda externa, que comienza a lucir como inevitable ahora que el precio del barril está cerca de los $20, dijeron analistas.

Y la sostenida caída de los precios del petróleo amenaza con agudizar aún más los ya asfixiantes problemas de la población, que tiene grandes dificultades para encontrar alimentos y medicinas en las tiendas.


Los precios de la cesta venezolana de petróleo, compuesta principalmente por crudos pesados menos apetecibles, promedió $21.65 por barril la semana pasada, nivel inferior a los $45 que según algunos analistas requiere el régimen de Maduro para poder cumplir con las obligaciones externas del país en este año, manteniendo los actuales niveles de desabastecimiento.

En caso de que el precio siga por debajo de los $30, la posibilidad de que el régimen incumpla con el servicio de la deuda de $70,000 millones —entre los bonos de la República y los de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA)— sería inevitable, advierten expertos.

Para Russell Dallen, socio gerente de Latinvest Group Holdings, la medida es inevitable.

“Ya la interrogante es, ‘¿en qué momento Venezuela va a declarar una moratoria este año?’, ya no es si irá a hacerlo”, dijo Dallen.

Según los cálculos de Dallen, un precio promedio de $25 por barril multiplicado por un volumen de exportación de dos millones de barriles diarios —volumen que probablemente es muy superior al que realmente exporta Venezuela— le daría un ingreso bruto de $18,000 millones anuales.

A ese total, sin embargo, habría que restarle un costo de producción estimado por el propio ministro de Energía y Petróleo, Eulogio Del Pino, de $13 por barril, equivalentes a $9,490 millones para todo el año, dejando un saldo de solo $8,510 millones para cancelar los más de $10,000 millones requeridos año para el servicio de la deuda en el 2016.

A ese nivel de precio no habría un solo centavo para financiar las importaciones del país, las cuales sumaron más de $35,000 millones en el 2014, cuando ya los supermercados comenzaban a sufrir considerables problemas de desabastecimiento.

Las ventas de crudo generan cerca del 95 por ciento de los dólares que ingresan a Venezuela, y son esenciales para mantener surtidos a los supermercados, tras el colapso en la producción nacional provocado por una serie de políticas antiempresariales, adoptadas por el chavismo durante los últimos 10 años.

Dallen dijo que para evitar un default, Venezuela necesita un precio de crudo promedio de al menos $45 por barril. Otros expertos lo colocan por encima de los $50.

Bajas reservas internacionales

Por el momento, el régimen de Maduro parece dispuesto a hacer uso nuevamente de las reservas internacionales para cubrir la brecha.

“Hay una misión que se encuentra en Suiza negociando las reservas de oro”, dijo el columnista David Morán, editor del website de noticias, La Patilla.

La información, obtenida por La Patilla de fuentes internas del régimen, contemplaría una operación swap de oro por dinero fresco que podría darle al país en las próximas semanas una inyección de entre $1,000 millones y $4,000 millones, dependiendo de la cantidad que el régimen decida liquidar.

Esa venta mermaría aún más las ya bajas reservas internacionales del país, que cerraron en el 2015 en $16,500 millones gracias al ingreso de fondos provenientes de China, pero la operación es necesaria para reponer los agotados inventarios de alimentos del país.

“Ellos van a pagar los vencimientos de deuda previstos para finales de febrero. Se había producido una decisión interna dentro del gabinete sobre si pagaban la deuda o si compraban comida, pero ahora que vemos que hicieron lo del oro, eso significa que van a pagar la deuda”, dijo desde Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma Inter American Trends.

“Ya habían apartado la plata para pagar los vencimientos de febrero”, que suman cerca de $2,000 millones. “Y están cambiando oro para poder importar”, agregó.

Según los cálculos de De La Cruz, el régimen necesitaría utilizar cerca de $4,000 millones de las reservas por trimestre para evitar que la situación interna del país se le salga de las manos si los precios del crudo no llegan a superar los $35 por barril.

Pero incluso los fondos de la venta de oro podrían llegar algo tarde para paliar los problemas de suministro.

Los venezolanos ya comienzan a padecer situaciones de angustia y desesperación por la falta de alimentos. El fin de semana, más de 10,000 personas cerraron una importante avenida de Caracas en protesta por la escasez de alimentos, mientras que las trifulcas entre las personas haciendo cola se han vuelto cotidianas pese a la vigilancia de oficiales armados de la Guardia Nacional.

El lunes, un residente del pueblo conocido como “El Cambur”, estado Carabobo, envió el siguiente mensaje a una estación de radio a través de las redes sociales: “No hay comida, no hay nada. Hay niños y ancianos. Ayuda por favor”.

Pero actualmente gran parte de los puertos del país lucen vacíos, por la escasez de moneda dura, y los pronósticos para el resto del primer trimestre del año lucen poco alentadores.

“Creo que estamos a entre cuatro y seis semanas de una situación realmente extrema”, advirtió desde Caracas el economista Orlando Ochoa, al hablar sobre los niveles actuales de desabastecimiento y las proyecciones de que empeoren en un futuro inmediato.

Ochoa añadió que el país requiere de fondos adicionales para superar la coyuntura, pero que antes que nada requiere de un reordenamiento general de la economía para corregir los grandes desequilibrios acumulados en la economía a lo largo de la Revolución Bolivariana.

Y es que el colapso económico de Venezuela en realidad no está siendo causado por la caída de los precios del petróleo, comentó.

La crisis fue causada por una serie de medidas aplicadas en el país a partir del 2005 y que incluyen la pérdida de independencia del Banco Central y el uso de las reservas internacionales para financiar el gasto público, la nacionalización del sector de telecomunicaciones, acero, cementos y alimentos, el financiamiento de los déficits del sector público con dinero inorgánico, la aplicación del control cambiario y la del régimen de control de precios, detalló.

“Luego, en el 2013 y el 2014, Maduro no toma medidas que pudieron haber sido tomadas para corregir, y los problemas causados por la inacción ahora son acentuados por la caída de los precios del petróleo”, resaltó Ochoa.

“Maduro insiste en tratar el problema macroeconómico como un problema de sociología marxista. No hay duda que el sesgo político, el sesgo ideológico, la carga de tener el legado de Chávez, lo está asfixiando a él y está asfixiando simultáneamente al país”, manifestó.

26-01-16




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