Rafael Veloz García 05 de julio de 2024
@Rafaelvelozg
El
director técnico de la Vinotinto del fútbol, el argentino Fernando “Bocha”
Batista comentaba, cito: “Teníamos primero que creer en nosotros. El gran rival
de Venezuela era la propia Venezuela. Si nosotros partimos de ahí íbamos a
respetar a todo el mundo, pero miedo no le íbamos a tener a nadie”. Igualmente
vale recordar lo dicho por Franklin Delano Roosevelt, en su discurso al asumir
la presidencia de los Estados Unidos, el 4 de marzo de 1933: “Lo único a lo que
debemos tenerle miedo es al propio miedo”. Estas dos expresiones sirven de
puntos de apoyo a un aspecto resaltante e importante que justifican plenamente
el título y el contexto de este artículo que hoy les ofrecemos, por ser un
principio aplicable a toda actividad de la vida.
Voy al fondo del asunto. En Venezuela se ha construido un sistema de control y un terrorismo de Estado en estos 25 años, donde los Poderes Públicos han sido absolutamente penetrados y secuestrados, por lo que ha resultado heroico desarrollar la política y procurar por medios democráticos derrumbar el muro de la autocracia. Y es lo que hoy estamos haciendo sin miedo.
El
proceso electoral es una oportunidad para desarrollar esta transición en la
cual nosotros nos encontramos, porque facilita la movilización y desafía a un
sistema al cual enfrentamos.
Para
los ciudadanos de Caracas la vara estaba alta en lo que han sido las
expresiones de calle, porque lo que desarrolló María Corina Machado en el
oriente del país, en Mérida, Táchira, etc., era difícil de superar. Sin
embargo, la unión del liderazgo de María Corina y de nuestro candidato
presidencial, Edmundo González, ha provocado una importante y creciente
movilización en la calle, a pesar de los focos de inhibición que nos colocan.
¿Qué
vimos en el simulacro del pasado domingo? Pues que no se ejerció el control
social por la vía de las bolsas Clap u otros tipos de mecanismos. El mandado
fue hecho por las fuerzas policiales y militares que ejercieron presión para
sembrar la intimidación en los ciudadanos con respecto al tema del voto, ¿Preludio
de lo que harán el 28 de julio? Quizás… Sin embargo, a pesar de estás
circunstancias y de otras que se han presentado, como la persecución y
encarcelamiento de disidentes, hay dos expresiones que establecen una fortaleza
del pueblo venezolano que está moralizado: una es que el 28 de junio fue el
primer día para entregar la identificación de nuestros testigos, que ya estaban
clasificados, verificados y en parte adiestrados. Y ese primer día se pudo
consignar el 98.3% de todo el padrón electoral, a pesar de toda la dinámica
creada para facilitarle el camino a los agentes de Nicolás Maduro. Esta
expresión de organización y de moralidad del pueblo venezolano no había
ocurrido en procesos anteriores después de la caída de Marcos Pérez Jiménez, el
23 de enero de 1958. Y el otro factor moralizador es la masiva presencia en las
calles, como la ocurrida este 4 de julio en Caracas, con motivo del inicio de
la Caravana de la Libertad, que representa el candidato presidencial unitario
Edmundo González, en el marco del comienzo a su vez de la campaña electoral en
forma oficial.
…………………………………………
Cada
vez es más evidente el incontenible deseo de cambio del pueblo venezolano. A
pesar de que el sistema está cada vez más agresivo con la persecución y la
detención de opositores, los venezolanos han demostrado que no tienen miedo ni
permitirán que esto los haga perder el foco. Estamos preparados y se observa
que por ser un viejo guión de quien ocupa la silla de Miraflores, esto no
provocará desánimo. Eso sí, tenemos que estar atentos y ser disciplinados, por
lo que se impone esperar las instrucciones de nuestros líderes en este sentido.
Los
técnicos nuestros, que están muy bien preparados, han anunciado que debemos
tener consciencia que gracias al control ejercido por todo el equipo de defensa
del voto 600K, se determinó de manera transparente la auditoría de
configuración de las máquinas de votación para así preservar la identidad de
los electores. Algo esencial en democracia y sobre todo en un proceso como el
que tenemos a la vuelta de la esquina (faltan tan solo 23 días).
No puedo culminar sin expresar mi repudio por las detenciones arbitrarias
efectuadas este jueves, en el inicio de la campaña para las elecciones del 28
de julio. Se trata de los arrestos infundados sufridos por Aldo Rosso e Ignacio
Monique. El primero, un líder importante de la parroquia El Valle de Voluntad
Popular y el segundo del municipio Plaza el estado Miranda, también de Voluntad
Popular. Ellos se unen al dirigente juvenil del estado La Guaira, Jeancarlos
Rivas, igualmente de la tolda naranja y quien fue detenido el 14 de junio, tras
haber participado en una actividad de campaña electoral.
Sepan
que esto lo está viendo el mundo, que tiene su vista puesta en las elecciones
en Venezuela. De hecho, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Volker
Türk, denunció el miércoles con preocupación el aumento de la persecución
política en el país y afirmó que su despacho ha tenido conocimiento de al menos
38 detenciones arbitrarias. Pero las cifras son mayores, como documentó la ONG
Acceso a la Justicia, que reportó 46 detenciones arbitrarias por razones
políticas en los primeros seis meses del año. Con el encarcelamiento de Rosso y
Monique la cifra se elevó al menos a 48. Nada ganarán con eso, porque esas arremetidas
no impedirán la avalancha de votos a favor del candidato unitario, Edmundo
González Urrutia, el 28 de julio.
A
pesar de las dos últimas detenciones de activistas de Voluntad Popular, la
organización política naranja en unión a la Plataforma Unitaria Democrática y
de la sociedad civil dieron una expresión extraordinaria de movilización
pacífica en las calles este 4 de julio, en la que un pueblo sin miedo ratificó
a viva voz sus deseos de libertad y democracia en el inicio de la campaña
electoral presidencial en la ciudad de Caracas.
Rafael
Veloz García
@Rafaelvelozg
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