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sábado, 26 de septiembre de 2015

Repensar la socialdemocracia (II), @ffacchinb



Por Fernando Facchin B., 25/09/2015
Columnista de “El Carabobeño”

La socialdemocracia debe estar abierta a la crítica y fomentar la autocrítica, por cuanto la carencia de ambos factores hace perder la credibilidad, debilita la participación partidista y el atractivo electoral. Otro elemento pernicioso para la socialdemocracia es la imagen de continuidad directiva de las organizaciones políticas, lo que impide se materialice el paradigma básico de su ideario, como lo es la alternabilidad y amplia participación ciudadana.

Es necesario que la socialdemocracia que cree en el estado social y democrático de derecho, solidario y de bienestar, en la justicia social, en el desarrollo social y económico sostenibles, en la evolución de los partidos políticos   más abiertos y participativos, en una verdadera democracia, en los mecanismos de movilidad social,   en las libertades   plenas, en la dignidad de cada ser humano, en la economía social y solidaria, en el carácter regulador del sector público, en el progreso humano inclusivo; sin complejos debe abocarse a reivindicar las fuentes filosóficas de las que se nutrió en sus inicios, así como en el desarrollo intelectual y político de la juventud y no desviar sus objetivos por conservar una cuota de poder, no pueden ni deben renunciar a sus valores fundamentales y a sus objetivos originales.

Hoy los analistas políticos coinciden en que la ideología socialdemócrata está en crisis y las razones son muchas y muy profundas, no  alcanza el espacio para enumerarlas, pero si dejaré tres de suma importancia, la ausencia o abandono de las ideas propias en contravención de sus originarios estatutos y la pérdida de valores político e ideológicos y hoy estamos pagando las consecuencia de tales circunstancia y en especial la noble labor de capacitación. A causa de lo comentado, la otrora clase trabajadora, fuerza imborrable de la socialdemocracia y la lucha sindical, ha desaparecido.

La fuerza de la socialdemocracia consiste en el razonamiento ideológico de sus postulados, el abandono a esos postulados durante un largo período de estancamiento (1992/2015) y un reverencial temor a arriesgarse ante un régimen ineficiente, inculto y represivo, ha sido el gran obstáculo para el crecimiento de la socialdemocracia en el país.

Venezuela durante más de 15 años ha vivido un período de inercia, apatía y terror, podemos decir que perdió la voz y padece de un grave debilitamiento de la vista y el oído político, social y económico ante un hegemónico régimen que nos ha constreñido a aceptar resignadamente una permanente mentira, frases llenas de hipocresía, cinismo y manipulación que hoy constituyen un peso exagerado de soportar.

La mitología política creada en torno a un oscuro y traidor personaje se presenta en forma de leyendas dogmáticas camufladas bajo el manto de los intereses y derechos ciudadanos y representa una amenaza para la conciencia popular a la cual hay que rescatar del yugo chavista/madurista/cabellista y su sistemática falsificación de la verdad, es, a todas luces, una situación viciada por falta de una fiscalización democrática efectiva frente a un régimen que desde un principio apostó a su libre juego político para destruir la democracia y hoy ese parasito llamado SSXXI afecta a todas las estructuras políticas, sociales y económicas del país.

Ahora bien, ante la realidad del país la socialdemocracia debe unirse y abrir sus puertas para conformación de un equipo que se ocupe de lo más importante, que a mi entender estriba en las dificultades del cambio de psicología social., tomando en cuenta que los principios y valores esenciales de una doctrina política deben respetarse, si es que de verdad son principios y valores y no meros enunciados oportunistas o lemas de propaganda electoral.

En estos años de cruenta dictadura de falso socialismo vale traer a colación y con relación a Venezuela una frase de Lenin: “Aún no se han hecho los ladrillos con los que se construirá el comunismo”.   Es urgente repensar la socialdemocracia.

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