Por David Esteller Ortega
Es un viejo y sabio
aforismo jurídico que se aplica cuando los procedimientos no están muy claros o
hay discrepancia al respecto. El derecho, esencialmente, es sentido común.
Quien está facultado para nombrar, está también facultado para destituir, salvo
prohibición expresa.
La Asamblea Nacional fue
electa directamente por el pueblo y por eso, tiene la representación del
soberano. No así los Poderes Judicial, Ciudadano y Electoral. Si la Asamblea
Nacional nombra magistrados de acuerdo con la Constitución y la ley, también
podrá destituirlos de acuerdo con las mismas.
Además, en Venezuela tenemos
jurisprudencia sobre este asunto, en 2002 la Asamblea Nacional, presidida por
el chavista Willian Lara, revocó el nombramiento del magistrado Franklin
Arriechi.
La Asamblea Nacional,
titular del Poder Legislativo, es el órgano que ejerce el control sobre los
otros poderes del Estado o sea sobre el Gobierno y la Administración Pública
Nacional. Inclusive, podrá organizar y promover la participación de los
ciudadanos en aquellos casos que lo crea conveniente. Ver Art. 187, numerales 3
y 4, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Lo cual podrá
hacer para dar mayor contundencia a sus decisiones.
Unos magistrados que fueron
designados a última hora y a la carrerita, como dice el pueblo entre gallos y
medianoche, dejando qué desear sobre el cumplimiento de los requisitos
constitucionales y legales, con justificada razón podrán ser estudiados sus
casos y destituidos, de comprobarse las violaciones correspondientes. Esto es
justicia y la justicia es el objetivo del derecho. El pueblo quiere la justicia
y ese pueblo soberano está representado en su inmensa mayoría, por la Asamblea
Nacional. Y ese pueblo no son las bandas desaforadas y hasta armadas que andan
violando la seguridad de los ciudadanos en las calles.
Mal pueden esos “señores
magistrados” venir a sentenciar para limitar y constreñir el derecho del pueblo
soberano, representado por la Asamblea Nacional. Pero todavía queda honor en
algunos militantes o amigos del Psuv, pues de los siete “magistrados” de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, tres se excusaron de
firmar tal adefesio “juríco”. Y en mi condición de abogado, con admiración y
respeto por estos tres ciudadanos que sí se pueden llamar señores y hasta
magistrados: Calixto Ortega, Luis Damiani y Lourdes Suárez. los saludo
cordialmente.
estellerd@hotmail.com
11-03-16
http://www.talcualdigital.com/Nota/124018/las-cosas-se-deshacen-como-se-hacen-por-david-esteller-ortega

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