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lunes, 8 de julio de 2019

Rufo no leerá a la Bachelet por @CECODAP @FERNANPEREIRAV



Por Fernando Pereira


A quemarropara, Así fue el disparo de perdigones que efectuó un funcionario de fuerzas de seguridad en Táriba, estado Táchira, contra el adolescente de 16 años Rufo Antonio Chacón Parada, estudiante de 5to año en el liceo Luis López Méndez, durante una protesta por la falta de gas la tarde de este lunes, 1 de julio. El adolescente perdió ambos ojos y se encuentra atendido en el Hospital Central de San Cristóbal” podemos leer en la reseña que Jesús Noel Hermoso realiza en Efecto Cocuyo.

A horas de que Michell Bachelet dé a conocer el informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, no se respetó el derecho de Rufo a manifestar pacíficamente, pues  junto a su madre y familias del sector reclamaban la falta de servicio de gas doméstico que les afecta desde hace un año.

No se respetó su integridad física, haciendo caso omiso de las directrices para uso proporcional y progresivo de la fuerza violando todas las normativas para el control de manifestaciones. Hay que destacar que otro adolescente resultó herido en el mismo hecho.

Carlos Trapani de Cecodap y en representación de las organizaciones que conforman la Red por los Derechos Humanos de Niños, Niñas y Adolescentes comunicó a señora Bachelet en su reciente visita a Caracas que:

“Hay muertes violentas de niños por homicidios y a manos de organismos de seguridad del Estado: en el 2018 cada 6 horas murió un niño de forma violenta. La muerte a manos de organismos policiales se incrementó en un 287%, así como, la represión especialmente hacia los adolescentes de sectores populares.


Hay muertes de muertes de niños que se pudieron evitar: en el 2016 el Estado reconoció un incremento de 30,12% de muertes de niños menores de un año. Hoy se han agravado todas las causas que potencian la mortalidad infantil y materna.

Un sistema que expulsa a los niños de la escuela: hoy los niños se ausentan de la escuela por hambre, falta de transporte, agua, alimentos e incluso por ausencia de docentes.

Contextos especiales que condenan la vida y el desarrollo: el reclutamiento forzoso, trabajo infantil, la violencia sexual y los efectos perjudiciales por actividades mineras o por vivir en las calles son realidades cotidianas, sin contar con medidas de protección, lo poco que se hace, responde a iniciativas de la sociedad civil.

La migración forzosa desmantela la familia: más de 3 millones de venezolanos ha migrado dejando, al menos, 800 mil niños atrás.

Alertamos el impacto de la emergencia humanitaria compleja en la vida los niños, comprende una violencia institucional de larga data y no obedece a la coyuntura política actual.

Naciones Unidas debe cumplir de forma contundente su rol de protección a los derechos humanos, especialmente para los niños.”

El caso de Rufo nos recuerda tanto el de Kluivert Roa, el adolescente de 14 años asesinado en San Cristóbal en el contexto de las manifestaciones en febrero de 2015. En ese momento desde Cecodap exhortamos al Ejecutivo nacional a:

1.    Respetar y garantizar el derecho a la vida como valor supremo.
2.    Garantizar la protección integral de los niños, niñas y adolescentes con especial énfasis en el derecho a la vida y a la integridad física en reuniones públicas y manifestaciones.
3.    Prohibir la participación de funcionarios que no estén capacitados para actuar en el control de manifestaciones y reuniones públicas.
4.    Ordenar la prohibición absoluta del uso de armas de fuego para el control de manifestaciones, así como el uso indebido y desproporcionado de bombas lacrimógenas y escopetas de perdigones.
5.    Entrenar a los funcionarios responsables del control de manifestaciones aplicando obligatoriamente el uso progresivo y diferenciado de la fuerza. 
6. Revisar las prácticas policiales y militares en relación al uso progresivo y diferenciado de la fuerza, así como las acciones para el control de manifestaciones públicas.

Lo de Rufo no fue un hecho aislado

El caso de Kluivert, Rufo y de tantos otros adolescentes echa por tierra las versiones oficiales de que se trata de hechos aislados o atribuyendo exclusivamente a la responsabilidad individual de unos funcionarios indisciplinados.

Rufo no podrá leer; pero sí escuchar junto a los miles de niños, adolescentes y familias que esperan y claman por justicia.

04-07-19




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