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domingo, 20 de junio de 2010

Recién empleado, recién desanimado


Por Guillermo Ramos Flamerich

Richard Robaima está próximo a graduarse de bioanalista en la Universidad de Oriente (UDO), núcleo Bolívar. Entre pasantías y la presentación de la tesis, ha dedicado estos meses cruciales de su vida a proyectar su futuro. Entre el afán de un postgrado o el inicio de la carrera de Medicina, siente el deseo de trabajar y estudiar en su país, mas la realidad de opciones de empleo y la calidad del salario lo colocan en eterna duda.

Richard continuamente viaja desde Ciudad Bolívar a Caracas para cursos, conferencias y búsqueda de material bibliográfico. Gracias a ello, consiguió una pasantía en el hospital Victorino Santaella de Los Teques, donde el choque con la realidad quedaría al descubierto.

La conversación con Richard comenzó en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde dio sus impresiones sobre el primer empleo y su gratificación: «Para un bioanalista, empleo hay, el problema es la remuneración. El sueldo no es acorde con la situación económica del país», refería, mientras observaba el edificio del Instituto de Medicina Tropical en la Ciudad Universitaria de Caracas. Seguía indagando la visión de un recién graduado en la búsqueda de su primer empleo: «Bueno, el sueldo en el sector público para un profesional de la salud es de Bs.F.1.490, el salario mínimo está en Bs.F.1.200 y algo. En ese sentido, a veces uno piensa si vale la pena tantos años de estudios y sacrificios para devengar un sueldo así. Hay muchos profesionales de la salud que tienen dos, tres, hasta cuatro empleos para cubrir sus necesidades económicas, con lo que incurren en un gran desgaste». Junto con sus palabras, su rostro reflejaba dos emociones distantes entre sí: tristeza e incertidumbre.

Richard continuaba su periplo por la Casa que vence las sombras. Tenía que fotocopiar un libro. «¡Vaya! Igualito de esperolao que el de la UDO», refiriéndose al laboratorio de química de la UCV, el cual observaba a lo lejos. Continuaba el recorrido. Finalizando el tema de los bajos sueldos para el sector salud, concluyó: «Turnos de hasta 48 horas tanto en el sector público como privado. Es por esto que en muchos sitios de salud no se encuentra personal, y es un problema a nivel nacional».

Y es que la paradoja invade nuestra situación actual. El país necesita hoy más que nunca jóvenes que se dediquen a construirlo. Escritorios, laboratorios y oficinas vacías hay, pero la estrechez económica y la falta de sustentabilidad de las empresas tanto públicas como privadas trauman a la generación joven, la cual es dueña de los sueños y el futuro.

Publicado por:
Planta Baja UCAB

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