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sábado, 26 de enero de 2013

Panamá: entre Petrocaribe y la OEA



Por Jesús Alexis González, 25/01/2013

Como es suficientemente conocido, Petrocaribe emerge el 29/06/2005 como una iniciativa de integración, luego de haber suscrito 14 naciones del Caribe un acuerdo de cooperación energética denominado “Acuerdo Energético Petrocaribe”; teniendo como finalidad (en lo económico) la eliminación de la intermediación en la cadena de distribución de nuestro crudo y sus derivados, con marcado desprendimiento venezolano hacia sus miembros en materia de financiamiento y forma de pago. En la actualidad, están integrados 18 países: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San Vicente y Las Granadinas, Surinam y Venezuela.


En tal acuerdo energético, Pdvsa se comprometió a “negociar”, en condiciones muy especiales, el suministro diario de hidrocarburos (gasolina, diesel, combustible de aviación, fuel oíl y asfalto) para las naciones miembros; con un financiamiento máximo del 70% de la factura petrolera con plazos para pagar de hasta 25 años, y de unos 5.000 millones de dólares al año (excluyendo a Cuba, con quien se tiene establecido un “Convenio Integral de Cooperación Bilateral”). Durante el año 2012, Pdvsa despachó unos 100 mil barriles diarios, lo cual reflejó un incremento del 127% con relación al 2005, mientras que para el 2014 estima suministrar un promedio de 170 mil barriles diarios.

A pesar de ese ventajoso escenario que ofrece Venezuela, algunos países acumulan en 2012 deudas por un monto cercano a los 5.000 millones de dólares. De similar significación, es lo relativo a que algunas naciones miembros de Petrocaribe cubren hasta el 100% de su demanda de energía mediante este convenio; mientras que una gran mayoría cubre entre 51% y 95% (para un promedio global del 43%) de su consumo, con productos petroleros provenientes de Venezuela; marco que se ha traducido en un ahorro para esos países (disminución de ingresos para el nuestro) de unos 2.750 millones de dólares desde el 2005.

Aunada a la nobleza venezolana anterior, en enero 2013 el presidente de Pdvsa señaló que cerca de 900 millones de dólares de la factura petrolera generada por el suministro de Petrocaribe, se cobra con bienes y servicios y “sobre todo alimentos” como “innovadora” y forzada moneda de pago (trueque!!!! ).

De igual forma, el convenio en comento, como ya mencionamos, establece entre otros aspectos, que si el precio de venta del barril de petróleo venezolano llega a $ 150, se financia un 70% de la factura por cobrar; a $ 100 se financia un 60%; a $ 80 se financia un 50%; hasta un hipotético $ 15 donde se financia un 5%.

En lo específico del caso panameño, es oportuno señalar que a finales del 2011 el presidente de esa nación Ricardo Martinelli, ratificó ante el presidente Hugo Chávez (en encuentro privado) la solicitud de ingreso a Petrocaribe, y para lo cual instruyeron a los cancilleres Nicolás Maduro y Roberto Henríquez (Panamá), a los efectos de concretar acciones en ese sentido. Esta obvia aspiración panameña, viene gestándose desde el 2009 mediante solicitud del entonces presidente Martín Torrijos, al mandatario venezolano en reunión celebrada en Miraflores (luego de superado el impase diplomático del 2004).

Finalmente, y sin pretensiones de abordar (en mucho por desconocimiento) el delicado tema de la diplomacia petrolera venezolana, nos sentimos en la obligación de finalizar el presente artículo, señalando nuestro atrevido supuesto en cuanto a que la reciente destitución del embajador panameño ante la OEA, Guillermo “Willy” Cochez, luego de opinar sobre Venezuela en reunión de dicha organización, tiene una evidente solidaridad petrocaribeña


Jesús Alexis González

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