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sábado, 19 de enero de 2013

Política económica revolucionaria (¿?) 2/2



Por Jesús Alexis González, 18/01/2013

En concordancia con el documento 1/2 de fecha 11 de Enero de 2013, y ante el irreversible ajuste  que ha de experimentar el tipo de cambio oficial de nuestro signo monetario (devaluación); ajuste que será inducido ante la notoria depreciación de nuestra moneda (sobrevaluada en más del 80% con respecto al dólar USA); ante la necesidad de mantener el elevado gasto público; y ante el tamaño de la deuda pública; todo ello (a pesar de otros males que inducirá) disminuiría el peso de los compromisos internos, tal como sucedió en 2010 cuando la devaluación del 100% propició una reducción del 22%. Este ajuste facilitaría igualmente, corregir el exceso de masa monetaria que está permanentemente presionando al alza especulativa de la cotización del dólar no oficial o paralelo, al igual que generando presión inflacionaria.

Sea oportuno destacar, que el varias veces citado déficit fiscal, se estima para 2012 en un 20% de nuestra economía (el mayor histórico nacional), equivalente a unos $ 63.000 millones lo que en la práctica se convierte en un “gasto deficitario” financiado con deuda interna, y  emisión (nuevamente) de dinero inorgánico.

Factores múltiples condicionan ese déficit fiscal (y la caída al mínimo histórico de las reservas internacionales), dentro de los cuales valen destacar: (1) la forma de comercialización de hidrocarburos por parte de Pdvsa (con obvia anuencia de la Presidencia de la República), donde más del 53% de lo producido no está generando renta nacional, o lo que es lo mismo, no se revierte en ingresos (divisas). Tal hecho es posible en razón de: (a) convenios de suministro sin su contrapartida en divisas (gratuidad y trueque), por un 12% de lo producido; (b) alto consumo en el mercado interno cercano al 26%; (c)  compromisos con el Fondo Chino por un 15%; (2) el impacto propiciado por el gasto social clientelar; (3) parte del impuesto que debe cancelar en efectivo Pdvsa al Estado venezolano (el precio promedio del barril en 2012 fue de $ 103,42; y lo presupuestado $ 50,0 para un excedente de $ 47,6 millardos manejados directamente por la presidencia de la República), lo está efectuando con pagarés recibidos por el BCV (quien viene prestando cuantiosos recursos a Pdvsa), para luego imprimir dinero (otra vez!!!) que entrega al Tesoro Nacional para posteriormente utilizar dichos pagarés (petrobonos) para generar liquidez mediante la emisión de títulos valores denominados en divisas, a los efectos de fondear al Sistema de Transacciones de Títulos en Moneda Extranjera (Sitme) a través del cual se liquidaron en 2012 unos 34,8 millardos de dólares (monto muy similar al 2011), equivalente a un 23% de las divisas asignadas, mientras que Cadivi  asignó un 67%, proporción que suponemos variará en 2013 a favor del Sitme, como forma de devaluación soterrada, en armonía con la puesta en marcha de la Bolsa de Valores Pública Bolivariana; (4) Pdvsa está vendiendo al BCV menos del 50% de las divisas que genera por exportaciones, mientras que la diferencia la entrega al Ejecutivo Nacional para el financiamiento de los distintos Fondos.

Para el año 2013, con un presupuesto nacional de Bs.398 millardos (un 34% mayor con respecto al 2012) se tiene previsto un incremento de la deuda (y una nueva Ley Complementaria de Endeudamiento) mediante la colocación de bonos de la deuda pública nacional en el mercado interno por un monto superior a Bs. 116.000 millones (ello mantendrá bajas las tasas pasivas de la banca, estimulando la propensión marginal al consumo generadora de una inflación de demanda).

De tal nuevo endeudamiento, Bs. 42,3 millardos estarán orientados (propiciando mayor incertidumbre e indefinición económica-social) al desarrollo del modelo de economía comunal (¿?).

Nos permitimos una reflexión final: la postergación de la toma de decisiones en materia económica, ante el limbo del ejercicio de la primera magistratura e inestabilidad del entorno político, encontrará al corto plazo un escenario cuyas características complicará aún más la posibilidad de asumir los ajustes necesarios. Esta posibilidad, ya de por sí delicada, puede agravarse en razón a que el inventario de bonos para el flujo de negociación a través del Sitme alcanza para unos dos (02) meses (a un promedio de 40 millones de dólares diarios); en un contexto nacional donde el consumo interno depende en más del 50% de la presencia de productos importados.

Jesús Alexis González es un colaborador de este Blog

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