Por Marino J. González R.
Mientras en América Latina
disminuyen las inversiones, y no se aprecia mayor impulso en la creación de
sociedades de conocimientos, en otras partes del mundo se manifiestan
tendencias que pueden tener repercusiones significativas en las próximas
décadas. La competencia entre Estados Unidos y China por el liderazgo en la
creación de conocimientos abarca ya múltiples ámbitos técnicos y geográficos.
La incorporación de nuevas
áreas geográficas a los desarrollos tecnológicos se ha convertido en una
notable confrontación geopolítica.
Hace pocas semanas, se
conoció que Huawei, la empresa china en conflicto reciente con los Estados
Unidos, había acordado con la Unión Africana un memorándum de entendimiento por
los próximos tres años
De acuerdo con este
memorándum, Huawei se compromete a mejorar la capacidad técnica de la Unión
Africana y cooperar en las áreas de tecnología de información y comunicación.
La ejecución de este
entendimiento supone la alianza de la Unión Africana y Huawei para fortalecer
sectores como la Internet de las cosas, desarrollo de banda ancha y de
computación en la Nube, así como las redes 5G e inteligencia artificial.
Además, a través de la iniciativa se formarán jóvenes africanos en las
habilidades técnicas necesarias. Tal parece entonces que la incorporación
de diversos sectores de la población de África en las sociedades digitales,
tendrá un gran impulso con este acuerdo.
La ampliación de las
fronteras digitales en África debe entenderse entonces como un objetivo
estratégico de China. A la fecha, aproximadamente el 70% de las redes 4G
de África han sido construidas por Huawei. No es solamente la presencia
creciente en el mercado africano, sino la posibilidad de incidir en la
formación de los recursos humanos que se requieren para impulsar todos estos
avances. Esto sucede en un contexto en el cual los países africanos han
involucionado en estabilidad política, pero han mejorado en desempeño económico.
En esas condiciones, es fácil entender el interés de China, así como el grado
de creciente participación que ha adquirido en África.
Estas dinámicas denotan los
profundos cambios que están operando en el mundo ante los avances tecnológicos
y científicos. La creación de conocimientos dejó de ser un tema refinado,
aislado en los grandes centros de investigación. Ahora es nada más y nada menos
que expresión de la lucha por el poder en el mundo.
La imperceptible presencia
de estos temas en la agenda pública en América Latina, es cada día mayor
reflejo de la distancia entre las realidades de la región y las expresiones
concretas de la lucha por el predominio político en el siglo XXI.
03-07-19
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