Por Fernando Pereira
A quemarropara, Así
fue el disparo de perdigones que efectuó un funcionario de fuerzas de seguridad
en Táriba, estado Táchira, contra el adolescente de 16 años Rufo Antonio Chacón
Parada, estudiante de 5to año en el liceo Luis López Méndez, durante una
protesta por la falta de gas la tarde de este lunes, 1 de julio. El adolescente
perdió ambos ojos y se encuentra atendido en el Hospital Central de San
Cristóbal” podemos leer en la reseña que Jesús Noel Hermoso realiza
en Efecto Cocuyo.
A horas de que Michell
Bachelet dé a conocer el informe de la Oficina del Alto Comisionado de
Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, no se
respetó el derecho de Rufo a manifestar pacíficamente, pues junto a su
madre y familias del sector reclamaban la falta de servicio de gas
doméstico que les afecta desde hace un año.
No se respetó su integridad
física, haciendo caso omiso de las directrices para uso proporcional y
progresivo de la fuerza violando todas las normativas para el control de
manifestaciones. Hay que destacar que otro adolescente resultó herido en el
mismo hecho.
Carlos Trapani de Cecodap y
en representación de las organizaciones que conforman la Red por los Derechos
Humanos de Niños, Niñas y Adolescentes comunicó a señora Bachelet en su reciente
visita a Caracas que:
“Hay muertes violentas
de niños por homicidios y a manos de organismos de seguridad del Estado: en
el 2018 cada 6 horas murió un niño de forma violenta. La muerte a manos de
organismos policiales se incrementó en un 287%, así como, la represión
especialmente hacia los adolescentes de sectores populares.
Hay muertes de muertes de
niños que se pudieron evitar: en el 2016 el Estado reconoció un
incremento de 30,12% de muertes de niños menores de un año. Hoy se han agravado
todas las causas que potencian la mortalidad infantil y materna.
Un sistema que expulsa
a los niños de la escuela: hoy los niños se ausentan de la escuela por
hambre, falta de transporte, agua, alimentos e incluso por ausencia de
docentes.
Contextos especiales que condenan
la vida y el desarrollo: el reclutamiento forzoso, trabajo infantil, la
violencia sexual y los efectos perjudiciales por actividades mineras o por
vivir en las calles son realidades cotidianas, sin contar con medidas de
protección, lo poco que se hace, responde a iniciativas de la sociedad civil.
La migración forzosa desmantela
la familia: más de 3 millones de venezolanos ha migrado dejando, al menos, 800
mil niños atrás.
Alertamos el impacto de la
emergencia humanitaria compleja en la vida los niños, comprende una violencia
institucional de larga data y no obedece a la coyuntura política actual.
Naciones Unidas debe cumplir
de forma contundente su rol de protección a los derechos humanos, especialmente
para los niños.”
El caso de Rufo nos
recuerda tanto el de Kluivert Roa, el adolescente de 14 años asesinado en San
Cristóbal en el contexto de las manifestaciones en febrero de 2015. En ese
momento desde Cecodap exhortamos al Ejecutivo nacional a:
1. Respetar y
garantizar el derecho a la vida como valor supremo.
2. Garantizar la
protección integral de los niños, niñas y adolescentes con especial énfasis en
el derecho a la vida y a la integridad física en reuniones públicas y
manifestaciones.
3. Prohibir la
participación de funcionarios que no estén capacitados para actuar en el
control de manifestaciones y reuniones públicas.
4. Ordenar la
prohibición absoluta del uso de armas de fuego para el control de
manifestaciones, así como el uso indebido y desproporcionado de bombas
lacrimógenas y escopetas de perdigones.
5. Entrenar a
los funcionarios responsables del control de manifestaciones aplicando
obligatoriamente el uso progresivo y diferenciado de la fuerza.
6. Revisar las
prácticas policiales y militares en relación al uso progresivo y diferenciado de
la fuerza, así como las acciones para el control de manifestaciones públicas.
Lo de Rufo no fue un hecho
aislado
El caso de Kluivert, Rufo y
de tantos otros adolescentes echa por tierra las versiones oficiales de que se
trata de hechos aislados o atribuyendo exclusivamente a la responsabilidad
individual de unos funcionarios indisciplinados.
Rufo no podrá leer; pero sí
escuchar junto a los miles de niños, adolescentes y familias que esperan y
claman por justicia.
04-07-19
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