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lunes, 28 de enero de 2013

VENTE VENEZUELA


Juan Marcos Colmenares*, 28/01/2013

Las sensaciones de frustración e incertidumbre son una realidad en la Venezuela actual. El empobrecimiento y el deterioro de nuestra calidad de vida, demuestran el fracaso de estos últimos 14 años; y sus consecuencias inevitables son: el aumentado de la apatía política, la anomia social y el inmovilismo.

Pero no podemos permanecer pasivos o inactivos frente a estas realidades. Debemos abordar el desafío de “pensar el país”, tratando de aprender de su historia y señalando en qué dirección puede comprometernos esa acción. Creemos que pensar es una forma de acción, de acción política que tiene que ver con lo público, con lo social y con lo ciudadano. Y “pensar el país” es una acción política absolutamente indispensable para quienes concebimos la política como el fruto de decisiones humanas responsables, referida a personas concretas que toman decisiones sobre el quehacer colectivo.

Por “pensar el país” esta naciendo un movimiento político de venezolanos que estamos comprometidos con su transformación, que compartimos los mismos principios y valores; y que sabemos que hoy nos encontramos ante una encrucijada histórica entre dos formas de vida: la independencia o el sometimiento a un régimen extranjero.

Este movimiento cree en una sociedad de ciudadanos responsables, libres y prósperos, que resuelva las necesidades básicas de la población y ofrezca oportunidades, para la realización de sus aspiraciones más elevadas en democracia y libertad.

En este movimiento creemos en una república fundamentada en el estado de derecho, la separación de poderes y la fortaleza de sus instituciones. Donde su desarrollo económico esté basado en la iniciativa individual, la libertad de las personas y el respeto a la propiedad privada. Creemos en un país donde exista la igualdad social y de oportunidades y donde tengan vigencia los derechos humanos juzgados naturales por el liberalismo, tales como la vida, la libertad y la posibilidad de procurarse cada cual su felicidad. Creemos en un país que garantice y enaltezca el derecho a la propiedad. Un país de propietarios y emprendedores; que respete y promueva la propiedad de los ciudadanos como fundamento para la construcción de una economía solidaria, abierta al mundo; donde la propiedad sea una posibilidad, una oportunidad y no un privilegio.

Creemos en mejorar de la calidad de vida y en aumentar la fortaleza de las instituciones, que son las reglas de comportamiento de la sociedad, porque tienen relación directa con el bienestar y su crecimiento económico. Estas instituciones están constituidas por la confianza, el respeto a la palabra y al ciudadano, el comportamiento cívico y el imperio de la ley; y son también llamadas “instituciones económicas inclusivas” porque crean derechos de propiedad, incentivos para las inversiones, la innovación y la igualdad de oportunidades; crean ambientes seguros para los contratos; generan un orden legal y promueven un crecimiento económico sostenido.

El grave daño de estos últimos 14 años ya está hecho. Pero, por nuestras familias y por el futuro de las próximas generaciones de venezolanos, nos corresponde iniciar la restauración de las instituciones democráticas que fundó Rómulo Betancourt (“Venezuela, política y Petróleo”) y blindarlas con las políticas económicas liberales que recomendó, sin ser escuchado, Carlos Rangel (“Del buen salvaje al buen revolucionario”).

Para hacer realidad esa Venezuela que nos merecemos, combatir el modelo de sumisión, defender la propiedad privada, enfrentar el adoctrinamiento en el sistema educativo, erradicar la persecución política y cumplir con nuestros sueños e ideales, está naciendo un nuevo movimiento político. Esta naciendo VENTE VENEZUELA.

* Abogado
Vente Venezuela - Zulia



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