Ismael Pérez Vigil 10 de febrero de 2024
@Ismael_Perez
Del
proceso de Primaria que se desarrolló durante un año y concluyó el 22 de
octubre, derivamos distintas experiencias y aprendizajes, dependiendo del papel
que cada uno desempeñó en él. Voy a referirme al lenguaje de los políticos,
pero antes es necesario aclarar algunos términos.
Aclaratoria de términos.
Primero,
no se trata de una posición antipolítica ni antipartidos, nada más lejos de
eso; si bien en este momento hablo del “emisor” del mensaje, los “receptores”
del mismo tenemos la misma responsabilidad, pues lo recibimos acríticamente,
los elegimos y no ejercemos ningún control posterior. Segundo, lo que voy a
decir se aplica no solo a los dirigentes políticos sino también a los
empresariales, gremiales, de las oenegés, de la sociedad civil y hasta
religiosos. Y tercero, por supuesto me voy a referir a Venezuela, pero es un
tema que se repite en todo el mundo, de acuerdo a lo que vemos en los estudios
y análisis recientes y las informaciones de las redes sociales.
Lenguaje
del Líder.
En su
acercamiento a sus seguidores, o público objetivo, algunos líderes o dirigentes
desarrollan una conducta −y sobre todo un lenguaje− que en algunos casos o en
algunas épocas se llamó demagogia, oportunismo y últimamente populismo; y, en
este último caso, se describen las semejanzas entre sectores de derecha o de
izquierda, como una misma conducta, un mismo lenguaje, una misma forma de
abordar a sus seguidores, o posibles seguidores, al grupo de los que quieren
captar en sus disputas por el poder.
La
fórmula es la misma, buscando la empatía, buscando complacer, adaptan sus
propuestas y su lenguaje a lo que detectan que son las necesidades del grupo al
cual se dirigen y procuran decir aquello que han detectado que ese grupo humano
al que se dirige necesita o está dispuesto a seguir. Por eso para el análisis
político o para definir estrategias, por ejemplo, lo importante no es ese
lenguaje, no es lo que dicen esos líderes o dirigentes políticos, sino lo que
hacen ellos o las organizaciones a las cuales pertenecen, porque como dije, el
lenguaje por lo general solo busca complacer, sobre todo a los seguidores más
fieles, aquellos que se quiere mantener o los que no se pueden dar el lujo de
perder.
Acción
de los gobiernos.
Los
gobiernos suelen ser maestros en el uso de la demagogia, porque tienen más
recursos, los del Estado, para hacer populismo y además tienen el “monopolio”
del uso de la fuerza y de las comunicaciones y sin escrúpulos, usan ambos
recursos, porque además saben que hay sectores en la oposición y en la
población, con los que funcionan las amenazas, el temor a que les recorten las
dádivas que ofrece el gobierno, de sufrir consecuencias personales por su
actividad política, de perder sus negocios o propiedades o algo similar, y por
tanto, los gobiernos logran que se aparten de la política, que se inhiban de
actuar o en el caso extremo, que se vayan del país.
El
caso Venezuela.
Lo
señalado lo estamos viendo en la Venezuela de hoy y por eso, algunas
expresiones de los actores políticos las definimos como: “discurso para la
galería”, discurso dirigido a sus propias bases, a sus seguidores, lenguaje que
puede ser distinto a lo que hacen, en su actuación proselitista cotidiana en el
desempeño del gobierno o en la posición que ocupan en alguna organización u
organismo del Estado; o en la negociación que emprenden en su desempeño
político, en su desempeño del poder, pues como todos sabemos, lograr o mantener
el poder es una permanente negociación.
Por
eso cuando hacemos análisis político o definimos estrategias a seguir, debemos
dejar de lado el lenguaje de esos lideres y enfocarnos en lo que hacen; o en lo
que, como ya dije, dicen de manera oficial en declaraciones los grupos a los
que pertenecen, porque ésta es una voz algo más sensata y más filtrada, pues es
la voz del colectivo, donde se amalgaman y conviven diferentes intereses.
La
mayor parte de las veces lo que dicen estos lideres se corresponde con lo que
desean que sea la realidad o con lo que desean que suceda y así debe ser, para
eso es el líder, para acompañar los procesos y orientarlos; pero algunas veces
hay desviaciones y lo que dicen no siempre se corresponde con lo que realmente
piensan o con lo que hacen; por eso, cuando tienen que actuar en representación
y como voceros genuinos y estrictos de los grupos a los que pertenecen, lo que
dicen en el desempeño de ese papel puede ser muy distinto de lo que dicen en
los momentos de exaltación personalista.
Por
eso, ante lo que ahora está ocurriendo con el tema de la inhabilitación de la
candidata unitaria, y de otros líderes políticos, de un posible adelanto de
elecciones, de una paralización de las negociaciones que dieron pie al Acuerdo
de Barbados, de algunas propuestas que nadie ha confirmado −como lo de
sustituir al candidato oficial a cambio de eliminar sanciones y aceptar la
inhabilitación de la candidata de la unidad democrática−, lo prudente es ver
los hechos objetivos, lo que de verdad está ocurriendo, las declaraciones oficiales
de los actores que están en la negociación y no lo que dicen o vociferan
algunos de sus voceros. Examinemos las cosas desde este punto de vista y veamos
lo que oficialmente dicen los principales actores.
El
gobierno venezolano.
Lo que
dicen algunos voceros interesados, tanto del gobierno como de algunos sectores
de la oposición, es que el gobierno habría dado una “patada” definitiva a la
mesa y echado por la borda el Acuerdo de Barbados. Se basan en las
declaraciones altisonantes y escatológicas de algunos voceros refiriéndose a
otros negociadores, o en alguna propuesta de otros que aseguran −sin que
ninguna declaración oficial se haya producido− que se adelantarían las
elecciones presidenciales a una fecha, tan temprana como el mes de mayo. ¿Esa
es una propuesta real o se trata de un globo de ensayo, de una provocación?
Porque dado el vocero que la divulgó, no es la primera vez que se lanza una
propuesta para ver qué ocurre.
Lo
que, hasta ahora ha pasado, la realidad, es una reunión el 5 de febrero, convocada
por la Asamblea Nacional −convocatoria para una decisión que no le corresponde−
para discutir el cronograma y fecha de la elección presidencial de 2024. A esa
reunión acudieron representantes de esa oposición Ad hoc del gobierno y allí o
en declaraciones públicas, esos voceros, han propuesto diferentes fechas para
la elección: desde abril, hasta julio o agosto y algunos incluso el mes de
octubre. Un dato adicional e importante, que ya algunos analistas han
destacado, es que cualquier fecha después del primero de julio, preserva lo
acordado en Barbados: realizar la elección en el segundo semestre de 2024. Pero
cualquier fecha, lo más próxima posible, aun preservando lo acordado en
Barbados del segundo semestre de 2024, es útil para el gobierno y seguramente
menos favorable para la oposición democrática y para el objetivo de lograr un
proceso más libre y justo, con actualización del Registro Electoral en
Venezuela y el exterior, y otras condiciones que varios expertos ya han
enumerado. Pero, es algo para lo que habrá que prepararse.
Los
objetivos del gobierno no han cambiado: mantenerse en el poder, lograr que se
eliminen las sanciones económicas para tener recursos para la campaña electoral
y procurar dividir a la oposición democrática para garantizarse una mejor
votación en esas elecciones, que en estos momentos todo el mundo augura que no
le sería favorable.
Esos
objetivos, según estamos viendo, son secundados por la oposición que llamo Ad
hoc, cuyo objetivo no logrado es desplazar el liderazgo de la oposición
democrática; y por las reuniones del gobierno con algunos representantes del
mundo empresarial que quieren que las sanciones, sobre todo económicas, sean
eliminadas, esperanzados en una “tropicalización” del modelo económico chino,
olvidando que no viene solo, sino no con su modelo político adosado, que
implica autocracia y represión, nunca democracia.
El
gobierno norteamericano (GN)
Este
actor tampoco ha variado sus objetivos hacia Venezuela, que yo creo que son
sacar a Venezuela de la esfera de influencia geopolítica de alguno de sus
competidores internacionales y evitar que ese mal que afecta a las democracias
en el mundo y en América Latina se siga extendiendo y por ello propicia el
retorno a la plena democracia en nuestro país, mediante elecciones libres y
justas, entre otras cosas. Por supuesto tiene algunos objetivos secundarios,
como liberar algunos de sus nacionales, detenidos en el exterior, por ejemplo,
en Venezuela, porque obviamente ese tipo de acción lo ayuda en su campaña
interna, la cual también está en desarrollo. Lo cierto es que el GN ha
reiterado su objetivo hacia la democracia venezolana y las elecciones libres y
justas y ha reiterado que hasta que no se logren avances en esa dirección, no
levantará algunas sanciones e incluso ha anunciado la cancelación de otras que
había levantado u ofrecido levantar. Por supuesto, no cierra la negociación, y
envía a sus negociadores a reunirse, en alguna parte, con un negociador
venezolano y a visitar otros países de América Latina.
Con
respecto al tema Barbados, otros actores de la Comunidad Internacional, como
los facilitadores o mediadores del Reino de Noruega, que considero muy duchos
en estos menesteres, han visitado el país, se han reunido, imagino que con los
diferentes actores, y han emitido un comunicado sobre el proceso de
negociación, a pesar de las declaraciones altisonantes y escatológicas de los
voceros del gobierno. No hay que ser un gran experto en la materia para afirmar
que, si los mediadores noruegos vienen y hacen esa declaración, es porque creen
que de alguna forma el proceso de Barbados continúa.
La
oposición democrática.
Sin
descuidar u olvidar otros problemas, el de la inhabilitación de la candidata
opositora, María Corina Machado, MCM, es el que más afecta a la oposición
democrática y por eso la discusión está muy encendida; desde luego se rechaza
la inhabilitación de la candidata −y todas las inhabilitaciones− y se ha
anunciado la disposición de luchar para derogar la arbitraria e ilegal medida.
Y eso es sin duda lo que corresponde; la primera carta a jugar es respetar la
decisión popular expresada el 22 de octubre por más de dos millones y medio de
venezolanos y defender, sin sacrificar el objetivo final, a la candidata
inhabilitada, al tiempo que se trabaja en la organización de la oposición para
la elección presidencial y para defender sus resultados. La posición no puede
ser: “como ya sabíamos esto, abandonemos la lucha y busquemos una salida”. Pero
lo más importante es que tanto la Plataforma Unitaria, PU, como varios de los
partidos y la propia candidata han reafirmado que no abandonarán ni la unidad,
ni la vía electoral, para alcanzar la democracia.
También
sabíamos que hay sectores opositores desconfiados u opuestos al proceso de
Primaria, que les interesa que se redefina el tema de la candidatura, dejando
de lado la Primaria; pero, como ya dije, lo cierto es que todos hasta el
momento han rechazado la inhabilitación de MCM y reafirmado su apoyo a esa
candidatura. Así vimos, por ejemplo, en la rueda de prensa del XXXX a la
candidata rodeada de altos dirigentes de algunos partidos políticos y
excandidatos, así como declaraciones oficiales de la PU, en conjunto y por
separado de varios de sus partidos integrantes con respecto a la inhabilitación
y al proceso y resultado de la Primaria. Corresponde entonces a los partidos y
a la candidata jugar bien sus cartas, que no son solamente electorales, sino
políticas.
Conclusión.
Aparte
del lenguaje y las declaraciones de voceros oficiales, que podrían ser parte
del “lenguaje” que hemos criticado, que ahora se desdicen y matizan sus
declaraciones con respecto a la negociación y sus posiciones ante el proceso
electoral, más allá de eso, reitero, y de la especulación sobre reuniones
secretas o sus agendas, Barbados continua; la fecha electoral no se ha fijado;
el proceso de rechazo de la inhabilitación y la lucha de la oposición
democrática por resolver la situación, continúan; las sanciones internacionales
se mantienen; el repudio de la comunidad internacional a la situación política
en Venezuela también se mantiene e incrementa y nadie ha planteado, que se sepa
oficialmente, el intercambio de la candidatura oficial por sanciones y
aceptación de la inhabilitación de MCM.
Esos
son para mí los hechos objetivos, en los que hay que fijarse para el análisis
político y para definir una estrategia, y no en el lenguaje de las
declaraciones de algunos voceros, dirigentes o líderes, que no sabemos bien si
se guían por la realidad, por lo que objetivamente está ocurriendo o por lo que
desean que sea la realidad o por sus fines políticos inmediatos. En la
situación actual del país es necesario y pertinente ver los objetivos de los
actores, para entender su lenguaje; pero, definir la estrategia solo por los
hechos objetivos y por lo que hacen.
Tomado
de: https://ismaelperezvigil.wordpress.com/2024/02/09/lenguaje-politico-y-estrategia/
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