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martes, 11 de septiembre de 2018

Populitarismo: fase superior de un desastre social por @DiarioTalCual



Por Tony Rivera Chávez


La unión del populismo y el militarismo es una mezcla explosiva con los resultados más adversos y duraderos en la vida de los pueblos que sin soluciones a sus problemas entonces recurre al mito del ejército Libertador cuyas glorias pasadas yacen en la tumba pero que por efectos de las necesidades del fundamentalismo demagógico es levantado como Lázaro para conducirse desde imaginarios campos de batalla como líder en la lucha contra los males que aquejan a la sociedad.

En nuestro caso, bajo la fuerza de Bolívar Libertador de tantas naciones y de sus hazañas que opacan el pueblo y su participación en las gestas, en estas valerosas avanzadas, son de obligatorio consumo popular cuando las mismas se trasladan desde la propaganda interesada para lograr el plus-producto emotivo importante para lograr aplausos y aprobación desde la masa miserable que paradójicamente arrastra esa pobreza gracias al militarismo y el mantuanismo que se lleva desde el mismo momento en que desde la batalla decisiva el hombre combatiente bajó del caballo para reclamarle a la República privilegios y prebendas por sus acciones (¿mercenarios o patriotas?).

Así el populitarismo se adueñó de todos los mecanismos del poder, de tal manera, que desde la dádiva oficial operaban como generosos organizadores para lograr apoyos y la mejor tajada del erario; por la otra, si se producía algún desajuste por actividades opositoras a lo establecido se usaba el plan, el plan de machete.

Los Planes de la Patria siempre vienen con su “botón de emergencia” en estos casos para al pulsarlo recetar el antídoto de la masacre o matanza general como remedio terrorífico para lograr la calma de los pendejos.

Las formulas del populitarismo no solo muestran una brutalidad primitiva sino que usando bombos y platillos, en su sonar victorioso de cada fecha patria o en sus propios aniversarios de llegada al poder se muestran triunfantes ante la adversidad que ellos mismos desde sus libretos contentivos de “guías para la acción” suelen enaltecer ante un enemigo imaginario engordado con fábulas y desde aquí se hacen más poderosos, crueles y criminales pues se trata de Salvar la Patria.


La “guerra económica” será parte de esta conspiración imperial contra el pueblo, así los disparos de salva se traspasan las comodidades y beneficios de los altos, gordos y cómodos generales y almirantes desde esos campos donde en verdad ejecutan sus combates, que no son otros que los del mercado monetario y las bolsas de valores donde ellos invierten sus esfuerzos.

En nuestra América cuando ya se creía desaparecido el fenómeno “populitario” se las ingeniaron los fundamentalistas de la Patria para buscarle la vuelta al retorno y disfrazados de “socialistas”, aliados de la dictadura cubana, suficiente para la propaganda, graduación y vigencia de la franquicia operativa se desplegaron al viento las banderas de la piratería caribeña para desde el código del “chasse partie” apoderarse no solo de las riquezas (patrimonio) de la Nación sino en una actividad de comando “ideológico” repartir dólares a cuantos les resultaran buenos voceros para defenderles la tajada en el banquete.

El pueblo también recibe migajas pero en este extraño socialismo los más favorecidos no son los trabajadores sino una lumpenburguesia importadora acompañada de una oligarquía monetaria desde la banca nacional e internacional que hasta endeudaron aún más a la Nación. La fiesta de los siglos con un Bolívar remodelado montado sobre un caballo que ahora mira a la izquierda, aún cuando el jinete sea un mantuano liberal sin aprontes marxistas leninistas.

Sin duda en el siglo de la tecnología el desarrollo del populitarismo se hizo sutil y casi inadvertido para los no muy inteligentes opositores que hasta la fecha no parecen haber descifrado que este es el mismo musiú con diferente cachimbo, de tal forma que los golpes de fuerza más certeros se los han dado disidentes de los cuerpos de seguridad del Estado y no militantes civiles desde la tradición de los movimientos existentes en estos casos.

Esto no deja de llamar la atención en una Nación con excelencias cuartelarias.
Este momento de “renacer” económico resume este tipo de gobiernos, donde una “élite” en armas contra la Ley y la razón se hace cerebro, nervio y corazón de una población secuestrada con el cuento de cuartel de Patria, Socialismo… 

y no se sabe que más…



10-09-18




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