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martes, 26 de abril de 2016

Estado de confusión, @solmorillob



Por Soledad Morillo Belloso, 25/04/2016

Los voceros del régimen sufren de ecolalia. Empero, a pesar de la reiteración y redundancia y la destrucción de la lengua de Cervantes, nadie consigue descifrar lo que dicen. Ello no es casual. Es adrede. Generar confusión produce sumisión. Y un pueblo sometido da poder al régimen y se rinde.

Es cierto que el régimen es notoria y notablemente incompetente en los asuntos de gestión pública. Pero ha sido y es extraordinariamente eficiente en producir un estado general de confusión. A pesar de todos los esfuerzos para aclarar entuertos, no hemos conseguido explicar a la población asuntos claves. Por ejemplo, hubo una denuncia sobre una cifra acromegálica de dólares invertidos para atender la emergencia eléctrica. 60 mil millones de dólares. La gente del común no puede hacerse un idea real del monto. 60 mil millones de dólares es una inmensa cantidad de dinero, pero hemos fracasado estrepitosamente en dibujarlo para la debida comprensión de los ciudadanos. Se trata de traducir. Hagamos un ejercicio pedestre. Un billete de un dólar mide aproximadamente 15.5 cms de largo. Si con los 60 mil millones de dólares confeccionáramos una cinta, esa tira mediría 9.300.000.000 mts. La circunferencia de nuestro planeta mide 12.756.000 mts. La cinta de 60 mil millones de dólares le daría 729 vueltas a la circunferencia de la Tierra. Puede hacerse 24 veces el viaje de la Tierra a la luna. Y no tenemos un sistema eléctrico que sirva. Y a todas éstas, ¿qué dicen la Contraloría  y la Fiscalía? ¡Chitón!

Hagamos otro ejercicio. Dice el gobierno que en estos 17 años de "revolución bonita", se ha invertido 700 mil millones de dólares en " lo social". O más, pero usemos números redondos para facilitar el ejercicio. A mismo fin, redondeemos la cifra de población en 30 millones de habitantes. Una simple operación aritmética da como resultado que el gobierno ha "invertido" en cada uno de nosotros la cantidad de 23.333,33 dólares. Per capita. Párese el lector frente a su casa, su vecindario, su barrio, la escuela que le queda cerca, el dispensario o el Hospital. Mire las calles. Vea el alumbrado público, los espacios comunes, los parques, las plazas. Haga un alto en su rutina de vértigo diario y mire a su alrededor. Mire el transporte público, los potes de basura, las alcantarillas, las escalinatas. Y dígame dónde están esos 24 mil dólares por persona. Porque yo no los veo por ninguna parte. Yo lo que veo es ruina, miseria, militarismo, templete, despilfarro, malandraje. No hay agua ni electricidad. La vialidad es un horror. La inseguridad es un decreto de muerte. Los pranes gobiernan a su antojo y Miraflores no tiene el arrojo para tan siquiera cortarles los celulares. El costo de la vida, estrafalario. De escena de película de Almodóvar. Hay mucho más subempleo y empleo informal que empleo formal digno y decentemente remunerado. El sistema de salud da espasmos. No hay medicinas. Si usted se enferma, vaya a actualizar su seguro funerario. El sistema educativo es una oda a la mediocridad y el pobrecitismo. Nos hemos convertido en una población con maestría en colas. Pero el gobierno le declaró la guerra a Polar. No puede soportar que algo funcione. Tiene que apagarle el motor.

Pero, aun con todo eso, y mucho más, el régimen consigue engañar al pueblo, disfrazar las penurias, drogar con canciones y, para millones, el "ya me va a tocar" es plegaria de fe. ¿Cómo desnudar al rey, cómo quitarle la careta a un sistema que nos convirtió de país emproblemado pero emprendedor en nación de miserias? Entre las palabras "mendacidad" y "mendicidad" hay apenas una letra de diferencia. De las pesadillas sólo se sale despertando. ¡Despierta Venezuela! Oye a tus diputados. Te están hablando. No te suicides por los trinos de falsos profetas.

@solmorillob


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