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sábado, 6 de julio de 2019

Venezuela, una guerra de venezolanos contra venezolanos, por @dw_espanol




DW 04 de julio de 2019

Cuanto más se intensifica la violencia estatal en Venezuela, más impotentes se sienten los civiles que no abogan por una intervención militar. El informe de Bachelet sobre DD.HH. es recibido con pocas esperanzas.

"El exilio es un acto doloroso porque el emigrante puede regresar, algo que no puede hacer el exiliado”, dice a DW Tulio Hernández, sociólogo de la Universidad Central de Venezuela, exiliado en Colombia tras una amenaza de cárcel proferida por Nicolás Maduro en cadena televisiva por críticas a su Gobierno. "Como exiliado no puedo volver a Venezuela ni a asistir a los familiares y amigos enfermos ni a los entierros de quienes se suicidan, porque la crisis les ha hecho perder la razón”, confiesa Hernández, columnista del diario El Nacional.

Según Roberto Briceño, director del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), en las últimas dos décadas han sido registradas 330.000 muertes violentas. De acuerdo al mismo OVV, "el suicidio se cuadriplicó en los últimos 15 años convirtiéndose en un fenómeno social”, pasando a una media de 8 a 19 personas por cada 100 mil habitantes.

Rufo Chacón, otro joven que pierde Venezuela

La desesperación y la impaciencia crecen en Venezuela. Y la imagen del joven ensangrentado Rufo Chacón, de 16 años, promete convertirse en otro ícono de la violencia de venezolanos contra venezolanos. Mientras el 1 de julio, en Táriba, a 10 minutos de San Cristóbal, Rufo Chacón pedía a las autoridades restablecer el servicio de gas, recibió de agentes de la policía un disparo con perdigones de goma que lo dejaron ciego.

En el informe sobre su visita a Venezuela, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, señala que "pude conocer directamente los relatos de quienes han sido víctimas de la violencia del Estado y sus peticiones de justicia”. Según dicho informe, "el Gobierno se comprometió a solucionar algunas de las cuestiones más espinosas –entre otras, el uso de la tortura y el acceso a la justicia—y a facilitarnos la entrada ilimitada a los centros de reclusión”.

Justamente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió este 3 de julio al gobierno venezolano a "investigar, juzgar y sancionar" a los responsables de la muerte del militar detenido Rafael Acosta Arévalo. Este capitán de corveta murió el 29 de junio bajo custodia de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCM), tras haber sido arrestado acusado de conspirar contra Maduro. La CIDH, órgano de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresó su "alarma y preocupación por probables actos de tortura".

El calvario de una juez que dictó justicia

Sobre todo los presos políticos son víctima de grandes abusos de poder, relata Tulio Hernández: "Desde pasar años sin recibir una sentencia hasta la tortura psíquica y física, como en el caso de la exjueza María Afiuni, que por haber dejado en libertad a un contradictor de Hugo Chávez en 2009, fue metida a la cárcel y ha vivido hasta hoy un calvario de violaciones, abortos, cuchilladas y rociadas con gasolina”.

El informe de Bachelet detalla, por otro lado, la paulatina militarización de las instituciones del Estado durante la última década y el consecuente aumento de la violencia contra civiles y militares disidentes. "Tanto a fuerzas civiles como militares se les atribuye la responsabilidad de detenciones arbitrarias, malos tratos y torturas a críticos del Gobierno y a sus familiares, violencia sexual y de género perpetrada durante los periodos de detención y las visitas, y uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones”, reza el informe.

Las FAES y los colectivos, el terror de los pobres

Pero, según Tulio Hernández, que trabaja con el Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario de Colombia, "el mayor terror lo causan las FAES (Fuerzas de Acción Especial de la Policía Nacional Bolivariana) que operan junto con los ‘colectivos'”. Las FAES, tildadas como "el escuadrón de la muerte del chavismo” son acusadas de cientos de detenciones y ejecuciones arbitrarias.

Ante este panorama de degradación social en Venezuela, Tulio Hernández, de Ávila Monserrat (un grupo de reflexión de emigrantes venezolanos), saluda que el Grupo de Lima haya invitado a más de cien países a una conferencia sobre Venezuela el 6 de agosto, pero reconoce que son pocos los venezolanos que creen algo vaya a salir de ahí. Concluye que "esta es una dura realidad, sobre todo para los venezolanos que en la desesperación no abogamos por una intervención militar de nadie”. Tampoco esperan mucho del informe de Bachelet.


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