Por Juan Francisco Alonso
“En el 2021 cuéstenos lo que
nos cueste habrá pobreza cero en Venezuela”. Esta meta se la trazó en marzo de
2005 el fallecido Hugo Chávez, al lanzar la llamada Misión Cristo. Sin embargo,
la tarea luce complicada de cumplir, al menos a la luz de estudios como la
Encuesta de Condiciones de Vida 2015 o el “Panorama Social de América Latina
2015” que publicó semanas atrás la Comisión Económica para América Latina de
Naciones Unidas (Cepal).
La primera investigación,
elaborada por investigadores de las universidades Central de Venezuela,
Simón Bolívar y Católica Andrés Bello de Caracas a partir de sondeos en las
principales ciudades del país, arrojó que el número de pobres creció en 53% en
menos de un año, al pasar del 48% en 2014 a 73% en 2015. Estos datos nos
colocan en una situación aún peor a la que había antes de que el chavismo
llegara al poder.
Por su parte, el segundo
estudio confirmó el avance de la pobreza, al asegurar que ella creció 4,9%
anualmente entre 2010 y 2014. Las últimas cifras oficiales publicadas por el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2013, sobre el asunto develaron
que, en cuanto a hogares, la miseria creció 6 puntos porcentuales en el segundo
semestre de ese año, al pasar de 21,2% en 2012 a 27,3% un año después. En
términos de personas eso significó que 9.174.142 engrosaron las filas de la
pobreza; y de ellas, 2.791.292 eran consideradas pobres extremos.
Estos datos le permitieron
al coordinador general del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos
Humanos (Provea), Rafael Uzcátegui, afirmar que “el presidente Nicolás Maduro
se ha convertido en una gran fábrica de pobreza, porque no solo ha sido incapaz
de solucionar la situación de escasez de alimentos y medicinas, la inflación o
el desmantelamiento de los hospitales, sino que ha metido al país en una crisis
política por su negativa a reconocer a la Asamblea Nacional que lo que ha hecho
es complicar aún más la situación”.
El desabastecimiento de
alimentos y medicinas, que en algunos rubros puede llegar al 80% según los
gremios ha forzado a parte de la población a recurrir a los bachaqueros
(revendedores), los cuales venden los productos escasos con precios 3.150% por
encima de lo establecido, golpeando el bolsillo de los venezolanos. A esto
habría que sumarle que la inflación, según el Banco Central, cerró el año
pasado en 180% y en alimentos en 315%.
Las autoridades, por su
parte, niegan esta tendencia. “A pesar de un año 2015 difícil, por una guerra
económica y por el desplome de 64% de los precios del petróleo, Venezuela
va a cerrar este año con cifras récord de reducción de la miseria y de la
pobreza", aseguró el Jefe del Estado ante el Consejo de Derechos Humanos
de Naciones Unidas en noviembre pasado.
¿Por qué aumentó la pobreza?
Aunque públicamente lo
niegan, en privado hay funcionarios que achacan la situación a la abrupta caída
de los precios del petróleo, los cuales han pasado de más de 100 dólares a
menos de 30 en los últimos 20 meses. Más del 90% de las divisas que Venezuela
recibe es por la venta de oro negro y más del 60% de lo que consume es
importado, ergo mientras menos dólares haya, menos importaciones de alimentos y
medicinas se pueden hacer.
No obstante, el también activista
de Derechos Humanos, Marino Alvarado, rechazó esta tesis. “La pobreza comenzó a
aumentar durante la época en la que los precios del petróleo estaban altos”,
afirmó recordando las últimas cifras que el INE difundió, las cuales
coincidieron con tiempos en los que el barril superaba los dos ceros.
“En el período de mayor
ingreso petrolero (2009-2011) las misiones sociales se vinieron abajo y la
lucha contra la pobreza se estancó. Entre 2007 y 2011 la pobreza apenas bajo 1%
y misiones como Barrio Adentro (salud) y Robinson (alfabetización) comenzaron a
presentar fallas, mientras que otras como la Guaicaipuro (para atender a los
indígenas) o la Negra Hipólita (para atender a los indigentes) prácticamente
desaparecieron, pero no por falta de recursos, porque dinero recibieron. Esto
solo se puede explicar de dos maneras: La gran ineficacia y corrupción”,
agregó.
En los últimos años las
autoridades han asegurado que han gastado 620 mil millones de dólares en
inversión social. ¿Entonces por qué la pobreza ha subido tan rápidamente?
“Hay una magnificación sobre
el impacto del gasto social y la reducción de la pobreza”, replicó la profesora
Lisette González, una de las que participó en la Encuesta de Condiciones de
Vida, quien agregó: “La disminución de la pobreza que vimos en los últimos años
no fue producto del gasto social, sino del proceso de expansión económico que
vivió el país debido a la subida de los precios del petróleo. Nuestros
resultados nos hacen creer que el gasto social no estuvo destinado a las personas
más pobres. Por ejemplo en el caso de la Misión Robinson, no sabemos si todos
los beneficiarios han podido conseguir mejores trabajos con mejores salarios”.
Para la investigadora la mil
millonaria inversión no estuvo bien dirigida. “No se atacaron las raíces de la
pobreza, como por ejemplo la deserción escolar, pues en lugar de construir más
escuelas y garantizar desayuno a los estudiantes, lo que se hicieron fueron
planes paralelos”, afirmó. En el período escolar 1997-1998 hubo 657.448 niños
inscritos en primer grado, pero en el 2012-2013 hubo 594.023, según los
informes del Ministerio de Educación, es decir en 16 años 63.425 niños no
comenzaron la primaria.
Por su parte, Uzcátegui
denunció que las cifras oficiales están maquilladas y como ejemplo puso las 300
mil viviendas que el Gobierno dice haber construido en 2015. “Allí deben estar
contando hasta las casas a las que le pintan la fachada, porque las cifras del
Banco Central revelan que en el segundo semestre de 2015 la construcción cayó
23,8%. La construcción es de las actividades que más impacta en la económica,
si en realidad se construyeron 300 mil viviendas por qué hubo esta
contracción”.
Consecuencias irreparables
González expresó su
preocupación por las repercusiones a futuro que la situación puede tener. “Un
niño que hoy tenga un año y que la que la madre no pueda darle la
fórmula, porque no la consigue en las farmacias y no se la puede pagar a un
bachaquero, o que no pueda vacunarlo no se desarrollará correctamente y
seguramente presentará problemas de atención y aprendizaje, con lo cual sus
posibilidades de entrar en la pobreza serán mayores, eso sin contar que pueda
fallecer”.
En similares términos se
pronunció que Alvarado, quien además alertó sobre otros peligros. “No hay
perspectivas de que la situación mejore, porque no hay voluntad política para
corregir las políticas que nos han traído hasta aquí. 2016 se perfila como un
año preocupante, porque pareciera que vamos directo a un estallido social, el
cual de ocurrir sería peor que el Caracazo, porque los niveles de violencia en
la población son superiores y el tiempo que tomaría restablecer la normalidad
sería mayor, porque hoy no hay productos almacenados ni capacidad para
producirlos”.
07-05-16
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