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viernes, 15 de junio de 2012

La mayoría irrelevante


NOTA Editorial: Este extraordinario artículo fue escrito por un ciudadano Peruano, pero si solo por un instante cambiamos la palabra “Perú” por “Venezuela” y la palabra “peruanos” por “venezolanos” veremos que aplica totalmente a nuestra realidad

Por Lic. Hilario Valladares Segarra

El Dr. Emanuel Tanay, un conocido y muy respetado psiquiatra. Un hombre, cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas.

Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis? , la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo. "Muy pocas personas eran nazis en verdad- dijo, "pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos.

Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera.

Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado. Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis fábricas".

Se nos dice una y otra vez por los "expertos" y "cabezas parlantes" que el Islam es la religión de la paz, y que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz. Aunque esta afirmación puede ser calificada de cierta, es totalmente irrelevante y solo tiene la intención de hacernos sentir mejor, y significa que de alguna manera se busca disminuir el impacto de los fanáticos que arrasan en todo el mundo en nombre del Islam.

El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, en este momento, en la historia. Son los fanáticos los que marchan. Se trata de los fanáticos los que producen 50 guerras en todo el mundo. Se trata de los fanáticos que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica. Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan.

Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita. Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales. Se trata de los fanáticos que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.

El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la "mayoría silenciosa" es intimidada e imperceptible.

La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz, sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de 50 millones de personas.

La mayoría pacífica era irrelevante.

La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas. El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico.

Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.

Y, ¿quién puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería. ¿Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran 'amantes de la paz'?

Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y contundentes, sin embargo, para todos nuestros poderes de la razón, muchas veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos:

Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio. Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un día y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá comenzado.

Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.

En cuanto a nosotros los peruanos, como Estado Nación, la gran mayoría somos amantes de nuestra patria, somos luchadores y queremos lo mejor para el futuro de nuestro querido Perú y para beneficio de nuestros hijos y nietos, pero estamos demasiado ocupados en la lucha personal por sacar adelante a nuestras familias, solo somos mudos espectadores ante los eventos en desarrollo, y no prestamos la debida e importante atención al único grupo que cuenta: Los Políticos.

Los políticos, fanáticos en su angurriencia y su codicia desmedida que no pueden ocultarla, nos apabullan con su propaganda política grotesca que ofende la sensibilidad y la inteligencia ciudadana, la que además amenaza nuestra forma de vida, engañándonos y mintiéndonos, tomando como escudo la Democracia que solo funciona para ellos y si cualquiera de nosotros quisiera protestar o reclamar apoyándonos en ella (la democracia) solo encontraremos que el sistema diga que somos antidemocráticos o que atentamos contra ella.

Después de todo lo dicho, como mayoría para aquellos que hacen y deshacen de nuestro Pais, somos totalmente irrelevantes, entonces simplemente no nos sentemos a dejar que todo suceda, porque antes que nos demos cuenta, estos serán dueños de nosotros, y se habrá perdido el control contra la corrupción, la delincuencia común y la de saco y corbata y el fin de nuestro futuro como personas de bien y como sociedad habrá llegado, no seamos relevantes solo durante el proceso electoral sino seámoslo siempre ya que pasado dicho proceso para los políticos nos volvemos irrelevantes totales (decretos de urgencia).

Amigos y amigas solo terminará este fenómeno cuando ellos, los políticos sean irrelevantes para nosotros y no tengan inmunidad para nada, haciéndoles notar que la mayoría o sea nosotros, somos totalmente relevantes, controlándolos, asignándoles sueldos que sean justificables, exigiéndoles eficiencia laboral, teniendo como premisa un alto nivel cognoscitivo para el ejercicio de su cargo y de lo contrario tener la posibilidad de despedirlos, botarlos o ponerlos a disposición de la justicia correspondiente, al fin que somos dueños de la gran empresa “El Perú” y ellos nuestros empleados.

No participar puede hacer que seamos más irrelevantes que nunca, lo que seguirá dañándonos como país y como sociedad, participa con conciencia y madurez cívica.
Lic. Adm. Hilario Valladares Zegarra
Defensor Calificado de la Patria

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