Para la firma, la que
mayor probabilidad tiene de tener éxito es aquella en la que ocurra una
transición rápida a un tipo de cambio flotante sin intervención discrecional
por parte del Banco Central de Venezuela.
-Gradualismo vs terapia
de shock-
Según los analistas, el
argumento a favor del gradualismo está basado en la necesidad de evitar grandes
cambios en los precios relativos para los cuales la economía no tenga tiempo de
adaptarse. El antecedente de los disturbios y saqueos que se vivieron en 1989,
cuando se decidió aplicar un paquete de medidas de shock para
enderezar las finanzas del país, ha hecho que los hacedores de políticas
públicas mantengan una postura de prudencia frente a este tipo de ajustes.
Adoptar una política de
unificación cambiaria gradual le permitiría a las autoridades evitar un salto
inicial muy alto en la inflación y evaluar la necesidad de medidas
compensatorias (como los subsidios directos).
No obstante, una gran
devaluación en Venezuela no tendría el mismo efecto que en una economía normal,
ya que los dólares oficiales, aunque son baratos, no son fáciles de conseguir
para la población en general, por lo que deben recurrir al mercado negro. Según
Bank of America, el tipo de cambio promedio (incluyendo la tasa no
oficial) en el país está cerca de los Bs 200, un monto muy parecido a los
estimados del tipo de cambio de equilibrio.
En este sentido, una
unificación no necesariamente aumentaría el costo de obtener divisas para los
venezolanos, ya que es posible lograr que la unificación sea a una tasa similar
a la de equilibrio. Además, la unificación reduciría significativamente o eliminaría
las pérdidas asociadas con el arbitraje.
“Por lo tanto, es probable
que la unificación del tipo de cambio a una tasa de equilibrio sea
expansiva. Dado el estado actual de la economía venezolana, es difícil
imaginar por qué se querría que la transición a esta expansión sea
gradual”, argumentan los analistas en un reciente reporte.
Sin embargo,
un argumento en contra del levantamiento drástico de los controles es la
fuga de capitales. Bank of America muestra escepticismo en otro a la necesidad
de control de capitales en un escenario post unificación.
“El salario mínimo de
Venezuela -incluso después del aumento del 1 de mayo- es equivalente a $31 en
el mercado paralelo. Esto es poco probable que sea el equilibrio del mercado,
lo que sugiere que Venezuela recibirá flujos de capital o una apreciación del
tipo de cambio paralelo si los controles se levantan. Con un plan
macroeconómico coherente que estabilice las cuentas fiscales y reduzca la
creación de dinero, las actuales tasas de interés nominales son lo suficientemente
altas para evitar la fuga de capital, siempre y cuando la moneda no se deprecie
del mercado paralelo actual”, indica el texto.
06-05-16
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