Por Marino J. González R.
El caradurismo no puede ser
más grande. Ante las grandes penurias de los venezolanos por conseguir
medicamentos, por tramitar un cupo quirúrgico, o la radioterapia para el
tratamiento de cáncer, el actual gobierno solo insiste en consignas que han
sido desmentidas por la realidad. Venezuela tiene los peores desempeños de
salud en América, todas las evidencias así lo indican. No existe la garantía de
tratamiento en las instituciones públicas. Y mucho menos es verdad que los
venezolanos tienen cobertura gratuita de los servicios de salud.
Es todo lo contrario, los
venezolanos tienen la mayor proporción de gasto privado de la salud en América.
Según cifras de la OMS para 2013 (último año disponible), el 65,8% del gasto en
salud en el país proviene del bolsillo de las personas. Esto significa que las
familias deben tomar dinero de sus salarios, de préstamos a familiares, de las
cajas de ahorros, de la venta de vehículos, de la hipoteca de viviendas, para
conseguir los recursos que permita el tratamiento de alguno de sus miembros. En
otras palabras, los venezolanos viven la peor desprotección posible en materia
de salud.
Esta privatización ha ido en
aumento. En el año 2000, el 53,2% del gasto provenía del bolsillo de las
personas. Esto significa que un período de 13 años el aumento ha sido superior
a 12%. Mientras esto ocurre en nuestro país, en otros como Chile y Brasil ha
disminuido el gasto de bolsillo, vale decir, ha aumentado el gasto público en
10% o más. En Colombia y Uruguay el gasto de bolsillo es menor a 20% del gasto
total. Es decir, al contrario de la tendencia universal de aumentar el
financiamiento público, las políticas del actual gobierno de Venezuela han
significado la mayor privatización de la salud del Siglo XXI en América.
Cuando se compara a Venezuela
con el resto del mundo, los resultados son más decepcionantes. Solo dos países
tienen un mayor porcentaje de gasto de bolsillo que Venezuela. Esos países son
Afganistán (con 73,8% de gasto de bolsillo) y Azerbaiyán (con 71,1%). Vale
decir, entonces, que la desprotección en salud de los venezolanos es la tercera
más alta del mundo. Todo lo anterior coexiste con la intención permanente del
gobierno de mostrar una gestión preocupada por la gente. Los resultados en la
práctica, y las angustias de los venezolanos son suficientes para demostrar lo
irreal de las afirmaciones del gobierno.
La actual gestión no solo ha
destruido la economía, también ha vulnerado las condiciones de las personas,
especialmente en servicios fundamentales como la salud. Bajo el cinismo
ideológico se ha encubierto la mayor agresión a la equidad en el acceso a los
servicios. Antes que ampliar las fuentes de financiamiento público, las
políticas de esta administración han conducido a la mayor indefensión de las
personas antes las contingencias de la salud. El actual gobierno ha dejado la
salud de millones de venezolanos en la total desprotección.
09-03-16
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