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martes, 24 de noviembre de 2020

¿Está funcionando la democracia? Por @polis360

 Por Piero Trepiccione

Cada vez estamos observando más dificultades en diversos países alrededor del mundo para procesar las diferencias ideológicas y las disputas por el poder. Los debates y las campañas que, tradicionalmente han sido duros en la historia, ahora se han vuelto verdaderas batallas de insultos. Tanto en países de mayor tradición democrática como en otros de no tanta, los mensajes utilizados para llegar al electorado están cargados de desinformación y banalización para generar fanatismos acérrimos y no partidarios racionales.

En ese marco de acción, los autoritarismos y populismos han reaparecido con una fuerza inusitada que tiene totalmente trastocado el sentido de la democracia.

De allí la interrogante: ¿realmente la democracia como sistema le está siendo útil a la humanidad? Si hacemos un repaso por todas las naciones reconocidas como tal por la ONU, nos encontraremos que la mayoría de ellas, se encuentran alineadas en países que no son realmente democracias plenas sino por el contrario, sistemas institucionales débiles que son más bien controlados por personalismos exacerbados u organizaciones que no aceptan la competencia electoral.


Si a esto le sumamos teocracias y monarquías de carácter cerrado o semi-cerrado la lista se hace muy pero muy grande. Y la guinda del pastel la constituye la reciente elección en los EE.UU., donde el actual presidente y candidato a la reelección Donald Trump está promoviendo interna y externamente la tesis de que fue víctima de un mega fraude por parte de su oponente y vencedor Joe Biden, incluso con soporte técnico y financiero proveniente de Venezuela.

Cabe destacar que hace apenas cuatro años, cuando Trump ganó la presidencia se presentaron muchos indicios, al menos en medios de comunicación, de que la inteligencia rusa había interferido a su favor para poder resultar victorioso. Lo cual crea un clima propicio para las famosas “teorías de la conspiración” que pululan a granel por redes sociales y medios amarillistas. Este escenario deteriora la imagen del formato democrático como mecanismo por excelencia para procesar las disputas por el poder y garantizar los derechos humanos en el mundo.

La respuesta a la interrogante que la historia nos ha mostrado es que la democracia si funciona para las personas y las sociedades, pero para algunas “élites” es una amenaza a sus aspiraciones de eternizarse en el poder y no compartirlo. La alternabilidad, que es un principio básico de la democracia está dando pie a múltiples fórmulas. Algún familiar o funcionario cercano, actúa por mampuesto para seguir “controlando” el poder y no dar cabida a cambios verdaderos.

La democracia es un sistema que tiene demasiados enemigos alrededor del mundo y muchos disfraces ideológicos que la promueven en términos fantasiosos, pero que en la realidad son justamente lo contrario: ataduras que frenan el ejercicio ciudadano comprometido con la voluntad general para dar cabida a intereses minúsculos que, tras bastidores, obtienen enormes beneficios en desmedro de quienes dicen defender.

Si el ejercicio ciudadano no se mantiene oxigenado y activo, los avances que se logran se pueden desvanecer en muy poco tiempo. Construir un sistema equilibrado y consensuado puede tardar décadas; destruirlo, puede hacerse en meses y unos pocos años.

Toca seguir apostando a la formación política de la ciudadanía. A la siembra de valores asociados a la democracia, pero por sobre todo, a la profundización del conocimiento general de su significado y la importancia del buen funcionamiento de los gobiernos en nuestra cotidianidad.

Las redes sociales están llenas de lugares comunes y banalizaciones que conducen al fanatismo y no a la formación de “sujetos densos” que celebren la democracia como una forma de vida institucional pero también familiar, comunitaria e individual.

Esta década nos está deparando una enorme confrontación de las ideas. Esperamos resultados sorprendentes, tal y como ha sido este 2020.

22-11-20

https://efectococuyo.com/opinion/esta-funcionando-la-democracia/

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