Por Marino J. González R.
Es bastante irónico que el
gobierno que ha sido inhabilitado por los venezolanos, aparezca de pronto
impidiendo el ejercicio de derechos políticos. Una somera mirada a las
mediciones de opinión público muestra que el actual gobierno fue inhabilitado
por los venezolanos desde hace tiempo. La gran mayoría de los ciudadanos
considera que el gobierno no tiene las competencias para ejercer la conducción
del país. Más aún, lo que esa gran mayoría desea es la oportunidad de ir a los
centros electorales para expresar la opinión de que este gobierno debe cesar en
su ejercicio. Y esa es la razón por la cual este gobierno se niega a cumplir
con lo estipulado para que se realicen las elecciones previstas en la
Constitución.
Este gobierno ha sido
inhabilitado porque su gestión es la más incompetente en el siglo XXI en el
mundo. No solamente ha introducido la división y la polarización de la vida de
los venezolanos, también ha aniquilado sistemáticamente la institucionalidad
democrática. La Constitución que fue bandera de este largo gobierno, hoy está
fuera de vigencia. En los casi 18 años transcurridos desde su aprobación, el gobierno
se ha encargado de eliminar en la práctica todas las disposiciones que
consagraban la vigencia del Estado de Derecho. No existe equilibrio de poderes,
las cárceles tienen a cientos de venezolanos recluidos por causas políticas, la
Asamblea Nacional ha sido despojada de sus competencias constitucionales. Todas
las formas y prácticas de una democracia funcional han sido transgredidas.
También ha sido inhabilitado
este gobierno por su visión ideológica, atrasada y profundamente limitada. Por
haber creído que era posible tomar el control del Petro-Estado y resolver todo
por añadidura. Este gobierno más bien quiso controlar la riqueza derivada del
petróleo para controlar el Estado, como objetivo central de su gestión. Es por
ello que procedió a enfrentar progresivamente todas las instancias sociales
fundamentales: al sector productivo, a los sindicatos, a la Iglesia, a las
universidades autónomas, a las organizaciones de DD.HH., a las organizaciones
de pacientes, a todos aquellos que disentían de esta visión ideológica. Aparte
del error de creer que solo la riqueza petrolera puede garantizar el bienestar
de los venezolanos, el gobierno ha terminado destruyendo capacidades
institucionales y productivas.
La inhabilitación está
asociada con la ejecución por parte de este gobierno de la destrucción
productiva más grande que se haya producido en el mundo en el siglo XXI. Se ha
comprometido la viabilidad económica y financiera de la República. El país está
en el cuarto año de la peor recesión experimentada en América Latina en toda su
historia, con el cuarto año seguido de la inflación más alta del mundo, y la
más alta en América Latina en los últimos 25 años. No existe peor política
económica en el planeta en este momento que la de este gobierno.
La mayor cuota en esa
inhabilitación la tiene el deterioro en las condiciones de vida de los
venezolanos. Se ha producido la mayor reducción de bienestar de un país de la
manera más abrupta en los últimos 50 años en América Latina. La pobreza total
por ingresos alcanza al 82% de los hogares, y la extrema pobreza al 52%. Es
decir, 16 millones de venezolanos no tienen ingresos para comprar la comida del
día. Casi 10 millones de venezolanos comen máximo dos veces al día. Si hay
algún gobierno inhabilitado en este momento es el venezolano. Ya todo el mundo
lo sabe.
12-04-17
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