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sábado, 28 de mayo de 2016

Los docentes también faltan a clases porque andan buscando comida por @mabelsarmiento


Por Mabel Sarmiento Garmendia


 “Fui a quejarme al liceo porque mi hijo siempre sale temprano de clases. De 10:30 am a 11:00 am ya está en la casa. Y cuando el coordinador me explicó qué estaba pasando no supe qué decir. Sólo me comentó: nosotros los profesores también hacemos colas y cuando nos enteramos que llegó el camión con la harina o la pasta, salimos en cambote al mercado”.

Doris Díaz relató ese episodio con mucho asombro. “No pude decir más. Ni siquiera defender el derecho a la educación de mi hijo que está siendo vulnerado. Él tenía razón, pues su derecho a la alimentación no lo tiene garantizado. Además me dijo que a diario le llegan docentes que le comentan que mandan a sus hijos a las escuelas sin desayuno o que pasan el día comiendo fiado en la cantina. Me señaló que a ellos también les pega la crisis y que se acuestan pensando en qué van a comer al día siguiente”.

El hijo de Díaz estudia en un liceo privado de la parroquia Coche. En ese plantel un profesor gana entre 70 y 90 bolívares la hora. Hay quienes tienen todo el turno completo. Otros se reparten en varios planteles de la zona para redondear el sueldo.

En Coche cuando llega la pasta al mercado, por ejemplo, venden el combo de dos paquetes de medio kilo más un diablito en Bs. 1.500. El cartón de huevo está en Bs. 3.000 y el de carne en Bs. 5.000.

Mirna Cáceres, docente de la zona, no desmintió lo que le dijo el coordinador a la representante. Más bien afirmó con certeza que ella -trabajando en uno público y en otro privado- no puede comprar toda la canasta básica.

“Por eso madrugo para hacer la cola los martes en el mercado y no voy a primeras horas a clase, y los jueves que me toca por la cédula la hago en el supermercado. Si salgo temprano, voy al liceo. Pero a veces no consigo nada”.

Orlando Alzuru,  presidente de la Federación Venezolana de Maestros, FVM, dijo que la realidad que vive el gremio es ésa. “Nosotros también somos venezolanos y, por tanto, nos afecta la crisis. Así como los niños están faltando a las escuelas porque en sus casas no hay comida, también los docentes se ven afectados. No solo es la inseguridad que hay en sus comunidades o en los alrededores de los colegios, es que no pueden garantizarse las tres papas diarias”.

Calculó que entre 30 y 40% de inasistencia en la plantilla de maestros y profesores se registra al día en los planteles de Caracas.

Con los bolsillos rotos

En 2015 la inflación cerró en 180,9% y diversas firmas estiman que en este 2016 va por más de 200%, porque el Banco Central de Venezuela no ha divulgado las cifras.

La Canasta Alimentaria Familiar, sólo la comida, durante el mes de abril de 2016 se elevó a 184.906,35 bolívares. Este aumento fue de 29,4% con respecto al mes anterior, equivalente a 42.053,15 bolívares.

En la actualidad, según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) y el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), se necesita 16 salarios mínimos para adquirir la canasta alimentaria -que en un año se disparó a 718%- para cinco miembros en el hogar.

Alzuru no avala que los docentes se retiren de clases, pero entiende la situación. “Es que no les queda de otra. Sabemos que eso es grave pues atenta contra la calidad de la educación, interrumpe los programa y afecta el calendario escolar -ya mermado con las suspensiones de clases- pero cómo se hace para evitar esto. Los docentes también deben garantizar la comida a su núcleo familiar”.

A partir del 1 de junio de este año un Docente 1 pasará a ganar Bs. 18.464 sin ticket de alimentación y un Docente  VI que tiene más de 20 años de servicios, especializaciones, postgrados y otros estudios ganará Bs. 27.381.

El grueso de los maestros y profesores están en los rangos Docente III y Docente V que cobran mensualmente entre 19.809 y 23.714 bolívares.

“Con esos sueldos es muy difícil llenar la nevera  y a los bachaqueros ni pensarlo. No alcanza. A veces uno se queda hasta sin pasaje”, refirió la docente Mirian Cáceres.

Foto referencial: Cristian Hernández

26-05-16




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