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martes, 26 de abril de 2016

Los opositores de la oposición, por @cjaimesb



Carolina Jaimes Branger 25 de abril de 2016
@cjaimesb

“Siguen por sus desafueros los opositores de la oposición”
Jesús Peñalver

No es nuevo. Tampoco es original. Inaudito sí es. Que a estas alturas y después de todo lo que ha pasado en los últimos diecisiete años, los opositores estén echándose leña, como si éste fuera un país normal, donde el gobierno respeta a sus adversarios y éstos pueden darse el lujo de lavar sus trapos sucios en público, es increíble, pero cierto.


No son sólo políticos quienes caen en este juego de criticar a otros opositores como si estuviéramos viviendo tiempos de calma hipocrática. Aunque indigna más que haya políticos en ese juego perverso, porque los políticos deberían conocer mejor que nadie la situación que vivimos. Y aún así, conociendo al monstruo que tenemos que enfrentar, escogen enfrentar a quienes supuestamente están de su lado. Me pregunto de qué lado están estos “opositores”.

Pero la mayoría de opositores de la oposición, por supuesto, se encuentra entre los ciudadanos de a pie, ésos que pasan el día pegados a las redes sociales, los que circulan lo que caiga en sus manos “como me llegó lo paso”, “reenvío tal cual lo recibí”. ¡No, caramba, no lo pasen! ¡Por favor, no lo reenvíen! Cada vez que pasan, reenvían o se hacen eco de una de estas historias lo que hacen es ser empleados gratuitos del gobierno. ¿Nunca lo han pensado? ¡Pues piénsenlo! En esta hora terrible que vive nuestra nación, el que no es parte de la solución, es parte del problema. Y pasando esas historias, muy bien diseñadas y articuladas (expertas manos cubanas por detrás), están trabajando para el gobierno del que quieren salir.

Muchas de esas historias fueron fabricadas en los laboratorios de guerra sucia del gobierno. Para distraer, para confundir, para trasladar el foco de los problemas que nos aquejan hacia otros asuntos. Y en vez de exigirle al gobierno que resuelva los problemas de escasez, hiperinflación, desabastecimiento, inseguridad, falta de luz, de agua, de servicios de salud y toda la gama de problemas que nos aquejan, se distraen repitiendo y replicando historias que no son verdad. Que si Capriles se fue de Venezuela, que si Borges negocia con el gobierno, que si Ramos Allup se desinfló… Nada de eso es verdad, pero aparte de distraer, siembra desesperanza. Y un pueblo desesperanzado, no insurge. Esto está hecho muy adrede. Como las colas. Si las necesidades básicas no están cubiertas, no hay ánimo ni energías para protestar. Y encima, en vez de protestar contra el peor gobierno que hemos tenido, se protesta contra la oposición. Parecemos locos…

Y no faltan las voces agoreras. El jueves pasado, cuando me quejaba por Twitter de la salvajada que fue impedir la entrada de los diputados al CNE a pedir la planilla del revocatorio, un supuesto candidato a alcalde por el Zulia me respondió “NO pierdan el tiempo les aseguro, este año NO habrá elecciones d ningún tipo en Venezuela. menos revocatorio, con este régimen NO” (sic). Con opositores así, el gobierno se eternizará.

Ese mismo día recibí un correo electrónico donde un amigo hacía un recuento de todas las razones para irse de Venezuela. Ciertamente, provoca salir corriendo. Pero salir corriendo es una de las soluciones. Yo todavía creo que existen razones para quedarse. Y estoy haciendo lo que puedo para quedarme aquí, donde nací, donde crecí, donde he sido feliz, donde están muchos de mis amigos, donde están enterrados mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos…

La prioridad en este momento es salir del gobierno activando todas las opciones constitucionales. Ya habrá tiempo luego para quejarse, despotricar y tirarse piedras. Por ahora, unidad es la consigna.

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