José Guédez Yepez 23 de julio de 2024
Nada
ha impedido que la líder de la oposición y el candidato sigan recorriendo el
país, evidenciando cada día lo que dicen las encuestas: que la inmensa mayoría
en Venezuela quiere el cambio
Aunque la elección presidencial en Venezuela del próximo 28 de julio es fraudulenta de origen y desarrollo, propia de un régimen autoritario y tiránico, se ha convertido en un escenario de lucha y resistencia democrática que tiene al único candidato opositor, Edmundo Gónzalez, con más de veinte puntos porcentuales de ventaja sobre Nicolás Maduro.
La
clave sin duda ha sido el liderazgo
de María Corina Machado, quien después de ganar de
forma aplastante las elecciones primarias, supo sortear su injusta
inhabilitación apoyando al candidato actual, haciendo una llave perfecta en el
marco de una campaña electoral épica que ha movilizado a la población
en todos los rincones del país bajo el grito de “libertad”.
Sin
embargo, la
persecución sigue estando a la orden del día amenazando dicho proceso
electoral, en el que no se puede descartar todavía escenarios como el de suspensión
o desconocimiento de sus resultados.
Secuestros,
inhabilitaciones y atentados
No
bastó el secuestro de casi todos los partidos opositores y las
inhabilitaciones ilegales de varios candidatos, incluyendo a la ganadora de
las primarias. Durante la campaña han apresado a decenas de dirigentes
políticos, han perseguido a pequeños emprendedores cerrando sus negocios y
confiscando sus bienes, y hasta han atentado directamente contra María
Corina Machado.
Ni
hablar del ventajismo, el uso de los recursos del Estado ni la censura
generalizada. Sin embargo, nada de esto ha impedido que la líder y el
candidato sigan recorriendo el país, evidenciando cada día lo que dicen las
encuestas, que es que la inmensa mayoría en Venezuela quiere cambio.
¿Qué
hará Maduro tras perder?
Nadie
duda pues que Maduro perderá la elección, y lo único que queda por
saberse es qué hará ante este escenario. Suspensión, fraude definitivo o
entrega para la transición.
En
cualquier caso, tanto el pueblo como su liderazgo renovado, encabezado
por Machado, parecen estar preparados. La diferencia frente a otros
episodios pasados es que esta vez, por razones que no dan tiempo de desarrollar
aquí, el régimen representa a las élites mientras que la oposición
lidera a las grandes mayorías y masas abandonadas por el modelo de
burbuja actual, condenadas a vivir con ingresos menores a cien dólares
mensuales y con familias fragmentadas producto de la emigración más alta del
mundo, con una tasa cercana a un tercio del total de la población.
En
estas circunstancias, el cambio y la transición democrática es la única
medida humanitaria posible, mientras que la continuidad del régimen
(después de un cuarto de siglo) sería la mayor sanción.
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