Julio César Arreaza B.11 de noviembre de 2018
Llegó
el tiempo de hablar con la verdad, siempre dura y terrible pero tu mejor amiga,
hermana y compañera, ella siempre resulta auténtica, imposible resistirse a
ella. Hay que proceder al decantamiento y deslinde dentro de la oposición, a
estas alturas inevitable para avanzar. Ya son visibles las costuras de flaqueza
humana, falta de grandeza y entrega al país de unos cuantos. No estamos
disputando un juego en buena lid con los criollitos, sino enfrentando a una
dictadura criminal.
Nos ha
costado mucho ponernos de acuerdo para llegar a una estrategia común. Cuando lo
hemos logrado se ha dado el triunfo como el 6 de diciembre de 2015.
En la
votación en la AN para declarar persona no grata a Zapatero, quedó claro quién
es quién. Este señor dijo que no había que recurrir a una investigación
independiente para investigar el asesinato de Fernando Albán, que bastaba con
el fiscal espurio designado por la fraudulenta ANC. Calló sobre la ejecución de
Oscar Pérez y compañeros. Zapatero es un agente del régimen y está mencionado en
trastiendas económicas nada transparentes.
Es
hora de conformar la nueva dirección política. Los diagnósticos están hechos y
son correctos. Sabemos que enfrentamos a un sistema criminal liderado por Cuba
que afecta a otras naciones. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica.
Fallamos en la ejecución de la estrategia. Pongamos allí la atención. Y
soltemos el peso muerto de los que andan en otro juego, como los que se
arrodillaron al juramentarse ante la prostituyente; quienes hacen más énfasis
en la colaboración sin superar nunca el dilema del prisionero. La mejor defensa
es el ataque. La nueva dirección política debe ser más precavida, de alguna
manera en los momentos cruciales el régimen nos encuentran desarticulados.
Llegó la hora de construir ya un referente diferente y prepararnos para el 10
de enero.
Nos ha
costado mucho ponernos de acuerdo para llegar a una estrategia común. Cuando lo
hemos logrado se ha dado el triunfo como el 6 de diciembre de 2015.
Impidamos
que las mafias criminales sigan destruyendo conscientemente a la nación, con el
feroz control de Cuba. Ya basta con las manidas tretas apaciguadoras de quiénes
ya sabemos que solo persiguen oxigenar al régimen.
Una
sola es la negociación, la que tenga por objetivo su dimisión. Clave es la
articulación de fuerzas internas y externas propiciada por una nueva dirección
política confiable. Construyamos la ruta para derrotar la dictadura y reponer
la democracia. La anterior dirección fracasó al no haber logrado el cambio
propuesto.
El
impresentable alto mando le abrió el territorio nacional a la guerrilla
colombiana, una vergüenza al gentilicio militar la matanza de soldados
nuestros. La presencia de la guerrilla en Venezuela es de vieja data,
recuérdese que el galáctico les dio beligerancia al considerar que encarnaban
un proyecto ideológico. Existe un maridaje con grupos violentos: ELN, pranes y
mafias. Crímenes sin castigo, no son sus enemigos.
¡No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
Julio César Arreaza B.
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