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lunes, 28 de marzo de 2016

OBAMA: MÁS QUE CORTESÍA, por @AmericoMartin



Américo Matín 27 de marzo de 2016

A algunos podrá parecerles que la visita de Obama a Cuba fue obra de la improvisación, gesto taumatúrgico, carta inesperada, pero para quienes hayan seguido la ruta de la revolución cuando menos desde el crudo Período Especial en Tiempos de Paz y aún desde el 26 de julio de 1956 y el desembarco del Granma en 1957, el encuentro habanero de los presidentes de EEUU y Cuba ha sido planificado detalladamente y forma parte necesaria de la marcha ya difícilmente reversible (por no decir “irreversibles”, que es lo que en realidad creo) de las negociaciones entre ambos países. En lo que a mí respecta, forzado por la necesidad de llegar a la médula de un fenómeno que tan determinante fue para Latinoamérica y Venezuela, he dedicado largo tiempo al estudio de la historia misma de la accidentada isla.

1.   Inmovilismo norteamericano

Que EEUU levante el embargo sobre Cuba y normalice sus relaciones con ese país es un sentimiento compartido en casi todo el mundo, incluida la mayoría de EEUU y de la influyente colonia cubana en Norteamérica, cuya comprensión realista del asunto se viene reflejando en encuestas de la más diversa procedencia, sin que ese sutil cambio afecte la fuerte hostilidad contra la dictadura castrista y la percepción colectiva de que ese modelo fracasó.

La apertura económica y política en sana paz de aquella fortaleza cerrada, de ideología hermética y combativa, ha sido aceptada como posible y deseable no solo en razón de justicia y DDHH sino también por conveniencia geopolítica y oportunidad para la inversión y el comercio.

Cinco décadas de confrontación, dictadura, sangre vertida, propiedades confiscadas, ruina de tantos cubanos, separación forzada de familias alimentaron la tesis de que con los Castro ya no habría diálogo posible, idea recogida en la Ley Helms-Burton que lo condicionaba no únicamente a la caída de la revolución sino a que ninguno de los célebres hermanos figurara en el gobierno de transición. El radicalismo de izquierda continental y mundial se alineó con Fidel en su ofensiva contra quien calificó siempre como “el peor de sus enemigos de la humanidad”.

Remover semejante obstáculo fue siempre muy difícil y por eso el status quo minaba la posición norteamericana y fue usado por Cuba para legitimarse. Que Fidel no diera su brazo a torcer y los gobiernos norteamericanos no convirtieran la mejora de relaciones en agenda viva, inmovilizó la situación ad infinitum. Salvo la opinión favorable al cambio en intelectuales y analistas perspicaces sobre todo del partido demócrata, algunos de cuyos candidatos jugaron con la idea sin atreverse a materializarla. El viraje vino con Barack Obama en su segundo período.

2.    Se erosiona el inmovilismo castrista

Las causas y etapas del crecimiento del poder del silencioso Raúl frente al omnímodo y ruidoso de su hermano, las he analizado al detalle en mi obra La sucesión de Castro, una herida abierta (Alfadil, 2006) yHuracán sobre el Caribe. De Fidel a Raúl (UCAB 2013) (1)

El problema de los problemas -la resistencia de la mineralizada mentalidad conservadora a la apertura raulista- lo desarrollo en la segunda de esas obras, de la cual incluyo ahora estos párrafos:

“ ¿Cómo erradicar esa lesiva mentalidad? Habría que ampliar el diapasón de las reformas extendiéndolo a los dominios político y cultural… El restablecimiento de una democracia pluralista respetuosa de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Y en lo cultural, la propagación de una plena libertad creativa. No parece sencillo barrer los privilegios del partido y de los burócratas, tan tenaces e imaginativos en la defensa de sus intereses” (2)

“Si quiere barrer pronto el peso agobiante de la vieja mentalidad tendría que despojarla de legitimidad con un torrente de ideas nuevas expuestas con libertad y creatividad… Pero el engranaje lo paraliza” (3)

Podrá faltarle energía o audacia, pero es evidente que Raúl no quiere actuar, sobre todo en el tema de DDHH, con la celeridad que en justicia piden los exiliados, presos y perseguidos. Los mencionados obstáculos le atan las manos probablemente con su aquiescencia. En todo caso, la corriente de la reali irá disolviendo paulatinamente esos nudos. A lo menos es lo que estamos autorizados a esperar. Pero sin duda hasta los ángulos teatrales de la visita de Obama ayudarán a mejorar el ritmo de los cambios. Puede afirmarse que los acuerdos ya anudados, la presión de los interesados en invertir y cambiar el modelo económico, el anhelo de vivir mejor exacerbado en todos los estratos de la población y el trabajo imparable del Padre Tiempo, imprimirán una velocidad y densidad en el viraje cubano que quizá sorprenda a la mayoría, tanto o más que este primer encuentro de dos archirrivales históricos en suelo habanero.

3.    Planificación conjunta

Que Raúl no lo esperara en la escalerilla del avión; que el hombre y su familia se alejaran rápidamente en la limusina del presidente, y otros detalles que puedan haberse registrado, fueron hechos planificados minuciosamente para no provocar emociones prematuras antes de que siguieran alcanzándose metas.

Por eso Obama declaró: “Se trata de un primer paso” y de allí también el muy cauteloso editorial del Granma y la invitación al presidente Maduro para calmarlo y tal vez silenciarlo (conociendo al personaje, sabemos que una tarea como esa sería como ir a la Antártida en traje de baño)

Poco importa que Maduro se haya auto-invitado o que en realidad hablarle antes de seguir galopando fuera uno de los colaterales resueltos por Obama y Castro, lo cierto es que si algo ha quedado a la vista es el desolador aislamiento y pérdida de influencia del heredero del pomposo socialismo del siglo XXI.

Obama y Castro convinieron en no presentar la visita como la solución completa de seculares antagonismos, y de paso no quisieron que se les irrogara el pecado de ingenuidad, aparte de darse tiempo en la empresa de convencimiento que les espera. Un abrazo efusivo a la vera del avión del presidente norteamericano hubiera sido excesivo cuando los presos siguen presos en Cuba y la liberalización del sistema sigue siendo asignatura pendiente. O mientras Maduro y Dilma están en situaciones críticas, la Alba totalmente enmohecida, UNASUR casi inoperante y Mercosur en trance de infarto. Lanzar gritos de júbilo o palmearse ruidosamente la espalda habrían sido manifestaciones excesivas hoy aunque muy probables más adelante.

En suma, los preparativos fueron conjuntos y estrictos hasta para medir las dosis de alegría que las partes oficiales pudieran permitirse.

4.    Cuba necesita seguir hasta el final

Para saber que la negociación no obedece a pueril maniobra de Cuba, intento de engañar al otro o deseo de “ganar tiempo” (¿ganar tiempo en el sentido de “esperar”? Suena macabro cuando lo que necesita ahora mismo es “no perderlo”) bastaría con leer las conclusiones del Sexto Congreso del PCC de 2012. En ese evento fundamental se hizo carne del Estado y Partido de los comunistas la global reforma propuesta y defendida por Raúl y sus colaboradores más estrechos, entre los cuales figuran el destinado a sucederlo en el mando Miguel Díaz Canel, el llamado artífice de la reforma Miguel Murillo, el sindicalista oficialista Salvador Valdés y la única mujer en el Buró Político, Mercedes López Acea (4)

Al proyecto de viraje presentado al VI Congreso del PCC por el nuevo jefe principal de la revolución se le denominó oficialmente Lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución.

Era un gran esfuerzo por iniciar la apertura económica sin comprometer el dominio total del poder ejercido por el PCC ni cambiar mayormente el asfixiante ambiente político” (5)

Raúl ha anunciado que se retirará del mando en un par de años. Una nueva generación, con Díaz Canel a la cabeza, debe acelerar esta política hasta sus últimas implicaciones. Quizá Raúl haya decidido dejar que sean sus sucesores los protagonistas de una estrategia que podría desbordarlo pero el cambio mismo, una vez iniciado en serio, no tendrá otra opción que la de correr, derribando jinetes si fuera el caso.

Lo esencial es esta verdad monda y lironda: Cuba no puede regresar al pasado fidelista ni dejar la tarea a medio hacer. En momentos de lucidez a Raúl se le escapó enfatizar:

“Rectificamos o se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio y nos hundimos” (6)

Después del naufragio del socialismo real, la cuestión para la Isla es sobrevivir, producir, fortalecer nexos comerciales con el mundo occidental y especialmente con EEUU aun cuando deba regresar al capitalismo democrático, que a mi juicio, sería su último destino. El pragmático Raúl y sus descorazonados amigos habrán reflexionado sobre la metáfora de los gatos de Den Xiaoping. El color que tengan no tiene importancia, siempre que cacen ratones.

Las solas medidas de austeridad anunciadas o en proceso de ejecución revelan la magnitud de las calamidades que pesan sobre los cubanos. Las catastróficas granjas estatales y las improductivas empresas públicas despidiendo a granel, con el agravante de que la inexistencia de un desarrollado sector privado no permite absorber las masas ambulantes de desempleados; el incremento del número y variedad de trabajadores por cuenta propia (una de las formas de apertura a la iniciativa privada, llamada eufemísticamente sector “NO ESTATAL”, para no tener que decir “PRIVATIZACIÓN”, que es su verdadero nombre) es neutralizada por los mayores impuestos que les aplica el Gobierno

“El costo de avanzar hacia una economía productiva es demasiado alto debido a las grotescas fallas del modelo. A Raúl no le queda más remedio que dar el paso a conciencia de que mientras más lo retarde más graves serán las consecuencias” (7)

Lo cierto es que no hay terapia de choque más dura que la anunciada por el gobierno cubano. Y dada la debilidad de la productividad y producción agrícola e industrial no será por el lado de la oferta que pueda superarse el drama del cubano promedio, cuyo salario es inferior a un dólar diario, en tanto que la compensación otorgada a los centenares de miles de despedidos es todavía más precaria.

El gobierno importa el 70% de los alimentos y con reservas internacionales tan escasas la trampa se cierra. Se eliminan los comedores populares, bajan los rubros de la libreta de aprovisionamiento (o racionamiento) y los fondos para medicina gratuita, deporte y educación. Por eso la CEPAL ha dicho que Cuba vive una situación tan desesperada como la del Período Especial.

Agónicamente Cuba necesita de inversiones productivas masivas, preferiblemente extranjeras y es lo que se propone la Reforma. Sin más oferta no hay salida posible. ¿Se entiende por qué Cuba no podía continuar el conflictivo gargarismo fidelista ni promover el socialismo siglo XXI del cual tanto habla el presidente Maduro? El acercamiento a la Unión Europea y sobre todo, a EEUU es la primera de sus asignaturas.

5) Buen balance

Es evidente que Obama y su entorno están al tanto de la encrucijada en que se encuentra el gobierno de Castro. Es la razón prioritaria que lo envía a Cuba a proyectar el convenio bilateral cuando, a juicio de varios de sus compatriotas y algunos analistas, se ha excedido en concesiones a cambio de la escasa correspondencia de la otra parte en lo relacionado con la liberación política. Personalmente creo que no hay tal. Otorgándolas, el presidente estadounidense ha obtenido frutos significativos. Ha respondido civilizadamente a las votaciones sistemáticamente adversas en la ONU sobre el embargo a Cuba. Ha acelerado y consolidado el proceso de negociaciones bilaterales. Ha levantado su imagen en la esquiva y reservada Iberoamérica. Ha borrado parte de la oscura era del Destino Manifiesto que tan duramente afectó a México y Centroamérica. Ha afirmado su liderazgo en la Europa estremecida por el terrorismo. En fin, de cara a lo mucho más que se espera de esta relación, Obama tiene logros muy defendibles.

¿Y Raúl? También tiene registros estimables. Conquistó un piso muy sólido para levantarse del subsuelo en que se halla y una oportunidad insuperable para reencontrarse en algún momento con la democracia, la libertad y mejor ubicación en el plano internacional.

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