Unos mil Cooperativistas de todo el país, agrupados en la Central Cooperativa de Venezuela (CECONAVE), acudieron ayer lunes 7 de marzo, ante el tribunal Supremo de Justicia para pedir la nulidad de la ley que obliga a la Cooperativas a cancelar impuestos sobre la renta.
Informó Carmen Catalano,
vocera de la Instancia de Coordinación de Relaciones Institucional de esa
central, que la jornada se inició con una concentración a las 9am, en la Plaza
Bolívar de Caracas, en la que se ofrendó flores Padre de la Patria, en
homenaje al día de la mujer venezolana y cooperativista, desde allí se inició
una caminata hasta el TSJ.
Germán Sánchez, representante
legal de CECONAVE, explicó que el propósito fue introducir una acción popular
por inconstitucional y recurso de nulidad, conjuntamente con una medida
cautelar en nombre del movimiento cooperativo, que permita derogar el impuesto
a las cooperativas. Además, han recurrido ante la Comisión Permanente de
Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, donde fue
acordada de manera unánime la conformación de una comisión mixta, que
tratara el tema cooperativo.
Como se recordara, en
noviembre del 2014 se reformó la Ley de Impuesto Sobre la Renta,
según Gaceta Extraordinaria Nº 6152. Decreto Nº 1.435, donde se
eliminó la “Exención” que tenían las Cooperativas, bajo el supuesto que se
eliminarían aquellas cooperativas que fueron constituidas para evadir
impuestos, causando un grave daño al movimiento cooperativo venezolano
autentico.
Luis Delgado, miembro de la
Cooperativa Gestión Participativa, afirma “Las cooperativas no generan renta:
¿Cómo podrían pagar un impuesto por algo que no generan?, por ese camino
cerrarán las cooperativas auténticas. Es incorrecto afirmar que el excedente
que generan las cooperativas es igual a ganancia, utilidad o renta. Según el
artículo 54 de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (LEAC), ese
excedente es un sobrante que se regula legalmente con criterios de retorno;
asimilarlo a ganancia o renta traería consecuencias muy graves para las
cooperativas y obligaría al cese de actividades a muchas de ellas”.
Carmen Catalano agrega: “Las
cooperativas integran su capital para enfrentar problemas colectivos no para generar
ganancias. Con ese injusto impuesto desaparecerá la red de fondos comunitarios
de ahorro y créditos constituidos por cooperativas y cajas comunales que agrupa
a 420 mil asociados en todo el país. Esos fondos han sido la fuente de
financiamiento de más de un millón de préstamos en los últimos 10 años que han
sido destinados a mejoras y remodelación de viviendas, consolidación de
emprendimientos, atención a problemas de salud, y compra y mejoramiento de
unidades de transporte, entre otros fines. Además desaparecería una red de
organizaciones de la comunidad que se auto-distribuyen bienes de consumo,
alimentos, electrodomésticos y otros bienes”.
Esas redes trabajan
vinculándose con unidades de producción comunitaria y pequeños productores
facilitándoles el espacio y las condiciones de precios que les permite superar
la rosca de intermediarios; las de la Región Centro Occidental del país y los
Andes distribuyen semanalmente más de 550 toneladas de productos
agrícolas atendiendo a más de setenta familias cada semana. Igualmente
desaparecería una red de salud comunitaria, de centros integrales de salud,
ambulatorios, unidades de salud, farmacias, unidades de odontología que han
emprendido las comunidades organizados en entes cooperativos, que en el último
año han realizado, más de dos millones y medio de consultas, 10.mil
hospitalizaciones, 500 operaciones y unos 250.mil tratamientos médicos
alternativos.
Otras experiencias importantes
que corre el riesgo de desaparecer, es la red de distribución de gas doméstico
en bombonas que atiende más de cuarenta mil familias en Falcón y Lara,
manteniendo el precio de la bombona en 7 bolívares y llevándolas a las
comunidades más apartadas; así mismo la red de atención funeraria consolidada a
lo largo de los últimos 47 años y que protege a unas 680 mil
personas en todo el país a través de 52 agencias funerarias cooperativas
con un promedio anual de 20.000 entierros.
Finalmente, dice Catalano,
como si fuera poco está en riesgo la red de trabajadores asociados, no dependientes,
sin explotación de patronos que somos el alma de las experiencias cooperativas
señaladas.
09-03-16
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