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domingo, 27 de septiembre de 2015

El regalo del Papa Francisco a Fidel, por @VzlaEntrelineas



MaDenisse Fanianos de Capriles  Mie Septiembre 23, 2015

En su reciente visita a Cuba el Papa Francisco fue a visitar al dictador Fidel Castro. En algunos medios (sobre todo afines a este gobierno) se refirieron a un encuentro muy cordial donde el Papa y Fidel hablaron sobre temas ecológicos.

Lo que no reseñaron esos mismos medios fue el regalo tan especial que el Papa Francisco le hizo al anciano Fidel Castro.


Pienso yo que ese regalo el Papa lo escogió con una muy pensada intención, porque no es un regalo cualquiera. No es una imagen del Vaticano, ni una moneda conmemorativa de nada, ni un juego de estampillas, ni un rosario, ni un mapa, etc. (regalos que son costumbre regalar en los encuentros diplomáticos del Vaticano).

El Papa Francisco escogió para regalarle a Fidel Castro (quien ya cada día está más cerca de su juicio particular) un libro y dos CDs con homilías y canciones del Padre Armando Llorente, el sacerdote jesuita español que fue su maestro de escuela y que pidió la conversión de su alumno Fidel antes de morir.

Dicho sea de paso que en Cuba son muy pocos los que conocen la historia del Padre Llorente y mucho menos quienes han podido leer su libro, porque ese Padre está borrado de la historia cubana y el libro censurado en la isla.

Según reseña el portal católico www.aciprensa.com el Padre Llorente fue profesor de Fidel Castro en el Colegio de Belén de La Habana, donde el líder cubano estudió cuando tenía 16 años de edad.

Señala este portal que: “En el año 2007, en una entrevista para la agencia Efe desde Miami donde se exilió el sacerdote ante la persecución del régimen castrista a la iglesia, éste señaló que si "en algún momento de lucidez" Fidel Castro lo llamaba o pedía encontrarse con él, estaba dispuesto a ir "inmediatamente" para confesarle.

"Lo primero que haríamos sería darnos un abrazo tremendo, reírnos recordando las aventuras que tuvimos juntos, que fueron innumerables y muy bonitas" y después le diría: "Fidel, ha llegado el momento de la verdad", declaró a Efe.

El sacerdote aseguró que conservaba el anhelo de absolver a Castro si pedía "perdón públicamente, porque sus pecados no son sólo personales"; y se arrepentía "de todo el mal que ha hecho".

El Padre Llorente recordó a Efe que los años de escuela fueron los más felices de Fidel porque hasta entonces "no se había sentido querido por nadie", estaba lleno de "complejos y traumas" por saberse el hijo de una relación extramatrimonial de su padre, Ángel Castro, con Lina Ruz, quien trabajaba en su casa como sirvienta.

En diciembre de 1958, el Padre Llorente llegó a la Sierra Maestra haciéndose pasar por ganadero, para entrevistarse con Castro durante la revolución. "Él me confesó que había perdido la fe, y yo le respondí: 'Fidel, una cosa es perder la fe y otra la dignidad'", recordó. 

En esos años, el Padre Llorente ayudó a establecer en la isla la Agrupación Católica Universitaria (ACU), un movimiento juvenil de inspiración jesuita, fundado en la década del los años 30.El sacerdote debió abandonar Cuba en 1961 por el acoso del régimen de Castro contra la Iglesia Católica y estableció ACU en Estados Unidos. 

Vivió en Miami hasta su muerte el 28 de abril de 2010, a la edad de 91 años. El Arzobispo de Boston, Cardenal Sean O'Malley, dijo sobre él que: "Era un maestro elocuente de la espiritualidad ignaciana y la vida del Evangelio".”

Sinceramente les digo que cuando yo vi la foto del encuentro del Papa Francisco con Fidel Castro, y me enteré de esos regalos tan especiales que el Papa le llevó, me pareció ver como una visita de extremaunción.

Dios quiera que a Fidel le de tiempo de leerse el libro, de escuchar las canciones, de llorar con dolor sus pecados, de confesarse con un sacerdote y de pedir perdón públicamente como le pidió el Padre Llorente. Todo eso antes de morir.

No se si le dará tiempo, porque el tiempo es muy corto. Y no sé si la soberbia se lo permitirá, porque dicen que el peor pecado es la soberbia, y más en los hombres que se creen todopoderosos.

Yo le pido a Dios que le alcance el tiempo y que el Espíritu Santo le regale humildad, por el bien de su alma.


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